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Pasó una semana.

La madre de HueningKai se encontraba en su alcoba mientras el pequeño jugaba con el peluche de pororo que tanto le gustaba.

─Hijo, debes ser más amable con SooBin. Él pregunta por ti todos los días, y sabes que sólo quiere ser tu amigo.

─Nunca he tenido uno ¿Los amigos se dan galletas?─Al pelinegro le gustaban las galletas de chocolate, esperaba que SooBin pudiera darle algunas.

─Si, pueden compartir galletas y jugar todos los días si quisieran. Sólo, trata de mantenerte calmado cuando estés con él ¿Bueno?

─Oki doki.

La mujer intentó acariciar la mejilla del infante en un gesto cariñoso, pero HueningKai puso una expresión de pánico y se escondió bajo la manta que tenía a su lado.

─Lo siento, cariño. A veces lo olvido.

SooBin entró a la habitación con una flor en sus manos, y la mujer olvidó por un momento la tristeza que se le presentó, invitó al de cabellos morados más cerca de su hijo.

─Los dejaré solos.

SooBin asintió y se sentó junto a Kai pero sin llegar a hacer contacto.

─Tu pelo es divertido, me gusta, es bonito.

El mayor sonrió.

─Gracias, Hyuka.

Aquella tarde, los pequeños pudieron hablar más de lo que habían intentado en los últimos días.

SooBin se fue a su casa con un peluche de Pororo.

HueningKai tenía una flor en su mesita de noche, junto a un dibujo.

pasitos de pingüino 🐧 sb + hkWhere stories live. Discover now