~ Capítulo I ~

9 0 0
                                    

“Caminábamos por aquel parque, yo tenía 9 años, él tenía 11 años y todavía tengo muy presente ese recuerdo tanto como ese parque, era realmente hermoso, muy tranquilo, tenía mucho pasto, arbustos, flores y en una parte del parque habían demasiados sakuras, realmente enormes, también tenía un lago, su color era transparente, era hermoso cuando era de día, el cielo se reflejaba en el. En ese parque había de un lado tierra en el agua no era profunda, y en la cual habían rocas, varios arbusto, caminando por la orilla, entre la tierra y el agua que se empezaba a hacer más profunda, podías llegar a un puente, era un puente algo simple con forma de arco, en pocas palabras no era plano, y era un color blanco, al cruzarlo te llevaba a una especie de superficie de tierra despegada de la demás parte de tierra que pertenecía al parque, se podría decir que se encontraba en el medio del lago, en aquella superficie habían demasiados sakuras y un poco más adentrado de esa parte había una especie de cueva, no muy profunda, pero si lo suficiente que al entrar no lograras ver el rostro a cualquier persona que entrara, adentro de esa cueva habían unas cuantas rocas bastante grandes para que una persona se pudiera sentar en ellas.
Ren, el chico de 10 años y yo, Kiyoko, solíamos escaparnos a ese parque, ahí platicábamos, veíamos el cielo, y solíamos hacer cosas muy cotidianas como lanzar rocas al lago, y a pesar de que era lo más cotidiano y más aburrido que una persona podía hacer en ese parque, a mí me gustaba hacerlo, ya que en algunas ocasiones estas se hundían, pero en otras revotaban en el agua, dejando su huella mientras pasaban por el agua.
Pero ese día no fuimos a ese parque para hacer ese tipo de cosas, sino  todo lo contrario, nos escapamos porque o acababa de recibir una noticia, algo triste e inquietante para mí, por la cual no dejaba de llorar. Al llegar corriendo al parque , yo solté en un llanto más profundo, Ren me observaba y de inmediato se acercaba a mí y me envolvía en sus brazos, sí, me estaba abrazando, pasaba su mano derecha por mi cabello para calmarme y para de llorar, para que le dijera todo de una vez. La razón de mi llanto tan ahogador. Después de un rato de estar abrazados frente al lago logre detener mis lágrimas, me separe de él mediante un pequeño empujón, espere un momento mirando a la orilla del lago, cerré mis ojos y alce mi rostro, y al abrí los ojos se encontraron de inmediato con los de Ren, de inmediato los volví a baje, los talle y comencé a hablar:
-Mis Padres, ellos son el problema, han decidido mandarme a estudiar a otro país fuera de Japón.
Ren me miro, reflejando en su rostro una expresión de impresión, en la cual me decía que esperaba que me echará a reír y entre risas le dijera que todo era una broma, que solo me encontraba jugando, para que el me pudiera decir que no jugara tan pesado, sin embargo sus ojos expresaban todo lo contrario, demostraban que no creía que eso fuera posible, que no podía permitir que eso pasara. Mordió su labio inferior en señal de que soportaría, de que no permitiría que salieran esas lágrimas, que tanto se esforzaba, voltio al lago, el silencio nos invadió por un instante, yo solo miraba el perfil de su rostro que él me enseñaba, quería decirle algo, pero no me lo permití, y al momento de agarrar valor él respiro profundo y me miro en señal de que hablaría, con una mirada profunda se acercó más a mí y en un abrir y cerrar me envolvió en sus brazos por un instante, después me soltó suavemente, todo lo contrario a lo que había hecho yo al soltarlo, se dio la vuelta dándome la espalda, miro el cielo y regreso la mirada a hacia mí, sonrió y finalmente rompiendo la malla de silencio que habíamos hecho comenzó a hablar:
-Si tu quieren mandar lejos tus padres, o al menos tu padre, si ha decidido mandarte a un lugar exterior a Japón a estudiar es por un bien para ti, tanto tu padre como tú y ammm – interrumpió sus palabras con temor de finalizar su frase, pero al final lo hizo- como yo sabemos que eres una grandiosa estudiante, solo lo hace para que estés mejor preparada, a las estudiantes extranjeras les va mejor al conseguir trabajo o eso me ha dicho mi madre.
Al finalizar, Ren se llevó su mano derecha al cuello en señal de que se sentía avergonzado, pero que era necesario decir eso, pero esta vez yo volteé al lago, y por culpa del comentario que hizo, me coloree como una manzana, bajando ligeramente la mirada sonreí, y Ren sonrió y comenzó a hablar de nuevo:
-Así me gusta verte, te vez más hermosa- se voltio al lago al percatarse de lo que había dicho, pero para su suerte él no se ponía rojo como yo y continuo- cuando sonríes – y volvió a bajar la mirada al volver a escucharse y trato de componer si frase- no me refiero a que no te veas hermosa a diario, siempre lo estás pero cuando sonríes te vez más, a lo que me refiero es que no dejes de sonreír, pase lo que te pase, ¿Vale?
