Prólogo

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*03/09/2012*

    El sol se escondía y el frío aumentaba, pequeños copos de nieve caían, el  río se empezaba a congelar al igual que mis manos a falta de guantes, no podía creer que estuviéramos de “vacaciones” a casi cuatro horas de la ciudad en un sitio donde ni siquiera hay internet, no soy de convivir con mi familia y menos si esta mi tío pedófilo y mis siete primos insoportables.

   El sonido de una rama romperse me alarmo, me pare del tronco en donde estaba y empecé a inspeccionar el sitio alarmada. Entre los arboles alcance a ver una persona pero se encontraba lo suficientemente oscuro como paro no poder detallarlo, es un hombre alto, muy alto y sus ojos azules brillaban, ¿Porque sus ojos brillaban? Era como si fueran dos bombillos.

—¡Dior!—escuche a mi madre gritar, haciendo me girar a ver hacia la cabaña —¡Ven a comer hija! —grito de nuevo y antes de empezar a caminar volví a ver hacia los arboles pero ya no estaba el hombre de ojos azules…

   Esa fue la primera vez que lo ví…

          “𝓒𝓾𝓪𝓷𝓭𝓸 𝓵𝓪 𝓷𝓸𝓬𝓱𝓮 𝓽𝓲𝓮𝓷𝓭𝓮 𝓼𝓾 𝓶𝓪𝓷𝓽𝓸 𝔂 𝓮𝓵 𝓯𝓲𝓻𝓶𝓪𝓶𝓮𝓷𝓽𝓸 𝓿𝓲𝓼𝓽𝓮 𝓭𝓮 𝓪𝔃𝓾𝓵; 𝓷𝓸 𝓱𝓪𝔂 𝓾𝓷 𝓵𝓾𝓬𝓮𝓻𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓫𝓻𝓲𝓵𝓵𝓮 𝓽𝓪𝓷𝓽𝓸 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓮𝓼𝓸𝓼 𝓸𝓳𝓸𝓼 𝓺𝓾𝓮 𝓽𝓲𝓮𝓷𝓮𝓼 𝓽𝓾”. (𝓐𝓷𝓸𝓷𝓲𝓶𝓸)

Un Angel para Charles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora