capítulo 4.

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El camino a St. Ives fue bastante corto y aún más con los trillizos Leclerc y la familia Verstappen, Emma, Enzo y Emiliano pidieron permiso a sus para irse con sus tíos, Max, Clari y Luana también viajarían en la camioneta de Dan, Anne y Charles se irían con Arthur, Vale y Ari, por otro lado irían George, Alex y Lando en el auto de Norris.

Cuando llegaron al hotel, los pequeños estaban maravillados con el lugar, no esperaron ni a ponerse sus trajes de baño ya que morían por meterse al mar, Alex y Lando corrieron detrás de sus sobrinos mientras los demás estaban en la recepción con el tema de las habitaciones.

Vale y Arthur irían a descansar un poco junto a Ari, aunque la pequeña ni lloraba tenía que dormir y cambiarse. Los chicos lo primero que hicieron después de acomodar sus cosas fue ir a pedir unas bebidas.

Anne, Clari y Sofía fueron a buscar a sus hijos que jugaban con Lando y Alex. Al llegar descubrieron que George igual estaba acompañándolos pero él cuidaba de Emma y Luana, las pequeñas estaban enterrando a Russell en la arena mientras Lando y Alex hacían un castillo de arena con los varones. Anne decidió sacarles una foto ya que se veían todos contentos.

Tiempo después los chicos llegaron con bebidas para todos, decidieron jugar volleyball un rato hasta que les dio hambre. Llamaron a Arthur para que bajaran a comer y luego todos irían a sus habitaciones para tomar una ducha y salir a caminar por la ciudad un rato, así las chicas aprovechaban a comprar algunas cosas.



—Papi, ¿por qué tu y mami ya no se abrazan? —preguntó Jannik a Dan.

—¿Por qué dices eso? —Daniel miró con curiosidad a su pequeño.

—Porque tu y mamá ya no se abrazan, mami siempre siempre esta triste y aunque crea que no nos damos cuenta la vemos llorar, ya no le das besitos y cuando estamos en casa apenas y hablan —Julian miró triste a sus padres—. Ya no se quieren ¿verdad?

Dan se quedó en silencio mientras caminaban a su habitación, no sabía que responder.

—No es eso mis amores —Sofía se frenó y se agachó a la altura de sus hijos—. Solo que papi y mami están pasando por un momento complicado y estamos ocupados con el trabajo, eso no significa que ya no nos queramos.

—¿Es verdad,papi? —Jannik miró con lágrimas en sus ojos a su papá que también se había frenado.

—Mamá tiene razón, estamos ocupados y hay bastantes cosas que están complicando las cosas, pero mamá y yo nos amamos —Dan cargó a los mellizos.

—¿Entonces por qué mami llora mucho? —Julian abrazó a su papá—. ¿Pasa algo malo?

—Todo está bien —Sofía le dio un beso en la frente a sus hijos.

—Mami, tú siempre dices qué decir mentiras es malo —Jannik se cruzó de brazos—. Se que estás mintiendo. Tú estás triste y papá tiene la culpa.

Dan y Sofía se miraban sorprendidos, sabían que sus hijos notaban que algo no andaba bien pero nunca imaginaron que estuvieran muy al pendiente de la situación.

—¿Por qué dices eso Jannik? —preguntó Daniel a su hijo.

—Porque te escuché decirle cosas feas a mami y ella dijo algo de no vernos nunca más —Jannik miró enojado a Daniel—. Tú ya no quieres a mamá.

—¿Es nuestra culpa que ya no se quieran? —Julian miró a su hermanito—. Jan te dije que no era buena idea regalar uno de los cascos de papi a nuestros primos, papá de dio cuenta y cree que mamá lo rompió, ahora por eso están enojados y no se quieren.

—Jannik, Julian —Sofía tomó una bocanada de aire—. Papá y mamá tienen problemas, pero esos problemas no tienen que ver con ustedes.

—Así que ustedes le regalaron mi casco a los trillizos —Dan río ante sus ocurrencias—. No pasa nada, pero mami tiene razón. No es culpa de ustedes, son cosas de adultos.

—Entonces yo no quiero ser un adulto —Julian se bajó de los brazos de Daniel—. Los adultos son tontos y se enojan por cualquier cosa.

—Jules... —Sof miró a su hijo.

—Perdón mami —Julian abrazó a Sofía—. Entonces, ¿ya no vamos a ser una familia?

—Siempre vamos a ser una familia —Dan le revolvió el cabello a sus hijos—. Papá siempre va a amar a mami.

—¿Y mami siempre va a amar a papi? —Jannik miró con una sonrisa a su mamá.

—Mami siempre va a amar a papá —Sofía le acaricio la mejilla a sus pequeños—. Pero ahora es momento de apurarse para volver con sus primos y festejar a Luana.

—Esta bien mamá —los pequeños respondieron al unísono.

Ambos corrieron a su habitación, buscaron la ropa que Sofía les había elegido para ese día y se bañaron lo más rápido que pudieron. Dan y Sofía seguían sin dirigirse la palabra pero ambos sabían que tenían que disimular más lo que ocurría.

El resto del día fue increíble, todos la habían pasado muy bien, Luana no podía estar más feliz por pasar su cumpleaños con sus primos, tíos y sus padrinos. Les confesó a todos que su deseo de cumpleaños había sido que todos estuvieran juntos siempre y también quería una hermanita para poder jugar con ella.

La última noche en St. Ives estaba por llegar a su fin, Daniel recogía las cosas que habían llevado mientras Sofía se encargaba de acostar a los niños, una vez terminado todo Dan deicidio hablar.

—Entonces... —a Daniel le costaba hablar—. ¿Mami siempre va a amar a papi?

Sofía asintió.

—Papá siempre va a amar a mami —respondió Dan dedicándole una sonrisa a su esposa.

Tal vez era momento de arreglar las cosas.

back to you » daniel ricciardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora