❝1996❞

Capítulo II

HOGWARTS, 10:53 am

SÁBADO.

ENFERMERÍA.

"LOS MERODEADORES"

Miren, a James le gustaban los problemas, pero de esos problemas divertidos; correr junto a Sirius siendo perseguidos por la señora Norris o saltar al lago para huir de la ira de Remus. Ir al bosque prohibido o convertirse en animago ilegal. En la guerra, descubrió James, no había tiempo para esos problemas porque tenían problemas. Problemas que no los dejaban dormir de noche, problemas que los hacían dudar de sus amigos más cercanos, problemas que se llevaban vidas.

Si el James de hace cuatro años, todo inocente e ilusionado por la vida, hubiera sido despertado por la profesora McGonagall diciéndole que estaba en un tiempo diferente, James hubiera saltado por los aires emocionadísimo. Pero la guerra había pasado factura.

Así que, como parecía que la mujer había previsto, saco su varita apuntándola hacia la profesora. Buscaba a Lily con desesperación. Lo último que recordaba había sido acostarse en la cama junto a Lily. 

Miró con desconcierto a McGonagall mientras se sentaba cauteloso— ¿profesora? —dudó un segundo.

—James.

—¿Dónde estoy? ¿Lily? —se levantó de la camilla en que se encontraba.

—Esto va a ser difícil de explicar —James la miró asustado— no, no me malinterpretes, James. Lily se encuentra bien, está justo ahí —señaló a su derecha. En efecto, ahí se encontraba su pelirroja. Dormida, tan hermosa como siempre— es la cuestión de donde están.

—¿Hogwarts? —adivinó pensando que era obvio.

—Cuando estas, James —corrigió la bruja.

—C-Cuando —fue interrumpido por un quejido a su izquierda. Ahí pudo ver a Alice despertando como lo había hecho el hace solo unos minutos.

—¿Qué mier-?

—Será mejor esperar a que todos despierten —habló McGonagall al darse cuenta que Frank empezaba a despertar junto a su esposa— descanse la vista un momento señor Potter. Pronto lo podré al día. —Con esas palabras se despidió momentáneamente entrando en la oficina de madame Pomfrey.

James se dejó caer en las almohadas. Miró a Lily para luego cerrar los ojos. No entendía nada, se suponía que la reunión de la orden era hasta la próxima semana. Y en todo caso, ¿por qué estaban en la enfermería?

—James —escuchó la voz sobresaltada de Lily. Se levantó de inmediato, un mareo lo detuvo por unos instantes para luego seguir adelante.

—Tranquila, —le dijo sentándose en su cama— McGonagall no me ha dicho nada pero sé que hay una buena razón por la que estamos acá.

Lily lo miró aun confundida— ¿Sirius y Remus? —ambos miraron alrededor.

—No, no sé —respondió James—acabo de levantarme. Solo están Frank y Alice —miró a la pareja que parecían tener una conversación parecida.

Se miraron durante unos minutos, sin saber que hacer o decir. Esos sentimientos de verdadera angustia y preocupación que le quitaban la diversión a los problemas.

McGonagall no tardó mucho en salir y reunirlos para explicarles lo sucedido. Pronto descubrió que no estaban solo ellos, resulta que Pandora Rosier y Marlene también se encontraban en la enfermería.