A tu lado todo suena mejor

Capítulo 2

Suena la bocina y despierto del susto, chocándome con la cama de arriba de la litera.

- Joder - vaya despertar el primer día

Me levanto y me estiro mirando nuevamente a mi alrededor. Mis compañeros de cuarto aún están tirados en las camas alargando el comienzo del día.

Qué raro se me hace después de todo el estar aquí. Después de un año estudiando para las pruebas, que me llamaran la semana pasada diciéndome que entraba en el ejército fue la mayor satisfacción que pude sentir, bueno más que yo mi madre.

Su única preocupación es que siguiera los pasos de mi padre y fuera como él. Yo no lo conocí, pero sé que, según mi madre era idéntico a mí.

Me dirijo al baño cuando de repente se abre la puerta de nuestro camarote.

- Buenos días pelotón 4- apareció el comandante encargado de nosotros

Parecía un señor de unos 50 años, pelo rubio y con una actitud firme e indomable. Lo que más llama la atención de él son sus ojos, el azul más bonito que jamás he podido ver.

- Buenos días señor- dijimos al unísono colocándonos rectos y con la mano en la cabeza

- Les quiero listos en media hora en el patio de entrenamiento- y justo después de eso abandonó el camarote.

- Joder quién me mandaría a meterme aquí- dijo un chaval de unos 18 años delgaducho que tenía a mi derecha.

- Venga chavales, A TOPEEE- dijo otro gritando mientras se daba golpes en el pecho.

Madre mía qué hago aquí- pensé para mis adentros mientras entraba al baño finalmente.

Desde pequeño mi sueño había sido acabar en la ópera de Viena y más llevando más de 13 años en el conservatorio. Pero esos no eran los planes que mi madre tenía planeados para mí. Desde niño me inculcó la afición por el ejército, sobre todo por el de tierra.

Ella conoció a mi padre en su jura de bandera y desde entonces nada los separó, bueno sí, su muerte el mismo año en el que yo nací.

Mis primeros recuerdos son ver a mi madre llorando, observando la foto de mi padre y es por eso por lo que no voy a quitarle la ilusión de ver a su hijo siendo lo que en un momento fue mi padre, por mucho que me duela no poderme dedicar a lo que realmente me gusta.

Salimos al patio y nos colocamos en fila, en el orden que nos asignaron el día anterior.

Llegan el comandante y 4 instructores más y se colocan frente a nosotros.

- Bueno hoy por ser el primer día vamos a comenzar haciendo 7 series de estos dos recorridos. Os dividiremos en dos grupos, de Álvarez a Fernández con la Sargento Aguirre- dijo señalandonos- y de Fuentes a Zorrilla con el Sargento Gutiérrez

Me dirigí junto a mi grupo detrás de la Sargento Aguirre esperando a que nos indicara lo que teníamos que hacer.

-Buenos días, ante todo me presento, soy la Sargento Aguirre y a partir de hoy me encargaré de gestionar y coordinar vuestra instrucción en los turnos de mañana.- buscó con la mirada al comandante antes de seguir- espero que cumpláis todo al pie de la letra, si no es así los castigos aplicados harán que lo sea.

Segundos más tarde un timbre indicó el comienzo de los entrenamientos y tras la explicación del recorrido que teníamos que hacer nos pusimos en marcha.

- Venga Fla dale, lo has practicado durante mucho tiempo- pensaba mi cabeza mientras me arrastraba por el barro por debajo de una tela de metal

- Vamos Fernández, los he visto mucho más rápidos- me gritó la Sargento mientras pitaba con el silbato

- NO TRANQUI YO PERREO SOLA- empezó a sonar en los altavoces

Todos nos mirábamos ingenuos sin saber si reírnos o no

- Qué diablos- dijo el comandante mientras se marchaba corriendo

- Ya empieza la malcriada- dijo la Sargento Aguirre en voz baja- yo sabía que traerse a su hija aquí no era buena idea

¿De qué hija estaría hablando? Me mataba la curiosidad por ver quién era capaz de hacer tal cosa sabiendo los castigos que aplicaban en el cuartel.