—Valentín! —Un tierno Manuel de 19 años corría entusiasmado hacia Valentín, el cual al escuchar el grito de aquella conocida voz volteó a ver con cierta rapidez y sin disimulo.
—¿Pasó algo? —Valentín, con 19 años y medio, preguntó a Manuel una vez lo tuvo al lado.
—Mirá, saqué 10 en la prueba, ¡gracias a vos! —El más pequeño saltó a los brazos de Valentín, el cual tomó inmediatamente el liviano cuerpo de esa estrecha cintura.
—Te felicito, te lo mereces. —Murmuró en su oído.
Bajó el pequeño cuerpo de Manuel de encima de él y le dio un pequeño beso en los labios, ignorando las miradas asqueadas de algunos de los estudiantes que estaban a su alrededor mirando la escena.
—No lo hubiese podido hacer sin vos, amor. —Murmuró Manuel, dejando otro beso en los labios de Valentín. Estaba muy emocionado porque le demostró a su esposo ser un buen profesor. Y Valentín se sentía muy orgulloso de su bebé por ser muy estudioso.
—Que me congelo con Valentín, la puta madre. —Dijo alto alguien detrás de Valentín, el cual sin necesidad de voltear reconoció el dueño de esa voz. Manuel se limitó a ver a esa persona.
—Mateo. —Otra voz se unió, ahora era el novio del mencionado. Efraín. —¿Puedez dejarlos un momento tranquilos? Quieren un momento de privacidad.
Valentín volteó con una media sonrisa hacia Efraín, agradeciéndole con la mirada.
—Manuel, tu hombre me quiere quitar a mi mujer. —Mateo abrazó fuertemente a Efraín, el cual empezó a patalear, golpeando "con fuerzas" el cuerpo de Mateo.
Valentín dirigió su mirada hacia un sorprendido Manuel, el cual solo sonrió, lanzándose encima de él, otra vez.
—No puedo creer que Mateo ahora esté con nosotros. —Manuel dijo riendo, enrollando sus brazos en el cuello de Valentín, el cual tenía un agarre firme en su cintura. —Y pensar que querías ese nombre para nuestro hijo.
Valentín rió levemente y asintió de acuerdo, algo sorprendido se puso cuando escuchó por primera vez el nombre del rizado, recordando el nombre que quería para su hijo con Manuel.
—No me dejaste ponerle así. —Valentín hizo un puchero, el cual fue besado por Manuel de inmediato.
—Me gustaba más Manuel o Diego.
—Lloraste por ponerle Manuel o Diego, Manu. —Valentín dijo con un suspiro de por medio, recordaba muy bien aquellos acontecimientos que sucedieron quince años atrás.
—Y al final cediste. —Manuel estiró sus labios divertido. No era como creía.
—Si no lo hacía los profesores iban a pensar que te golpeé. —Su tono de voz fue decayendo un poco más. Un malestar se posó en su pecho y estómago. Muy grande. —Y si lo hacían llamarían a mis padres y me cambiarían de escuela, no hubiese crecido con vos y no fueras mi pareja ahora.
Negó frustrado, el simple hecho de imaginarse que eso pasara le daba unas inmensas ganas de llorar. No quería imaginarse una vida sin Manuel.
—Pero no es así. —Manuel murmuró bajito, entendiéndolo por completo. Un malestar también se posó en él. —Estamos juntos ahora y somos felices.
Valentín asintió, completamente agradecido con él. Con Manuel y con él mismo. Y también su cariño que pudo calmarlo en ese momento del llanto que tenía Manuel.
—Tenemos que irnos, amor. —Manuel murmuró con una sonrisa, tomando la mano de Valentín, el cual sólo asintió y se puso de pie.
Caminaron fuera de la universidad mientras hablaban de muchas cosas. Cosas que les sucedieron en el día y muchos más detalles. Manuel hablaba mucho más, Valentín se encargaba de escuchar aquella voz que tanto amaba. Podría escucharla por mucho tiempo y nunca cansarse.
