DISTANCIA ENTRE PALABRAS

CAPÍTULO I

Podría empezar mi historia contando como M.J y yo nos separamos, pero prefiero empezar contando como nos enamoramos, tal vez ustedes comprendan porque se convirtió en mi persona favorita, y aunque tuvimos muchos bajos estoy segura que juntos llegaremos muy alto.

Aun no estoy segura de como contarles, quizás con fechas o solo dejando que su imaginación vuele, permitiendo que ustedes se transformen en la protagonista, permitiendo que sientan lo que sentí.

Nos conocemos hace más de seis años, somos amigos desde hace cinco años y todo contacto físico empezó hace cuatro años, recuerdo la fecha exacta pero es algo que quiero guardar para mí. Él es un chico muy coqueto y siempre me gustó seguirle el juego, era divertido hacer monadas juntos, éramos amigos aunque para los otros nos veíamos como algo más.

Nunca confesamos lo que sentíamos, aunque cada uno lo sabía, prefería no decirlo, en primera para no arruinar la amistad, en segunda porque ambos teníamos fama de no enamorarse y en tercera porque ambos conocíamos nuestros límites, quizás por esas cosas particulares en común éramos tan amigos.

Al ser parte de mi historia deben saber que, pasaron muchas personas por ambos antes de aceptar que éramos nuestro complemento. Para que se pongan en contexto él me gustaba pero también me interesaban otros chicos, además no podíamos llegar a nada porque él estaba con alguien, a eso me refería cuando mencioné que ambos conocíamos nuestros límites.

Un lunes por la tarde, esperando que las clases empiecen para poder regresar a nuestras aulas, estamos con un grupo de amigos. Él y yo estábamos juntos escuchando las bromas de los demás y bromeando con ellos. Quizás ese día estábamos más pegados de lo normal, él y yo de la mano jugábamos entre nosotros cuando su mirada se topó con la mía y lo sentí, fue raro, como un deseo desde el fondo, un deseo de tenerlo. Debo precisar que a veces era un toque torpe al hablar, es decir que las palabras salían de mi boca sin pasar por un previo análisis de mi cerebro.

—Si me sigues mirando así te voy a besar.- dije sin filtro.

—¿Querrás?.- me preguntó él sorprendido y sonriendo, haciendo que caiga en cuenta de lo que había dicho. No respondí, porque no sabía que responder, ¿quería?, ¿quería que él me besara?, o sea sí pero no.

Horas más tarde...

Buscando una salida atravesamos las escaleras de emergencia. En ese momento él me tomó de la cintura y acercándome hacia sí me besó. Ese acto me dejó desconcertada sin saber que hacer al sentir los labios de M.J sobre los míos, así que solo atiné a saborear el beso, de una manera sensual, quizás.

—Así no se besa. -dijo él dejándome tiesa.

—... -No salieron palabras de mi boca, a decir verdad yo estaba muy nerviosa, me temblaban las piernas y me palpitaba el corazón muy rápido.

—Tienes que cerrar los ojos y hacerlo lento. -refirió él y seguido de eso tomó mi rostro entre sus manos para volver a besarme.

—Me tiemblan las piernas. -dije sin filtro y nerviosa, no presté mucha atención a lo que él respondió porque inmediatamente volví a sentir sus labios sobre los suyos.

Ese día nos dimos el primero de todos los besos que siguieron.

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#adioslimites ¿ustedes creen?