— Ya es de noche— un hombre de cabellera rubia con mechones rojizos se acercó hacia la ventana de su habitación, sus orbes denotaban una profunda tristeza, pero en su rostro aún mantenía una sonrisa.
Rengoku trababa de mantenerse al margen en cualquier momento del día, se mantenía fuerte cuando su padre siempre lo recrimina con insultos, cuando no lograba proteger a alguien, cuando su trabajo no le permitía ver a su hermano menor pero, a pesar de tratar de mantener un rostro despreocupado sus sentimientos siempre salían a flote.
Unas pequeñas lágrimas sobresalieron de sus ojos, las estrellas siempre lo acompañaban en sus malos momentos.
— (T/N), hoy gané una batalla contra dos demonios— anunció el rubio, justo cuando sus orbes dorados se encontraron con una luna brillante—. Nadie salió ileso, había una chica que se llamaba igual que tú. Se que te prometí que estos sentimientos nunca se me saldrían de las manos, perdón. Hay promesas que nunca logré cumplir.
Su mano pasó sobre sus cabellos de manera frustrada, nunca había sentido tanto dolor cada vez que pronunciaba tu nombre y solo eso. Los intentos que hacia Rengoku para tratar de aliviar su dolor eran en vano, no podía olvidarte, no podía sacarte de tu mente.
— Ni siquiera se si ahora me escuchas, donde quiera que estés— Rengoku apretó sus dientes—. Sabía que no debía llevarte conmigo ese día.
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— ¡Esto está sabroso!
Observaste a Rengoku con una ligera risa, su actitud ante la comida siempre te parecía graciosa, aunque frente a una batalla su actitud parecía ser la de otra persona. Él rubio te observó de igual forma para después sonreír, ambos irían a una misión debido a que ambos trabajan juntos, tú estabas con él como un secuaz.
Lo conociste desde hacía mucho tiempo atrás, tú madre y la de él eran amigas y aunque Rengoku tenía tres años más que tú, ambos seguían teniendo un vínculo especial.
Te habías unido a los cazadores de demonios después de ver morir a tu madre, una sensación de amargura te había atormentado desde ese día, tu madre era la única familia que te quedaba y cuando la perdiste, algo dentro de ti te había impulsado a seguir adelante, porque eso era lo que tu madre quería. Entraste a los cazadores de demonios porque decidiste que era lo mejor, porque no querías ver a más personas perder a sus seres queridos.
Rengoku estaba contigo en cada momento, al igual que su hermano pequeño, aunque no podías decir lo mismo de su padre. Él siempre te apoyó en cada cosa, no importaba si estaba en desacuerdo, después de todo era lo que querías.
No eras tan fuerte, ni un pilar como él, pero, Kyojuro siempre mencionaba que eras muy fuerte y decidida por lo que no tardarían en reconocerte como una, siempre te alentaba.
— Uhm... disculpen, Rengoku.
Un joven se había acercado al rubio con una expresión de vergüenza, él tenía los cabellos castaños rojizos y una gran marca en su frente que llamó tu atención, lograste ver cómo es que el joven venia acompañado por otras dos personas. Rengoku lo observo con la misma expresión en su rostro, para después repetir las mismas palabras acerca de su comida.
— ¡Que linda!— exclamó el joven rubio, mientras picaba tu mejilla con el dedo índice.
Probaste otro bocado de tu platillo para después observar al joven de cabellos rubios, quien te observaban con una mirada de completo enamorado. Aquello te comenzaba a molestar pero, esperarías hasta terminar tu comida. Alado tuyo también se encontraba un joven con una máscara de jabalí, él se encontraba observando la ventanilla con curiosidad, el único que se mantenía quieto era el joven Tanjiro, quien hablaba con Rengoku.

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TALKING TO THE MOON ━━ rengoku kyojurou
Fanfic𝐓𝐀𝐋𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐓𝐎 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐎𝐍 ➥ ᵏⁱᵐᵉᵗˢᵘ ⁿᵒ ʸᵃⁱᵇᵃ ❝ 𝐍𝐎 𝐈𝐌𝐏𝐎𝐑𝐓𝐀 𝐂𝐔𝐀𝐍𝐓𝐀𝐒 𝐕𝐄𝐂𝐄𝐒 hable con la luna, estoy seguro de que tú nunca regresarás ❠ [a kimetsu no yaiba oneshort] female!reader x rengoku 2020© littlehawksfeather