Prólogo.

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Cuando Lauren Jauregui se despertó esa mañana todo estaba en silencio, no se escuchaban las risas de su madre viendo la televisión como todos los sábados en la mañana y el olor del desayuno no se colaba en su habitación.

Colocó sus pies descalzos en el suelo frío y un escalofrío le recorrió el cuerpo mientras se levantaba, estiró cada parte de su cuerpo y se dirigió hacia la puerta algo somnolienta.

El apartamento estaba vacío, cosa que era extraña, su madre no solía salir los sábados a las 9 de la mañana. En realidad, su madre no salía nunca.

Sus pies la llevaron hasta la cocina, un sobre blanco sobre la mesa llamó su atención. Lo tomó delicadamente y comenzó a abrirlo con curiosidad. Casi se desmaya al ver su contenido.

Habían al menos mil dólares dentro del sobre y una pequeña carta que simplemente decía "Volveré pronto, nunca olvides que te amo". Lauren sonrió, a punto de tomar la peor decisión de su vida.

Esta chica no se caracterizaba precisamente por ser madura o responsable, ella simplemente actuaba de acuerdo a sus instintos, lo cual siempre la metia en problemas y todo acababa en desastre. Muchas veces, su impulsividad causó bastante daño.

Tomó el teléfono y rápidamente marcó el número de su mejor amiga. Contestó tres tonos después.

— ¿Qué sucede? — Preguntó con voz ronca. Lauren rodó los ojos.

— Levantate, vaga — Respondió, manteniendo la vista fija en los billetes de 100 que sostenía entre sus manos. — Mi madre salió y me dejó bastante dinero.

Escuchó como Normani se levantaba de un salto.

— ¿A que te refieres con "bastante dinero"? Quiero números — Lauren dejó salir una pequeña carcajada.

— 1000 dólares  — Se dirigió a su habitación y comenzó a vestirse, sosteniendo el teléfono entre su hombro y su mejilla. — Hay fiesta esta noche, avisale a todos.

— ¿Cuando regresa tu madre? Tal vez deberías utilizarlo de otra forma — Normani era el cerebro en esa amistad. Ella enumeraba los pros y los contras antes de actuar y era quien controlaba a Lauren antes de cometer una locura, era la más cuidadosa y madura de las dos. — ¿Qué tal si te hace falta luego?

Lauren chasqueó la lengua con fastidio.

— No voy a gastarlo todo, lo prometo — O al menos eso intentaria. — Por favor, no hemos ido a una fiesta desde la graduación.

Normani suspiró al otro lado de la línea.

— De acuerdo — Lauren sonrió. — A las ocho estaré en tu casa.

La llamada terminó y la pelinegra cerró la puerta de su apartamento detrás de ella y caminó hasta el ascensor, la emoción recorriendo su cuerpo. No podía esperar a que llegara la hora de la fiesta.

***

Arrojó las bolsas sobre la mesa. Había comprado todo lo necesario, y algunas cosas de más, pero se había asegurado de guardar dinero suficiente.

Unas horas después el pequeño lugar se encontraba repleto de gente. Normani había invitado a unas setenta personas, pero casi todas habían traído acompañantes o habían corrido la voz. Casi no se podía caminar y Lauren estaba completamente segura de que había gente que simplemente había escuchado la música y decidido subir. Los vecinos habían venido a quejarse varias veces, pero se dieron por vencidos al ver que solo llegaba más y más gente. La fiesta a penas estaba comenzando.

— Fuera de mi habitación — Le ordenó a una pareja que se encontraba sobre su cama. — Si tienen muchas ganas tendrán que buscar otro lugar.

— Aguafiestas — Dijo Normani al pasar por su lado. Sus ojos se abrieron con sorpresa y comenzó a reír fuertemente.

En algún momento de la fiesta comenzó a tomar demasiado y no todos sus cinco sentidos le estaban funcionando. Bailaba de un lado a otro con cada desconocido que se cruzaba en su camino.

Algunos recuerdos tristes acudieron a su mente como cada vez que tomaba de esa forma. Trató de apartarlos de su cabeza mientras se dejaba llevar por la música y la chica que sostenía sus caderas.

— Hey — Un chico completamente desconocido para ella se acercó. — Lamento interrumpir, pero me dijeron que eres la dueña de la fiesta y nos estamos quedando sin alcohol.

Lauren metió la mano en su bolsillo y sacó lo que le quedaba de dinero, arrojandoselo a la cara.

— Gracias — Respondió el adolescente con una sonrisa. — Ya vuelvo.

— Como sea — Dijo Lauren mientras volvia a bailar con la chica. — ¿Vamos a un lugar más privado?

La rubia asintió, pero Lauren ya había comenzado a caminar hasta la habitación.

A la mañana siguiente, despertó junto a una chica que no reconocía y sin los recuerdos de la noche anterior. Se dirigió hacia el baño dispuesta a darse una ducha antes de revisar los daños, pero al abrir la puerta, se encontró a Normani. Al parecer, su diversión todavía no había terminado.

Cerró la puerta del golpe y la pudo escuchar riendo. Rodó los ojos y fue a la habitación de su madre, el único lugar al que todo el mundo tuvo prohibido entrar.

Su baño estaba vacío, no había jabón, champú, crema dental o toallas. No había nada. Lauren frunció el ceño y fue hacia las gavetas donde su madre guardaba las cosas del baño. Vacías.

Comenzó a registrar la habitación, pero se lo habían llevado todo.

— Normani — Gritó, entrando en desesperación. — Creo que me robaron.

Pero Normani estaba demasiado ocupada como para escucharla.

Buscó el teléfono, dispuesta a llamar a la policía, y mientras marcaba, la realidad la golpeó.

Su madre se había pasado noches enteras llorando, tenía un comportamiento extraño, el día anterior a penas le había dirigido la palabra y cuando lo hacía no era capaz de mirarla a los ojos, mil dólares, "nunca olvides que te amo". Su madre se había ido para no volver.

Su madre la había abandonado y le había dejado una gran suma de dinero para sobrevivir un tiempo mientras lograba estabilizarse por su cuenta.

Corrió hasta la habitación en la que se encontraba la rubia durmiendo y buscó sus pantalones por todas partes.

— Aquí — Murmuró mientras lo levantaba del suelo. — Por favor, por favor...

Pero 70 dólares era lo único que quedaba en su bolsillo. Solo 70 dólares, una madre desaparecida, un refrigerador vacío y un alquiler que pagar.

— Mierda — Dijo Lauren con desesperación mientras se dejaba caer contra la puerta de su habitación — ¿Qué hice?

[tw: esta historia trata temas fuertes. prostitución, homofobia, uso de drogas y alcohol, suicidio.  si eres una persona sensible te recomiendo que no sigas leyendo] 

Lauren. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora