Prólogo

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Es extremadamente difícil explicar el motivo de ese llanto que aparece sin razón en la oscuridad de la noche, o el por qué de esa repentina necesidad de cerrar todas tus redes sociales en un intento por desaparecer tu existencia, aunque sea tan solo por un instante. Y esta dificultad, más que por desconfianza hacia la gente que nos rodea, es debido a nuestra incapacidad de descifrar el verdadero motivo detrás de todo aquello. Aunque muchas veces ni siquiera hay un motivo; simplemente nos sentimos mal porque sí, y eso es completamente válido.

Somos humanos y, como tales, no tenemos la respuesta a todo. Hay veces que nos sentimos perdidos, sin saber cómo expresar determinados sentimientos ni cómo poner en palabras lo que nos pasa. Y es que somos seres que necesitan del lenguaje para poder comunicarse correctamente con el otro, que necesitan decir las cosas que le pasan por dentro para incluso poder entenderse a si mismos. He encontrado en la escritura el apoyo necesario para poder seguir adelante, al igual que muchos de ustedes deben haber encontrado el mismo soporte en la lectura.

En este compilado de pensamientos enmarañados no se dirá nada que ya no haya sido cuestionado y/o planteado por otras personas. Lo único que pretendo es intentar plasmar en palabras lo mejor que me sea posible todas esas emociones que me acompañan la mayor parte del tiempo —emociones que espero, además, lleguen al corazón de cada uno y logren aliviar esa carga que genera el no llegar a comprender aquello por lo que se está pasando.

Maraña de EmocionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora