poco a poco el ambiente se iba calentando, sentía como mi miembro iba poniéndose duro poco a poco. cada paso que daba me iba acorralando más y más entre mi escritorio y ella, su silueta tan estrecha caderas grandes y cintura pequeña como siempre me encantó pechos pequeños y trasero mediano dios! mi debilidad. Con su mano iba poco a poco, tocandome, dándome pequeños escalofríos por todo el cuerpo, caminaba lentamente enseñándome su escote, ese delicioso escote que pronto me sumergiría ahí, puso su mano en mi pierna y lentamente la deslizaba cerca de mi miembro, sentía mi sangra arder quiero que esto continúe, no creo que pueda soportarlo más.... sus caricias me vuelven loco, necesito tenerla debajo de mi, pidiéndome por más, suplicando que la haga mía mientras le doy estocadas fuertes y rápidas. -se que lo deseás, se que deseas tocar mi cuerpo y hacerme tuya- su voz sonaba por todo mi cuerpo, en serio sabe cómo prenderme está chica, la tomé por los hombros y la acosté en el escritorio boca arriba -con que quieres que te haga mía eh?- afortunadamente llevaba falda así que eso me dió más libertad, subí una de sus piernas y le restregue todo mi miembro, frotando mi miembro en su clítoris dándonos placer a ambos -con que así se se siente la vagina de una puta eh?- me movía cada vez más rápido -si, y si me tratas peor podrás entrar en ella- su mirada perversa me encendía más ver cómo la tenía a mi merced, sólo para mí, me encendía demásiado. puse una de mis manos en su cuello y lo apreté ligeramente -dime ¿qué quieres que haga?- apreté ligeramente su cuello -quiero que me azotes, quiero que me hagas gritar, quiero que me marqués, quiero que todos sepan que solo soy tuya, quiero volver a vivir- con el tono de sus palabras iba aumentando la fuerza de mis caderas y mi mano dejándola poco a poco sin aire -¿y qué más quieres perra?- mis deseos sexuales necesitaban salir no podría aguantar más -quiero que me hagas tuya quiero que me hagas gritar quiero que me rompas el culo en dos- sin pensarlo mucho rompí su braga y me baje la bermuda lo más rápido posible, de una estocada lo metí, empecé dando estocadas duras y luego suaves pero con la misma intensidad, le subí la playera y el brasier y me apoye en uno de sus pechos, dios la gloria. levanté la otra pierna y como pude le metí el miembro por detrás, y si estaba tan estrecho que podía sentir como me apretaba mi miembro tan delicioso, solo podía escuchar sus gemidos de dolor y placer intentando formular una palabra. La cargue y luego me senté en la silla -salta mi pequeño conejo quiero que montes a daddy- le di una nalgada para que supiera quién mandara y tal cual mis órdenes empezó a saltar tan delicioso, podía sentir el cielo, sus gemidos para mí eran gloria. Después de un rato de que mi pequeño conejito me montará la puse en el escritorio boca bajo, podía ver ese delicioso trasero que me encantaba le di tantas nalgadas pude hasta dejarlo rojo -a daddy le gusta la vista que tiene- dije en susurro en su oído, sus gemidos de placer solo me lo confirmaban más, sentía ese pequeño cosquilleo, estaba a punto de venirme. la tomé de las manos y le di lo más duro que pude - y dime pequeño conejos ¿quién le rompió el culo a quien pequeño?- y después me vine. espere un rato y luego me salí sin antes no darle una deliciosa nalgada -¿qué tal mi pequeño conejo? ¿te gustó?- la puse en mis piernas para que pudiera reincorporarse -dios eso fue demasiado rudo.... me encanto-
