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Un paso...dos pasos...tres pasos....llegaron.

- Buenas tarde, ha pasado mucho desde la ultima vez- dice el señor Allard

- Casi dos años, nunca pensé que regresarían-les dice mi padre- ¿cuál es la razón de su regreso?

- La vida en la ciudad es un poco desesperante y nos surgió un trabajo por aquí-  responde la señora Allard.

- Comprendo- dice mi madre.

- Su hija crecido hermosamente - me alaga la señora Lydia.

- Lo mismo puedo decir de su hijo, casi me olvidaba de sus hermosos ojos- dice mi madre.

Intente no hacer contacto visual, pero fue imposible, no solo sus ojos eran atractivos , era de tez clara, pómulos marcados y un cabello negro oscuro que le faltaba darle un corte, ya que caía sobre uno de sus ojos, no tenia el mejor fisco pero estaba en forma, pero no querías acercarte a él , tenia una cierta aura oscura que te hacía alejarte.

- Adner, ¿recuerdas a Rhya? - le pregunto su padre.

Él solo asintió.

- No es muy hablador- dice su madre dirigiéndose a nosotros- pero como te iba a olvidar, si cada vez que te veía te daba un libro nuevo ¿recuerdas?- 

Como respondería a eso, pues claro que no recuerdo, mi madre me mira, debo de responder bien, siempre me repetía quienes eran las personas que conocí antes de no recordar, aunque fuera una pequeña mentira respondí.

- Como lo iba a olvidar, aunque no recuerdo si te devolví el ultimo libro-

Adner sonrió, no por felicidad, fue más bien como una sonrisa sarcástica, ¿acaso sabe que estoy mintiendo?.

El mueve la cabeza de un lado a otro, negando.

- Lo buscare y te lo devolveré - 

- Adner seguirá trabajando en la biblioteca, así que lo puedes encontrar ahí- dice el señor Allard- Si nos disculpan debemos seguir saludando.

- No se preocupen, espero volver a verlos pronto- se despide mi padre.

Ellos por fin se alejaron y siguieron hablando con más personas, me sentí liberada, pero aun no podía comprobar lo de ayer, siempre confundo los sueños con la realidad, solo por creer que son sueños, pero siempre una pequeña parte de mí me dice que son recuerdos.

- Buenas tardes, Señor y señora Bech - Dice el alcalde frente a nosotros- Y Rhya - mi nombre lo entona un poco más, sonriendo pero con unos ojos que detonaban disgusto -

- Buenas tardes señor Miller  - respondemos los tres al unisono.

- ¿Qué lo trae por acá? - pregunta mi padre.

- Nada de que preocuparse señor Bech- responde el alcalde, dirige su mirada hacia mí.

Lo observo claramente su cabello castaño teñido que oculta sus canas, su tersa piel que no demuestran sus casi cuarenta años y sus amenazantes ojos oscuros, algo hice, y eso de seguro le afecta, pero no sé que, bueno tengo una idea, pero mejor me aseguro.

- ¿He hecho algo señor? -  digo de manera firme para no demostrarle que le temía .

- De hecho si Rhya, pero no creo que este sea lugar para hablarlo,¿te parece mañana a las 4:00 p.m en el ayuntamiento?- 

- No sé, eso no esta dentro de mi horario- respondo sarcásticamente y evitando su mirada , pero siento el leve golpe que da mi madre en mis espalda - pero intentare hacerle un hueco.-

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