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"—¿Qué me vas a dar a cambio?"

"—Si quiere lo invito a cenar."

No mentiría en decir que eso lo había tomado por sorpresa. intentaba pensar en algo ingenioso con qué responderle, pero no pudo, se había quedado en blanco. Qué capullo.

Aún en la soledad de su despacho se seguía cuestionando el porqué no había pensado en algo con qué responderle a Gustabo, ¿en verdad iba en serio con la cena?

Negó al instante con la cabeza, ¿en qué demonios estaba pensando? Sonaba como una puta colegiala enamorada, se daba a sí mismo asco.

—Superintendente —anunció presuroso un alumno al entrar.

—¿Qué no te han enseñado a tocar una puta puerta? —espetó molesto Conway, bufando por la ineptitud del alumno. El joven alumno titubeó un poco y salió del despacho para tocar la puerta temorosamente. El azabache rodó los ojos en señal de hastío—. Pasa, ¿qué coño quieres?

—Los subinspectores Dan y Brown se están peleando en los vestidores —Conway se levantó de su silla y se encaminó con el alumno tras de él, no se podía creer que se pusieran a actuar como gilipollas.

Al entrar, vio como había una bola alrededor de los subinspectores, todos vitoreaban por Dan, que se encontraba ganando la pelea.

—¿POR QUÉ COJONES LAS SUPERNENAS ESTÁN PERDIENDO EL TIEMPO Y NO CURRANDO? —todos salieron corriendo como viles ratas, menos Dan y Brown, que cayeron en cuenta de que la habían cagado.

—Súper, esto tiene explicación —trató de explicar Dan, ciertamente era el único de los dos que se encontraba tranquilo, su compañero estaba templando de miedo.

—Y claro que lo explicarán, lo harán y se irán de aquí, CON SU PUTA BAJA DEL CUERPO.

—¿Qué coño pasa aquí? —todos voltearon a la entrada de los vestidores, encontrándose con la mirada confusa de Fred.

—¿Tú dónde cojones estabas? ¿POR QUÉ COÑO NO ESTABAN PATRULLANDO LOS DOS? —exclamó el superintendente encarándose con Fred, se estaba cansando de la irresponsabilidad de sus dos anormales.

—¡Pero si yo acabo de llegar! ¿Por qué me echa el marrón a mí? —se defendió Fred, tratando de imponerse lo que más podía, por la diferencia notable de alturas. Conway suspiró mientras se retregaba el puente de la naríz con frustración, hoy no se sentía con los cojones católicos.

—Brown y Dan, a mi despacho —dijo mientras miraba de reojo por sobre su hombro a los dos implicados. Ambos se miraron asustados y se fueron de ahí sin molestar más al superintendente—. Puede retirarse, alumno.

Fred y Conway quedaron solos en los vestidores, la tensión estaba ahí, pero no era sofocante, al menos hasta que habló el rubio.

—¿Ya se pensó lo de la cena? —sin evitarlo, le lanzó una mirada coqueta, su intención era joderle y vaya que le encantaba hacerlo.

—¿Tú te crees que voy a cenar con un capullo como tú? —se cruzó de brazos mientras alzaba una ceja, le parecía estúpido que siguiera insistiendo con eso.

—¡Hombre! Usted me dijo que qué le iba a dar a cambio por la placa y yo le ofrecí una cena, ¿o quería algo más? —insinuó mientras se acercaba al más alto, este no se inmutó.

—Qué puto asco.

—Joder, ¡a usted nunca se le puede contentar! —exclamó García volviendo a su lugar original—. Debería de apreciar lo que la gente trata de hacer por usted, lo amable no quita lo valiente, ¿eh?

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2020 ⏰

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Una cenita [CANCELADA DE MOMENTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora