Capítulo 1

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Narra autora:

Cómo en aquellos tiempos en Grecia, más expecifico Santorini se ubicaba una pequeña familia. La familia Dalaras, la cuál se conformaba con la matriarca y viuda Yenebith de Dalaras, que quedó viuda poco después de tener a su última hija por una  guerra que venía molestando entre los pueblos, también a su hijo mayor Euclides Dalaras y por último Lorna Dalaras.

La familia apesar de la pérdida del patriarca supo cómo seguir adelante y poder mantenerse, exceptuando las malas miradas desaprobativas de las mujeres chismosas como decía Euclides hacía la matriarca por no tener un hombre que se haga cargo de la familia y era muy claro que le tenían gran envidia ya que Yenebith era hermosa, Apesar de los años y de ser madre soltera tenía esa aura y belleza inimaginable.

Ella vivía por y para sus hijos, ellos la amaban y la creían su heroína

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Ella vivía por y para sus hijos, ellos la amaban y la creían su heroína.
Con él tiempo los niños crecían y en aquel entonces la educación era privada hacia la mujer por el machismo tan deplorable, pero eso no detuvo a Yenebith y pagaba a profesores para que enseñaran a su pequeña y muy inteligente Lorna que de cariño le decía Lori, con la excusa que eran clases particulares para su hijo, ella era fiel creyente que la mujer tenía los mismos derecho y sin duda eso la hacía recordar a su amado esposo Charles Dalaras

 Con él tiempo los niños crecían y en aquel entonces la educación era privada hacia la mujer por el machismo tan deplorable, pero eso no detuvo a Yenebith y pagaba a profesores para que enseñaran a su pequeña y muy inteligente Lorna que de cariño ...

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(imagínenlo con la vestimenta griega ok?)



El dio la vida por sus pequeños y su esposa y ella no desaprovecharía ese sacrificio para lamentarse, ella tenía que sacar adelante a sus hijos educarlos y amarlos por igual.

No ser como esa asquerosa sociedad machista de mente cerrada, donde le era placer humillar y tener sumisa a una mujer.

Así que creció a sus hijos a través de ventas de flores y frutos de los árboles de donde ellos cultivaban, cada cosecha era una bendición y bien pagada para los gastos y estudios de sus primogénitos.

Lastimosamente no todo es miel sobre hojuelas, Yenebith no sabía que había hecho mal ella les daba todo lo que podía, pero su primogénito Euclides perdía su luz y se volvía más oscuro, ya no era El Niño que defendía a mamá de las feroces ramas de los árboles, ni a su hermanita ya no veía por ella, el ya tenía 17 años y el se volvió frío y avaricioso el se enojaba por todo y eso la estaba llevando a colmar la poca paciencia que tenía.

Un 13 de abril fue la última vez que ella vio a su Clides, su hijo la abandonó a ella y a su hermana con una simple nota que recitaba: " no quiero seguir viviendo en la miseria merezco algo mejor, no quiero estancarme como lo hizo mi padre contigo, pronto volveré por mi hermana y jamás la volverás a ver".

No solo por ser una cruel despedida que le apuñalo su corazón, si no también una amenaza contra su pequeña de 13 años ella jamás la dejaría irse con el, si eso la llevara a perder la vida en el intento lo haría solo le quedaba su pequeña Lori.

Pobre Yenebith le queda poco tiempo con su hija..... Recuerda que un Dalaras jamás rompe su promesa...





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𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒐 𝒚 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒂𝒗𝒊𝒔𝒐 𝒔𝒖 𝒗𝒊𝒔𝒊𝒕𝒂✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora