Epílogo

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Narrador omnisciente

Las personas admiraban a Laura Weeks por su hermosa inocencia, creatividad, y ambición.

Las personas le hacían creer a Rory Toldman que también lo admiraban, aunque no era así. Todos lo detestaban.

¿Qué iban a pensar las personas de un ser egoísta? Él solo se centraba en el mismo y en su novia, Laura Weeks.

11:27 am

Rory y Laura se dirigieron hacia el Río Blanco, en Indianápolis, para pasar una tarde. Al llegar, Laura tropezó con una roca y cayó de cara contra el piso; por desgracia, quedó con raspaduras en las mejillas, barbilla, brazos y piernas. En el momento en el que Rory vio lo sucedido, fue corriendo tras ella intentando no caer. Llegó hasta su pequeño cuerpo tirado en el suelo y la ayudó a levantarse con sumo cuidado, intentando prevenir otra caída.

11:42 am

Rory se encontraba al borde del río, viendo el agua correr. Laura se encontraba acostada en el pasto descansando, mientras sostenía una botella fría sobre su mejilla para las raspaduras, quienes pronto le causarían inflamación.

Él se cansó de ver el río y decidió sentarse junto con su novia. Le quitó la botella de la mano y se la puso en uno de sus brazos de manera delicada, para evitar hacerle daño.

12:01 pm

Laura

La vida es un misterio, nunca sabes que pasará o cuando. Pasan cosas inesperadas en momentos inesperados. Las personas mueren, ríen, lloran, sueñan; en conclusión, viven.

Vivir sin tristeza no sería vivir, ¿a quién le gustaría vivir en un mundo de fantasía, donde todo es perfecto? A nadie, la perfección aburre. Esa es la magia de la vida, todo es imperfectamente perfecto, por eso es divertida.

Pienso que soy una persona con muchas metas en la vida, con mucha creatividad y mi toque especial de dulce inocencia.  Amaba la poesía, me ayudaba a estar bien.

Alguna vez mandé un manuscrito a alguna editorial buscando una oportunidad. Por desgracia, lo rechazaron y nunca volvió a surgir otra ocasión en la cual podría enviar más poemas.

El sol y la luna eran mejores amigos,

uno se veía en la noche,

y otro se veía en el día.

Un día, pasados los años,

la luna se apagaba y caía

mientras que el sol sonreía

con una sonrisa de superioridad.

Mientras que la luna le brindaba

con amor y dulzura, una fácil accesibilidad,

el sol, con odio en su corazón, la ataba.

¡Oh, dulce luna!, ¿Me dejarías ocupar tu lugar?

Estoy cansado de esto, ya en el día no quiero girar.

¿Qué ocurre, sol?

¿Por qué tan cansado de la vida?

No lo sé, respondió, no soy feliz,

esta vida mucho miedo me da.

El sol era un mentiroso,

él solamente quería que la dulce luna,

no viera el momento en el que robaría

su pequeña y tierna media luna.

Una pequeña historia de amor (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora