-¿Recuerdas la dirección de aquella vez que me recogiste cuando terminé todo? Allí- El de lentes asiente y dobla el auto hacia su última parada.
Haru piensa entonces en su antiguo compañero de trabajo y suspira de una manera que desconoce y por primera vez en mucho tiempo sus pensamientos danzan en recuerdos que se mezclan con emociones que reemplazan a las de ese entonces. Su primer encuentro en 'Sótano' y su cuerpo aferrándose al suyo antes de que Haru volviera con el grupo eran memorias que rescataba cada vez que podía durante el año que tardó en acabar con el 'abuelo', como una promesa que le incentivaba a seguir al hallarse en un punto muerto.
Los árboles empezaron a ser lentamente reemplazados por los suburbios de la ciudad.
-Estamos llegando.- El conductor dio un vistazo a la herida mal vendada en su abdomen y cerró los ojos en un ademán desaprobatorio -¿Te arreglo los vendajes?-
-¡Por favor!- Canturreó feliz. -¿No tienes analgésicos?- El otro negó y a pesar del dolor, Haru lo olvidó todo una vez que las calles comenzaron a hacérseles conocidas, la emoción adormecía todo lo demás.
Ah... ¿Cómo reaccionaría cuando lo viese? Probablemente intentaría matarlo en cuanto se encontraran.
¿Estará más alto? Bueon, su rostro daba para pensar que así seria.
¿Cómo le irá ahora? Conociéndolo lo más probable es que haya hecho más de un amigo, esperaba que no se hubiese metido con nadie preocupante.
¿Habrá conseguido pareja? Eso sería bueno.
La curva de sus labios se vio tentada a flaquear, pero no lo permitió, no cuando el auto comenzaba a detenerse de a poco frente al familiar departamento.
Narimiya, se bajó del auto y abrió su puerta, no sin antes buscar algo en la guantera. Le tendió un pañuelo donde pudo limpiar la sangre de la comisura de su boca y se levantó la camisa para mostrar un vendaje empapado por el líquido carmesí.
-¿Te sientes cansado?
-Aguantaré.
Una vez terminó el mayor, Haru salió del automóvil y contra la expectativa de su hermano este lo abrazó débilmente, 'cuídate' susurró alguien y el supuesto taxista caminaba unos pocos pasos mientras las puertas del taxi se cerraban y minutos más tarde el vehículo desaparecía en la penumbra de la noche.
Su mente comenzaba a pedirle a gritos dormir, pero se le era imposible, sus piernas se movían solas mientras recuerdos de antes se reproducían con viveza, su mente estaba concentrada en las sonrisas de Hiroyuki, en su cabello castaño y en aquella tonta bondad que siempre estuvo ahí, infranqueable y por sobre todo sincera a pesar de las crueles palabras de ese entonces.
Tocó el número que debía y esperó unos segundos.
-¿Quién es a esta hora?- Su voz parecía algo molesta y adormilada, cosa que le sacó una pequeña risilla.
-Lo siento- Canturreó –Soy yo Hiroshi.
Tras unos segundos el contestador colgó y Haru se apoyó en la pared más cercana mientras esperaba que la puerta de entrada fuese abierta. El estruendo no lo asustó, de alguna manera se lo esperaba.
-¡Haru!- Sus ojos se veían ansiosos y suplicantes por una respuesta o muestra de afecto como si de un cachorro se tratase, el cuerpo ajeno, ahora un poco más grande, lo rodeó sacándole un quejido de dolor imposible de suprimir. -¿Haru?
-Apretaste muy fuerte Hiroshi- Un mohín salió de sus labios antes de que la sonrisa de antes volviese. –He vuelto.- Elevó con un poco de esfuerzo su mano derecha hacía la mejilla del otro que empezaba a entender la situación de a poco y su semblante cambiaba al notar la herida en su abdomen
-¡Estás herido! Debo llevarte al hospital.- Buscó su celular entre sus bolsillos para realizar que estaba en su departamento. –Espérame aquí, quiz- La mano que antes había acariciado su rostro ahora tomaba la otra con debilidad mientras Haru negaba, su rostro le suplicó quedarse que no se fuera. Hiroyuki se quedó quieto y sin reconocer aquella faceta tranquila de su excompañero de 'Sótano' empezó a sentir como sus ojos escocían.
-¿Has estado bien?- Su tono de voz parecía ajeno a aquella jovial y alegre de sus recuerdos, ahora era todo tranquilo y muy dulce, había cariño en cada gesto y palabra y entonces el joven bartender se preguntó cuanto había esperado el otro para decirle esas palabras.
El otro solo asintió, su voz se quebraría en un sollozo en cuanto emitiese algún sonido y Haru comprendió, él también se sentía a punto de romper en llanto, sin saber exactamente el motivo, mas no podía permitir que su despedida fuese ahogada por las lágrimas, deseaba disfrutar terminar el verano al igual como lo había empezado.
-Lamento tardar, no fue fácil salir de ahí- Haru quiso besar las gotas que empezaban a asomarse en los ojos temblorosos. –Estás haciendo una cara horrible.
-Es tu culpa, idiota- Con su mano libre limpió las lágrimas y se aproximó con cuidado al más bajo, con delicadeza puso su frente en contacto con el hombro del otro, disfrutando de un calor casi extinto y de un olor que ya había olvidado, pero que ahora le traía los recuerdos del verano anterior. –Fuiste un imbécil hace un año.
-Lo admito- Rio.
Y entonces Hiroyuki cedió al llanto, ya casi frio empezaba a ceder lentamente ante el cansancio, la mano soltaba la ajena y se colocaba sobre la cabellera castaña intentando que esta no cediera.
Acercó un poco más su rostro mientras sus parpados caían rendidos y aspiró el aroma del cuerpo tembloroso que se aferraba a él como aquel día.
Olía a verano.
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Una última parada
Fanfiction'Entonces... ¿Lo disfrutaste?' '¿Qué cosa? ¿Lo de antes? ¡Para nada! No comparto los gustos del viejo' Sus ojos le escrudiñan con molestia a través del retrovisor y el hombre ríe. 'Sí... por eso quiero volver allá... ¿Me llevarás?' . . . 'Tú solo di...