Los dedos de sus manos como los de sus pies se encontraban entumecidos debido al frío que atravesaba sus huesos, esta noche resultaba sumamente fría. Aunque no podía ver a su alrededor podía imaginar como se veía, acurrucado hecho un ovillo temblando entre el heno que llenaba el ataúd en medio de la descuidada casa en la oscuridad. Su túnica interior era delgada y fría protegiéndolo poco contra la gélida sensación, pero al menos A-Qing no pasaría frio ni se enfermaría gracias a su túnica exterior.
De pronto la vieja y desgastada manta fue levantada y un cuerpo cálido se deslizó debajo de ella, detrás de él en ese reducido espacio. El otro hombre se pegó a su espalda colocando su cabeza contra la parte trasera de su cuello.
—Espero que a DaoZhang no le moleste si solo por esta noche duermo con él—Susurro detrás de su oído provocando en el mayor un sonrojo bajo su venda.
—En absoluto, es una noche muy helada. Debemos de mantener el calor lo más que podamos.
Xue Yang no podía ver el rostro de su DaoZhang pero podía asegurar que estaba sonriendo o eso le dijo el suave canto de su voz. Sin poder evitarlo se acurrucó aún más cerca del taoísta. Xiao Xingchen se dio cuenta que este comportamiento no era usual por lo que indago un poco.
—Amigo mío, ¿Te ha sucedido algo? ¿Hay alguna manera en que pueda ayudarte?
Xiao Xingchen estaba por darse la vuelta para quedar frente a él pero Xue Yang de inmediato se lo impidió.
—No, no, por favor, quédate así...
—Entiendo. Si hay algo que te inquieta puedes confiar en mí.
—No podría... no podría dejar que tú...—Su voz estaba repleta de aflicción, tan dolorosa y cargada de sufrimiento. Esta clase de vulnerabilidad sorprendió a Xingchen, estaba tan acostumbrado al joven que siempre bromeaba y alegraba sus días desde que lo encontró herido, que esta situación lanzo una afilada cuchilla hacia su corazón.
—No haré ninguna pregunta querido amigo. Si tan solo quieres a alguien a tu lado, aquí estoy.
Tan pronto como sus palabras salieron de sus labios, un tímido pero fuerte brazo rodeo su cintura con delicadeza apretándolo contra sí. Xue Yang escondió su rostro en la espalda del joven de blanco aspirando su calmante olor a incienso; tristemente, ese olor no logro calmar la tormenta en su interior.
—DaoZhang, eh hecho cosas muy malas, si las llegaras a saber te alejarías de mí.
El joven se encogió ante sus propias palabras al imaginar ese desgarrador escenario donde su DaoZhang lo despreciara y odiara. No podría soportarlo.
Xingchen acepto con cariño la mano sobre su cintura dejando la propia sobre la que lo tomaba posesivamente y le hablo de manera firme.
—No podemos controlar las cosas que suceden a nuestro alrededor pero podemos elegir que destino tomar, el bien o el mal. El seguir adelante o vivir en el pasado. Aun si haces algo malvado, puedes sentir un fiel arrepentimiento o seguir por ese camino que te destruirá eventualmente, si como dices has hecho algo malo, puedes elegir el camino del arrepentimiento.
Xue Yang cerro sus ojos y apretó con fuerza la mandíbula. Si DaoZhang supiera lo que paso durante su ida al mercado, lo hubiese atravesado con Shuanghua sin dudarlo. Esa misma que tarde que salió tenía que atravesarse en su camino ese maldito Dao Shi de Song Lan. Tuvo que librarse de ese estorbo antes que se acercara a SU DaoZhang y se lo llevara lejos de él. Todos esos sentimientos mezclados lo tenían hirviendo por dentro, el odio, el rencor, el deseo de venganza, el sentimiento que se formaba en su pecho siempre que escuchaba reír a Xingchen... El deseo de hacerlo sonreír.
Xingchen en contra de la voluntad de Xue Yang se dio la vuelta para quedar frente a frente, la mano que lo apretaba esta vez no mostró negación ante su movimiento y pronto sus alientos se entremezclaban. Xiao Xingchen había dejado de temblar gracias al calor corporal de su amigo, el joven sacerdote logro sentir cada músculo de su compañero sin nombre con claridad.
