Narra Joaquín
La mañana del lunes era fría como
normalmente suelen ser, lo que era tentativa para quedarme a dormir y no salir, pero eso no me era posible. Tenía que ir a la escuela, a la cual me había cambiado recientemente y no me podía dar el lujo en faltar.Me mudé a Ciudad de México hace exactamente dos semanas y la razón fue porque le ofrecieron un mejor trabajo a mi madre. Solo éramos ella y yo, en una casa que se sentía vacía.
En estas semanas he hecho dos amigos, Azul y Nikolas, van conmigo en clase y sin duda son las personas que hacen sacarte una sonrisa con sus personalidades tan peculiares.
Observé el reloj y aún tenía tiempo suficiente para llegar a mi primera clase. Suelo ser una persona muy indecisa con la ropa, siempre le hallo un "pero" a todo. Al final decidí ponerme un pantalón de mezclilla rasgado con una camisa negra y una sudadera azul para cubrirme del frío, por último no me podía faltar mi gorro negro.
Bajé a la planta de bajo encontrándome con el desayuno que mi madre había preparado, comí lo más rápido que pude. Tenía que llegar a la estación de camiones que me dejaría en el colegio.
Al rededor de cuarenta minutos llegué a la escuela adentrándome a mi salón de clases. A decir verdad, los pasillos y salones son muy elegantes. No tenía queja alguna sobre la escuela.
Observé a Niko platicar con Azul al final de la fila así que me acerque a ellos.
—Hola chicos ¿cómo les fue en su fin de semana?—pregunté dejando mis cosas sobre la butaca que se encontraba alado de ellos.
–Hola señor desaparecido ¿me puedes decir por qué no me contestaste mis mensajes?–habló Nikolas mientras fingía limpiarse las lágrimas falsas.
–No seas exagerado, estaba terminando unos trabajos y ayudé a mi madre con la nueva decoración de la casa–respondí tratando de sonar lo más sincero posible, no es que estuviera mintiendo en gran parte, pero mis dias se basaron en recordar momentos que golpeaban mi mente.
–Pues yo les digo que cada vez estoy más cerca de ser la novia de Saúl–dijo Azul soltando un suspiro.
–Que suerte tienen los que no se bañan–habló Nikolas. Azul no dudo en golpear su hombro, mientras yo solo podía reir. Sin duda, son los mejores amigos que pude encontrar.
Justo en ese momento el maestro llegó haciendo que nuestra plática finalizara.
Después de tres clases más llenas de dolor de cabeza, era turno del descanso y sin duda era de mis momentos favoritos.
–Chicos yo me voy a ir con Saúl–dijo Azul, yéndose sin esperar ninguna respuesta de nuestra parte.
Niko y yo caminamos hacía los comedores para ir por nuestra comida, después de cinco largos minutos de fila pudimos recibirla. El menú de hoy consistía en una sopa de brócoli acompañado de trozo de pollo. La cocinera tenía un sazón riquísimo.
–¿Si te enteraste de la nueva relación de Emilio y Lya?–Me preguntó Niko, mientras caminabamos hacía a los comedores.
–No sé quiénes sean, recuerda que llevo apenas dos semanas–dije restándole importancia, la verdad era que no conocía a casi nadie de ahí y en mi mente no sonaba ningún Emilio o una tal Lya.
–¡Joaquín! Emilio es el chico mas guapo de toda esta cárcel, todas se derriten por él, Lya es la hija de uno de los socios más importantes de la escuela.
–Oh, yo no sabía.
La verdad es que me daba igual, no soy de esas personas curiosas por saber lo que pasa con los demás.
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I wish you liked boys || Emiliaco
Fanfiction"Haría que te sentaras y te daría un millón de razones por las que... estar conmigo te haría ver qué estarías mejor con un chico" "Podría decirte que trataría bien y nunca mal, que en mis brazos es donde tu perteneces" "Pero te gustan las chicas y y...