STRANGERS.

CAPÍTULO I

"INVASIÓN DE PROPIEDAD"

Un omega se encontraba mirando aquella bolsas de compras que su madrastra  le había entregado con anterioridad, soltó un suspiro agotador mientras llevaba una de sus manos a su cabeza, su boda se aproximaba a grandes pasos, y aunque no estaba de acuerdo, ¿que podía hacer un omega?, JiMin siempre había crecido con las ideas de que ser omega era sinónimo de debilidad, de sumisión, claro estaba el hecho de que había intentado sobreponerse a las normas e ideologías que dictaba el clan Park, tal cual como solía leer en sus libros, el omega que puede salir adelante, que conoce buenas personas y encuentra al amor de su vida, todo libro que había leído terminaba así, omegas sufriendo y luego llegando a ser enteramente felices, él era feliz, lo era, o al menos eso creía, tenia lo que quería, sus padres eran líderes del Clan que abarcaba todo Busan, aquellas tierras estaban bajo el dominio Park, pero entonces, ¿Por qué sentía un abrumante vacío en su pecho?

Tomó una de las bolsas abriendo la mismas para ver de que se trataba y casi suelta un grito al ver el contenido, era ropa extremadamente provocativa o más bien erótica, había visto lencería de aquel tipo en catálogos e incluso porque su amiga HyunA le pedía opiniones a la hora de comprar, pudo notar que el material parecía ser caro, aunque eso lo suponía, después de todo no era un experto en telas o algo similar.

Para JiMin, con aquello su madrastra le estaba dejando en claro que su rol en la jerarquía era solo procrear, ser un omega obediente, servir como objeto de satisfacción sexual y máquina para bebés.

—¡ASHHS! ODIO ESTÁ MALDITA SOCIEDAD. -grito el menor mientras sus manos estaban sujetando con fuerza aquellas bragas que parecían más bien un hilo que no dejaría nada a la imaginación.

El castaño omega tomó aquella ropa interior y la miro atentamente.

Su matrimonio con Jackson era sólo para unificar dos clanes, los Wang tenían poder, por supuesto que sí, sabía de sobra que su progenitor era un ambicioso y prefería el poder por sobre todos y todo, e incluso por sobre su legítimo  y  único hijo, él mismo era solo un eslabón, una pieza que iba a ser usada sólo con un propósito, lograr lo que aquel hombre alfa quería, más poder y dominio.

Miro aquello una vez más yendo hacia el baño, después de todo la curiosidad era parte de él, era como su segundo nombre.
Pero si había algo que JiMin amara más que un rico licuado de fresas en las mañanas era admirar su sensual cuerpo frente al espejo, él sabía o al menos se consideraba muy diferente a un omega, los omegas que conocía en su mayoría eran sumisos, callados, obedientes, y timidos, muy muy pero muy timidos, él era lo contrario, solo su padre podía callarlo, razón por la cual antes que se presentará como omega todos suponían que seria un alfa dominante, hasta el mismo llegó a creer aquello, pero todo cambio esa mañana, cuando se presentó como un omega con un agradable aroma a rosas y chocolate amargo, un sofisticado aroma, que no le desagradaba a su portador pero tampoco lo hacía sentir orgulloso.

JiMin  se desnudó por completo probándose cada prenda.
La suave tela de encaje blanco se posicionó cubriendo sus pezones, llegando sólo hasta su ombligo sin tapar este, el escote en V dejaba a la vista su blanco cuello sin marca y sus notables claviculas.

Tomó aquellas bragas del mismo tono y se las colocó con calma, aquel fino hilo  no tardo en meterse entre medio de sus firmes posaderas cuando las terminó de colocar, prosiguió a tomar una de las dos medias blancas y se las colocó mientras tarareaba una melodía irreconocible para cualquiera.

Una vez listo se miro al espejo, se observó de arriba hacia abajo mientras doblaba una de sus piernas como si fuera modelo, realizó unas cuantas poses antes de soplar para arriba a uno de los mechones castaños que caían por su rostro.

—Esto no está mal, aun así..

Giro un poco mirando su trasero.

—Me siento como un..
No termino de hablar debido a que un ruido se escuchó, aun así JiMin siguió en lo suyo, volvió a su habitación con aquello puesto, tomó la bolsa de compras viendo  si había algo más allí.

—Somos la sensualidad y calidad en una sola prenda.

Leyó aquel pequeño papel que había encontrado en voz alta soltando una risa de por medio, arrojó aquello en cualquier lado de su habitación ya que no era relevante para él.

JiMin a sus veintidós años no era un omega virgen tal cual sus familiares creían, solía tener encuentros con un amigo cercano de la familia, aunque eso sí, en los períodos de celo sólo era él y sus juguetes en su habitación, juguetes que ocultaba de su familia ya que estos eran muy cerrados ante el uso de aquello que no fuera pastillas o supresores. En conclusión eran un tanto tradicionalistas  ante los nuevos avances, con sólo decir que había veces en que JiMin tenía que asistir a las reuniones o cenas importantes usando hanfu.

El omega se recostó en su amplia cama, sus sábanas rojas estaban perfectamente puestas, JiMin no tardó en recoger su teléfono celular sacando un foto de sus piernas cubiertas con aquellas medias blancas.

Una vez listo aquello se acostó boca abajo buscando un contacto entre tantos que tenia, al dar con el de su fiel y mejor amigo Kim TaeHyung le envío aquella foto poniendo en el mensaje "¿No crees que el idiota de Wang es afortunado?", le dio enviar a aquello y soltó una risa, de pronto sintió su omega dentro suyo algo inquieto, JiMin intento agudizar sus oídos intentando captar algo, trato de olfatear pero nada.

Se puso de pie rápidamente, camino hacia la puerta de su habitación y la cerró con seguro.

Volvió sobre sus pasos hacia el baño para volver a ponerse su anterior ropa y dejar aquello de lado, tenia que hablar con su madrastra seriamente.

"Algo no está bien"
Dijo su animal interior.

JiMin quiso decirle que no había nada porque temer, pero una grande y fría mano paso adelante suyo tapando su boca, impidiendo salir cualquier sonido de esta, el menor pataleo pero aquel hombre tenía más fuerza que él,  los ojos del menor se abrieron enormemente cuando sintió el tacto ajeno por parte del intruso sobre la parte izquierda de su cadera con su otra mano libre, su piel se estremeció ante aquel toque frío sobre su cálida piel, el individuo olfato su cuello, JiMin se maldijo internamente por estar usando lencería justo en aquel momento cuando tenía a un quizás asesino  detrás suyo sosteniendolo de aquella forma.