La mirada de Xue Yang recorrió ese maravilloso rostro que le transmitía tanta calma y sentimientos nuevos, nunca antes experimentados. Sus dedos automáticamente se movieron para trazar esos rasgos sin ninguna imperfección. Xingchen tembló ante su delicado toque y sus mejillas enrojecieron pero acepto la ternura con que esos dedos lo comenzaron a recorrer.
Xue Yang detallo en medio de la oscuridad la perfección en su rostro, desde la suave frente, su perfilada nariz, sus pómulos, sus mejillas teñidas de un suave rojo, su barbilla y finalmente sus suaves labios de un rosa pálido, con su pulgar toco ligeramente el superior para luego pasar al inferior; Las yemas de sus dedos lo acariciaron con tanta delicadeza y devoción que Xingchen habría jurado que era un delicado pétalo de rosa quien lo acariciaba con ese nivel de amor.
Por un momento Xingchen se quedó expectante esperando ¿Algo más? ¿Quizá? Pero el joven de túnica blanca no sabía que Xue Yang se encontraba en sus propios pensamientos teniendo una feroz batalla consigo mismo, su viejo y vengativo "Yo" contra el joven sin nombre que por primera vez experimentaba lo que era sentirse querido por alguien.
Unos temblorosos dedos más delgados lo obligaron a volver al presente. Xingchen se encontraba tocando su rostro un tanto inseguro sin saber si continuar o no, pero aun así siguió con la exploración. Xue Yang no sabía bien como sentirse, por un lado temía que Xingchen de alguna manera recordara como lucia cuando se conocieron y terminara por descubrir quien era pero por el otro, esta forma de estar tan cerca de alguien era nuevo y a la vez, placentero. Solo si era Xiao Xingchen y nadie más.
El frío había pasado a segundo plano en esta situación, no supieron quien había sido el que se acercó a quien pero de un momento a otro sus labios se encontraron tímidamente. Se besaban como el suave pose de una mariposa sobre una flor recién abierta, solo conociéndose y probando los labios del otro pero eso quedo atrás cuando el beso se convirtió a uno más pasional y desenfrenado, queriendo saciar su hambre por el otro. Xue Yang tuvo cuidado de no tocar a Xingchen con su mano herida mientras se encargaba de cerrar la distancia entre ellos. Ahora sus cuerpos se encontraban friccionándose uno contra el otro; así mismo, sus piernas terminaron por enredarse en su ardiente delirio. El frío habiendo desaparecido por completo, el calor reinaba en su pequeña burbuja. Terminaron el beso con ambos jadeando en busca de aire.
Xingchen toco a tientas la mano de Xue Yang que aún estaba en su cintura, y entrelazo sus dedos. Le dio una brillante sonrisa que termino por doblegar el corazón del delincuente.
—Yo creo en ti—Le dijo con seguridad—Puedes elegir que camino tomar, estoy seguro que tomaras la decisión correcta y... —Xingchen dudo por un segundo pero continuo con una dulce sonrisa—Espero me dejes estar en ese camino.
Con tan pocas palabras, el cultivador demoniaco termino por caer rendido ante quien una vez juro venganza, su enemigo.
El amanecer llegó con los dos abrazados envueltos en la delicada pero hermosa atmósfera que solo podían crear dos personas que se amaban.
¿Quién diría que la linea entre el amor y la locura era tan delgada? Aquel joven que una vez fue solo un niño hambriento e inocente lleno de ilusiones, termino por enloquecer al verse rechazado y alejado de la única persona a quien amo.
En sus últimos momentos solo pudo observar su propio brazo fuera de su cuerpo donde su mano conservaba su mayor tesoro, un viejo dulce. Exhalando su último aliento, unas débiles y casi inexistentes palabras salieron de sus labios por última vez.
"Espero podamos encontrarnos en otra vida y poder pedirte perdón, mi amado DaoZhang"
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¡Hola! ❤ Estaba algo insegura si publicar este mini fanfic, Mi personaje favorito es Xue Yang pero no se si soy buena intentando escribir su personalidad. ¿A ustedes que les pareció? Me gustaría saber su opinión (*^ω^*)
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Una noche fría te confíe mi corazón
RomantikXue Yang le cuenta a Xiao Xingchen su más grande temor.