Familia. Parte 1

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Era la madrugada de un día lluvioso, una pareja de duendes salía de su escondite que era un agujero en el tronco de un viejo arbol. Se trata de un escondite agradable, la temperatura en el interior era cálido y ellos ya habían vivido en ese lugar por un par de años, era su hogar.  Los depredadores eran muchos y aunque ellos no eran débiles habían muchas criaturas que les superaban en número y fuerza. Cualquier descuido y se convertirían en un bocadillo.
Aquel día se dirigían a cortar plantas, la señora duende podía crear pociones y brebajes de muchos tipos.
-Guarda silencio Rumina- dijo el señor duende llamado Brayon.
-¿Ocurre algo?- pregunto Rumina .
-Se escucha un ruido extraño en esa dirección, nunca antes lo he escuchado.
-¿Una bestia?
- No lo sé, parece estar muriendo, si vamos a ver quizá podamos quedarnos con la piel- contesto Brayon.
- No me parece buena idea, quizá sea peligroso.
-Vamos, anda se hacerca el invierno y una piel no nos vendrá mal.
La pareja de duendes camino en esa dirección, Brayon tenía un excelente oído y por su naturaleza mágica tenía habilidades especiales dentro del bosque por lo que no sintió peligro alguno al acercarse.
-!Esa cosa es una cría de humano¡- exclamó Rumina.
-No había visto nada tan feo desde hace mucho tiempo- hablo Brayon.
-¿Qué deberíamos hacer?- pregunto Rumina.
Brayon camino hasta el bebé, tomo su pequeño cuchillo y apunto a la cabeza.
-¿Qué estás haciendo?
-Voy a terminar con su sufrimiento, está cerca de morir -dijo Brayon.
Antes de cortar la garganta del pequeño, un movimiento brusco del bebé dejo ver sus cabellos plateados saliendo de la tela que cubría su cuerpo.
-! Detente¡ - Grito la Rumina.
El cuchillo estubo a un milímetro de cortar la garganta del menor. La mano de Brayon guardó su diminuto cuchillo en un funda.
- Esos pelos son señal de buena fortuna, es un niño bendecido, debe tener algún propósito en este mundo. Deberíamos tratar de ayudarlo- sugirió Rumina.
-¿Cuando has visto a un duende cuidar de una cría de otra especie? -dijo Brayon.
-Nuestra raza está al borde de la extinción, nunca tuve la oportunidad de cuidar a uno de mi especie, dejame cuidar a esta cría de humano.
Brayon miro el rostro entristecido de su pareja Rumina. Por más de doscientos años trataron de encontrar descendencia, pera la tierra era infértil y para su raza habían pasado quinientos años desde que uno nuevo surgió de la tierra.
-Es nuestro destino el habernos encontrado con este humano, nosotros que anhelamos una familia y este bosque nos ha dado un hijo.
Brayon permaneció dudoso, no sabía que problemas podría causarle un niño humano y que sería de ellos en el futuro, pero al ver el rostro emocionado y suplicante de Rumina acepto la idea.
-Lo llamaré gris, por su cabello- dijo Brayon.
-No es gris, es plateado -hablo Rumina.
-Como sea, lo llamaré de ese modo.
-Deberiamos buscarle un mejor nombre en el futuro.

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⏰ Última actualización: Jul 04, 2020 ⏰

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