CAPITULO 1 EN EL VERSTECK

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Sus ojos no dejaban de seguir el movimiento infinito del caballo, una imagen que se repetía cada vez que encendías la luz, el zootropo victoriano que tenía encima de su mesa de noche lo conocía perfectamente desde que era pequeña, fue un regalo de parte de sus abuelos cuando su padre tenía diez años y desde entonces ha estado en la familia llegando después de tantos años a las manos de Susann. Ver el caballo en movimiento la relajaba mucho, logrando perderse en la misma imagen sin darse cuenta del tiempo que trascurría. Ella se sentía como ese caballo, atrapado en una caja que se repetía al infinito sin posibilidades de escapar.

Mientras estaba perdida en sus pensamientos viendo el zootropo en su cama, empezó a recordar el día más feliz de su vida, el día en el que sus padres y hermanos estuvieron juntos y por primera vez lograron ser una familia normal alemana;

Junio 1940

La plaza estaba llena de gente saliendo de cada esquina de Berlín, las calles llenas de flores de todo tipo haciendo como una alfombra larga que iba desde la estación y terminaba en la Cancillería del Reich, todos los ojos estaban revueltos hacia el centro de la calle para ver mejor los autos con el símbolo del águila del Reich. Visto que estaban en pleno verano, en Berlín hacía calor y toda la gente estaba acorralada tan cerca una de otra que no ayudaba a la situación. Su padre había regresado de la guerra en Francia junto con su hermano mayor así que con su madre y su hermana menor tuvieron que ir a presenciar el evento de la llegada de las tropas alemanas a la propria patria, esperando a sus seres queridos junto con los otros alemanes. Su madre había preparado las cosas de viaje apenas les había llegado la carta escrita por su hermano Hans sobre el regreso en patria. Esa misma semana, mientras Susann comía con su madre y hermana menor, vio el título del periódicoDer Angriff que siempre tenían en la casa donde salía escrito en letras grandes "Francia firmó el armisticio".

Susann se encontraba en la plaza con en su mano un pedazo de papel para ventilarse, era un día particularmente cálido pero al menos su grande sombrero verde podía cubrir su rostro palido del sol. Estaba con otras mujeres, algunas se encontraban con en sus manos flores para lanzar al suelo e intentar convencer a los soldados que pasaban en coche o en caballo, junto a ella se encontraban su madre y su hermana haciendo las mismas cosas que las otra mujeres, viendo con interés la parada e intentando en encontrar su padre y hermano. Su hermana Adela tenía una pequeña bandera roja con la esvástica en el centro en la mano mientras la ventilaba alegremente. Algunos hombres se detenían para recoger flores, otros se adelantaban con la cabeza en alto, orgullosos de la nueva victoria. Alemania no había sido así tan poderosa desde hace años y todos estaban orgullosos, hasta Susann en lo más profundo se sentía contenta por todas las victorias que habían tenido, eso significaba que su familia y ella estaban al seguro.

Siempre había estado acostumbrada a estos eventos desde que era pequeña pero siempre los había odiado. Recordaba cuando había tenido 15 años con su mala actitud no cumplía su deber como mujer, salía a bailar por las noches, no asistía a las reuniones y el escaso interés hacia su propio Reich, esas fueron las causas por la que la enviaron a la liga de las chicas Alemanas para ser disciplinada. Había regresado diferente de ese lugar pero no había cambiado su forma de pensar, recordaba todavía el sudor, los latidos de su corazón disparados, la adrenalina después de bailar, escaparse de sus deberes y le encantaba todavía aunque ya no lo hacía, no podía.

Llevaba un vestido verde con recamos de flores, largo hasta debajo de las rodillas que personalmente odiaba, pero su madre había insistido en que tenía que ponérselo visto que era la prenda según ella más bella y más cara que nunca había tenido.

Podían escuchar los gritos de felicidad, la música de los tambores y las personas que hablaban entre sí. Y de repente su atención fue directamente al auto negro lleno de flores y banderas del país apenas divisible a su izquierda desde lejos y en este, Susann logro ver la cabeza de su padre en uniforme. Su padre era parte de las SS, en particular él era un coronel y junto a él también noto el rostro de su hermano mayor, Hanschen. Era la versión masculina de Susann, ojos azules, cabello rubio, un cuerpo perfecto después de tantos años en el ejército, pero era solo dos años mayor que ella y ya estaba en un lugar importante en el ejército visto que su padre era parte de un rango de prestigio. Su padre tenía el mismo pelo rubio y ojos aun mas azules y frios que los hermanos Schütz habían heredado, mirada severa y llevaba un uniforme del ejército con todos sus alfileres e insignias.

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⏰ Última actualización: Jul 09, 2020 ⏰

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