Eran las 8 de la mañana y se oía a mi madre llamarnos a mi hermano y a mí.
-Carlos, Paula bajar ya que el desayuno está listo.
Perezosamente bajé de la cama y me fui al baño, cogí mi taburete rosa con una gran corona de princesa para poder alcanzar al lavamanos para asearme.
Al termiar me dirigí a la cocina.
-Buenos días.- Dije bostezando.
-Buenos días princesa.- Me dijo mi padre leyendo el periódico vistiendo su traje negro y una bonita corbata azul. Mi padre era el mejor de todos los padres del mundo, siempre que volvía del trabajo nos traía una cosa a cada uno, aunque a mí siempre me traía lo mejor cada mes, un cuento de princesas.
-Buenos días, venga desayuna y ponte el uniforme que llegaremos tarde. ¿Dónde está tu hermano?- Y esa era mi madre, una mujer amable cariñosa y bastante especial para mí, todos dicen que me parezco a ella, no sé, cosas de mayores supongo.- ¡Carlos como no bajes no desayunas!
-Vooooy.- Carlos estaba bajando las escaleras con su pijama de superhéroes el pelo castaño revuelto y frotándose un ojo. Es mi hermano mayor, me quiere, lo sé, aunque él diga que soy una pesada frente a sus amigos, cuando estos se van siempre juega conmigo y me lee cuentos y pasa el rato conmigo... Tiene tres años más que yo. Los mayores dicen que se parece a papá, pero el no tiene bigote, no sé.-Buenos días.
-Buenos días hijo.- Dijo papá.
-Buenos días, venga desayunad rápido y vestiros ya que no hay tiempo. Vuestros uniformes están en vustras mesas.- dijo mamá
-Mamá si aún es temprano, empezamos a las 9:30 y solo son las... las... ¿8:20?- Dijo Carlos mientra desayunaba.
-Veo que te has aprendido las horas eh.- Dijo papá.
-Sí, papá que ya tengo ocho años.- Dijo Carlos orgulloso de si mismo.
-Venga menos cháchara y mas desayunar que se va ha hacer tardísimo.- Dijo mamá.
-Bueno yo me voy a ir yendo- Dijo papá levantándose de la mesa.
Nos dió un beso en la coronilla a carlos y a mi y un beso como los que se dan en los cuentos de princesas a mamá para luego despedirse y salir de la casa con un "ten cuidado, te quiero" de parte de mamá.
Terminé de desayunar al poco rato de que mi padre se fuese, y ahora me encuentro sentada en mi cama poniéndome mis zapatos.
«Knok, Knok» -¿Estás lista?- Dijo mamá entrando por la puerta de mi habitación.
-Sí.- Dije con una sonrisa nerviosa.
-¿Estás nerviosa por tu primer día de clase?-Dijo mi madre mientras me peinaba.
-Mmm... Un poquito...- Dije. - Mamá.
-Dime.
-¿Y si no les caigo bien?
-¿Cómo no les van a caer bien a la más bonita princesa de este mundo? Pues claro que les caerás bien, harás muchos amigos te lo prometo.- Dijo dándome un beso en la frente.- Venga vamos, coge tus cosas y vamos abajo.
Cogí mis cosas y salí de mi habitación tras mi madre, pasamos por la habitación de Carlos, llamamos y salió de este y los tres nos fuimos al garaje, nos subimos al coche y fuimos directos al nuevo colegio de la nueva ciudad en la que empezamos a vivir hace una semana.
Después de 15 minutos llegamos a lo que era un colegio gigante, parecido a un castillo encantado.
Carlos y mamá bajaron del coche, mientras, yo seguía mirando al gran colegio aterrada. Mamá me ayudó a salir y de la mano, ella, Charlie y yo, nos adentramos al colegio. Nos dirigiamos al despacho de la directora o director para unos papeles creo, a lo mejor tenemos que dibujar o algo. Llegamos pero mamá fue la única que se quedó ya que a Charlie ya mi nos llevó una señora muuuuy mayor a nuestras aulas, no me gustaba esa señora, me daba miedo.
Entré a mi clase, y era... grande, había muchísimos niños, unos corriendo y jugando con unos juguetes al fondo de la clase, otros mirando por la ventana saludando o despidiéndose de... ¿Sus padres?, otros pintaban en la pizarra. Aún estaba en la entrada cuando la puerta se abrió y nuestra profesora entró.
-¡Hola Chicos!- Dijo la profesora, una chica con el pelo marrón y rizado unas gafas negras y tenía puesto un vestido amarillo y una chaqueta negra y bailarinas negras.
Todos fueron corriendo a sus sitios, menos yo, yo me quedé en mi sitio, observando a todos y sin saber que hacer.
-Tenemos una compañera nueva por lo que veo.- Dijo mirándome con una sonrisa- Ven aquí.
Fui a su lado, lentamente y con todos mirándome.
-Hola.- Dijo con una sonrisa. Me cae bien.- Soy Beatriz, pero todos me llaman Bea, ¿y tú como te llamas?
-Me-me llamo Paula...- Dije mirando mis pies.
-Encantada Paula, chicos dadle una buena bienvenida- Todos empezaron a aplaudir y a decir 'bienvenida' 'hola'...- Siéntate junto a Marcos.
Miré hacia donde apuntaba, y vi a un chico castaño de ojos miel que miraba distraído hacia los dibujos que había en la pared, fui hacia él y me senté a su lado.
-Hola- Dijo él con una sonrisa.
-Hola- Le respondí.
-Bienvenida al cole.
-Gra-gracias.
-Bueno chicos, ¿qué tal el verano?
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Ya era la hora de salir, recogí mis cosas y me puse en la fila junto a los demás niños, cuando estuvimos todos salimos de la clase de forma ordenada.
Cuando llegamos a la puerta grande vi a mi madre cerca de la entrada al lado de nuestro coche, sonreí.
-Profe, profe, mi madre está ahí- señalé hacia donde estaba- junto al coche rojo.
-Mm...-Dijo mientras trataba de localizar el coche. Ya localizado dijo- Vale, ve pero ten cuidado. Hasta mañana Paula.
-Hasta mañana- Dije para luego ir corriendo hacia mi madre.
Pero antes de que hubiese bajado completamente las escaleras, alguien me llamó.
-¡Paula espera!- Miré hacia atrás, y vi a Marcos con un lápiz en la mano- Te has olvidado esto.- Me dijo cuando ya estaba en frente mía.
-Gracias- Dije con una pequeña sonrisa.
-De nada, hasta mañana- Dijo con una sonrisa y luego salir corriendo hacia un señor.
Y, con el lápiz en mi mano me fui hacia mi madre.
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Los Finales Felices no existen
RomanceDesde pequeños nos hablan de finales felices, de cómo el príncipe salva a la princesa o cómo alguien o algo gana la carrera más importante de su vida, y, pues eso, consiguen su final feliz. Son historias inventadas que siempre nos han gustado, y que...