EXPLOTANDO EL CUERPO

Reconocimiento

- ¡Estoy soñando con la tierra del pecado! Y, lo malo es, que el profesor tirano también está aquí.

- Hagan silencio, maldición. - Lucas miró hacia el profesor que estaba a cargo. No parecía muy feliz.

La imponente y maravillosa entrada de Visual Ars Corporis los recibía con total elegancia y Chanyeol sentía que no encajaba allí. Pero la sala de espera terminó de descolocarlo. El interior era como un cuadro rococó. Las paredes de un color claro, tal vez crema, estaban adornadas por figuras con formas delicadas que imitaban hojas, flores de todo tipo y algunas aves. Los pocos muebles, asientos y escritorios, combinaban con lo demás. Una lámpara de araña colgaba del centro del techo e iluminaba, por las noches, todo el lugar. La bentanas eran, casi, puertas gigantes de vidrio. Los pisos eran de un mármol negro cuyo brillo reflejaba todo, era como un espejo terrorífico del cual no se podía escapar.

Esa maravilla artística y arquitectónica fue traducida por la mente de Chanyeol como: un castillo de princesas. La cosa colgada en el techo le daba una terrible impresión y el piso le daba la sensación de que estaba caminando sobre un precipicio. En conclusión, mientras más rapido saliera de ahí, mejor.

- Creo que le dio algo al entrenador. - dijo Johnny.

- Debe estar mareado... - acotó Jaehyun.

- Yo creo que no despertó muy bien hoy. - agregó Mark.

Los demás solo esperaban a que reaccionara. Un escalofrío recorrió el cuerpo del entrenador y se preparó mentalmente.

- Bien... ya saben por qué estamos aquí. - miró a sus chicos.

- No, señor. - respondió Yuta.

- De acuerdo - buscó las palabras - debemos hacer algunas cosas aquí y luego irnos. Eso es todo.

Todos lo observaron aún más confundidos.

¿Por qué estas cosas le pasaban a él? Estaba seguro de que el director lo odiaba, luego hablaría con Minho.

Aunque, dos días antes...

- ¡¿Qué?! - soltó alterado.

- Lo que oiste. Entrenador, sus muchachos han ganado medallas de cada una de sus especialidades y, como es debido, serán reconocidas por todos.

- Ya son reconocidos. - argumentó.

-  Claro, tienen sus medallas. Pero con la sesión de fotos y su publicación lo serán aún más.

- No creo que eso sea necesario.

- Por favor, todos los deportistas, incluido usted, han sido fotografiados más de cien vez. Es el momento de los muchachos.

- Eso es diferente... Nunca he asistido a una sesión. - dijo rascándose la cabeza.

- Bueno, entrenador, es el momento. Podrá lucirse con sus muchachos y experimentar algo nuevo. La sesión se hará en un lugar muy seguro y serán bien asesorados.

- ¿Cómo?

- No pensará que los enviaré a cualquier lugar, claro que no. He hecho un acuerdo con el director del Instituto de Modelaje y Actuación. Y él me prometió que el mejor de sus asesores los acompañará y guiará.

- ¿Qué? ¿Cómo dijo?

- Deje de fingir demencia. - soltó - Es una instancia más, nada que temer. Solo debe escuchar y hacer. Son profesionales, su estudio de fotografía es el mejor de Seúl. No saben lo afortunados que son, además, ellos están felices de recibir gente de otra área.

- ... Yo...

- Ya está hecho. Usted irá con nuestros campeones - se detuvo- y no quiero incidentes.

Chanyeol no le temía a las cámaras o a las fotos. Lo que odiaba era estar en un lugar desconocido y, además, ser guiado como un niño tonto. Él era un adulto, podía manejar un equipo completo de jugadores y deportistas sin problema. Él podría con esto.

Pero ese ánimo desapareció cuando despertó a la mañana.

Fue a buscar a los muchachos y escuchó a uno de ellos, Lucas, hablar del lugar mientras sostenía una revista.

- Esa escuela tiene a los mejores modelos y actores. ¡Es el paraíso en la tierra!

- ¿Cómo es eso? - dijo Mark.

- Lo que verás ahí. Las bellezas más impresionantes de Seúl. - y les mostró una foto.

Un chico joven y, hay que decirlo, adorable y precioso sonreía para la cámara mientras sostenía un juguete. Johnny, el nadador, silbó casi aturdiendo al que estaba a su lado.

-Ven lo que les digo. Los mejores modelos salen de ahí. Si no me equivoco... el esposo de nuestro director salió de ahí. - todos lo observaban y asentían. Todos conocían al hermoso Taemin. Ya era suficiente...

- Están listos, vámonos. - ordenó. Todos estaban vestidos con trajes y algunos, Yuta, muy bien peinados. Era algo que sugirió el director.

Muchas veces, la idea de volver a la escuela, su lugar feliz, rondó por su cabeza. Pero no podía, era casi seguro que sería sancionado.

Los chicos parecían estar en su propio mundo o al menos eso creía Chanyeol. La verdad es que observaban cómo su profesor entraba en trance y hablaba solo. Por suerte, el viaje no fue peligroso y lograron llegar a tiempo.

Ahora él, y solo él, debia ir hasta la recepción y comunicar su llegada.