-Gracias- le conteste como si no hubiera escuchado todo lo que me acaba de decir, pero a comparación de él no trate de arreglar lo que acababa de decir y continúe- aunque dudo estas feliz o sonriendo cada día que este fuera de aquí, estañare todo, mi casa, mi familia, mis juguetes, y bueno también- dude en terminar lo que había comenzado a decir, pero lo hice con un poco de tartamudeo- te… ex..tra..ña..re.. a ti.
-Ay tus juguetes- lo dijo tratando de no hablar de las últimas tres palabras que había dicho- eres una niña, no, no eres una niña eres una bebé, que tierna eres, pequeña- finalizo acariciando la parte superior de mi cabeza desacomodando mi cabello.
-¿Qué? No soy pequeña, ni una bebé, ni soy tierna, soy ruda- lo dije haciendo mis brazos hacia atrás, continúe hablando- y en todo caso si fuera una bebé, tu igual lo eres- cruzando mis brazos en señal de que no quería escuchar razones- ambos tenemos 9 años.
-Jajajaja- comenzó a reír y yo me puse roja de nuevo, él creyó que era porque se burlaba de mí, pero en realidad era porque me gustaba mucho verlo reírse- Yo ya tengo 10 años.
-¿Qué? claro que no.
-Claro que si, cumplí los 10 años el primero de enero ¿Acaso lo olvidaste?- Ren me miro con un gesto supuestamente, me saco la lengua, sonrió y continuo- Para que tu cumplas los 10 años te faltan todavía 7 meses 9 días- al finalizar la frase se avergonzó y volvió a mirar al lago.
Yo para esa entonces no entendía el porqué de su sonrojo, pero ahora ya lo hago, eso me avergüenza a mí también un poco.
-Ya, en serio te voy a extrañar.
-Y yo a ti, pero eso no significa que voy a dejar de ser feliz por eso, al contrario tratare de disfrutar todo lo que tú no vas a disfrutar aquí, por favor, vallas a donde vallas trata de disfrutare todo lo que veas y hagas por mi ¿Vale? Se feliz como yo lo seré, y volvámonos alegres el día que nos volvamos a ver, ¿promete que lo harás?
-De acuerdo, te lo prometo.
-Hay algo que también quiero pedirte que me prometas.
-¿Qué es?
-Ahhh…- Se puso nervioso y opto por decir- nada olvídalo es… es realmente tonto.
-No, no creo que sea tonto, lo que dice alguien como persona nunca es tonto- sonreí y continúe- vamos dímelo.
-Está bien- contesto en un tono algo regañado, continuo hablando, aunque su voz se tornó un poco serio- hay algo que quiero decirte, confesarte mejor dicho y no quiero que me prometas algo que no vas a cumplir ¿de acuerdo? Y lo que quiero decir es que desde que te conozco me gustaste, siempre te he creído muy hermosa y a pesar de nuestra corta edad pero una mas o menos larga amistad de 5 o 4 años me has gustado, me atrevo a decirte que te… te.. te… a… a… am… amo…. Te amo.
Me sonroje, lo mire y le dije tartamudeando:
-Es que… tu… tu tam… también me gustas.
Ren me miro sorprendido y empezó con una pregunta:
-¿En serio?
-Si
-Bueno crees que de grandes podamos, no sé, crees que podamos…?
-¿Casarnos?
- Si ¿Crees que podamos casarnos?
-Ahhh si por supuesto, nada me gustaría más que casarme contigo.
Ren comenzó a hablar:
-Bueno, me parece bien, por favor no pierdas la comunicación conmigo, podemos mandarnos cartas y cuando regreses mándame una carta para que prepare todo y nuestro compromiso se haga oficial ante nuestros padres ¿Te parece?
- Sí, me parece
Después de eso nos abrazamos por un largo tiempo frente al lado, Ren con su mano derecha movió mi cabello colocándolo detrás de mí oreja, acerco su boca a mi oreja y con un ligero y suave tono me dijo:
-Kiyoko, frente al lago y el lugar donde pasábamos todos nuestros momentos te confieso que, te amare por siempre, nunca te olvidare, te esperare hasta tu regreso.
Y hoy estoy aquí de regreso a Japón, después de 10 años voy de regreso, es el mismo día en que Ren y yo estábamos en aquel parque, abrazados, estoy en el avión a pocas horas de llegar, realmente estoy emocionada, sé que era un promesa de niños, pero lo recuerdo bien, y la mantuve como dije que lo haría, ¿abras recibido mi carta?, de que ya iba de regreso, ¿seguiré siendo igual de importante como dijiste que era para ti?, ¿Por qué nunca respondiste al llamado de mis cartas?. Kiyoko no seas tonta respondió a una de tus cartas que fue la de tu cumpleaños número 16, de igual manera tal vez tenia cosas más importantes que hacer la escuela era realmente pesada y si para mí lo fue tal vez para el más, para sus padres era más importante la escuela que para los míos, Ren ya serás todo un empresario como tu padre estoy cien por ciento segura de eso, ¿usaras traje como tu padre lo hace, todos los días? De seguro te verás igual o más elegante que tu padre, con todo respeto hacia tu madre.
- Ay ¡Ren!”

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 31, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora