Akaashi

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Hasta el día de hoy, he contado 39 debilidades a Bokuto.

Y ninguna de ellas soy yo, por supuesto.

Hace dos años que nos conocemos, y desde el primer día que somos completamente compatibles.

Pero yo ya conocía a Bokuto desde antes.

En el último año de secundaria, fui a concer la preparatoria de Fukurodani. Y, obviamente, visité la cancha de volleyball. Y allí, lo vi. Me dio la sensación de estar frente a una estrella. Era la primera vez que veía a alguien jugar volleyball de esa manera.

Al año siguiente, claro está, entré a Fukurodani. Y, apenas llegar al equipo, Bokuto-san me pidió que lo ayudara en sus remates. Y acepté.

Fue intenso. Nunca me había esforzado tanto en una práctica. Bokuto aún no decía bien mi nombre. Solo me decía "Akashi" (quizás por eso ahora a veces alarga tanto la segunda vocal).

—Akashi —me dijo.

—Es Akaashi —lo corregí, aunque pareció no escucharme.

—¡Tus colocaciones son las mejores!

—Ah, seguro —contesté.

Nunca se me ha dado bien expresar lo que siento. Pero me hizo increíblemente feliz ser elogiado tan directamente por alguien.

Durante todos los entrenamientos me esforzaba al máximo para estar, aunque sea un poco, a la altura de Bokuto. Nadie del resto del equipo entendía cómo alguien podía seguirle el ritmo. Pero para mí era divertido practicar con un jugador estrella.

Más adelante, cuando perdíamos algún partido, él se refugiaba en algún lugar pequeño -bajo la mesa o entre los cajones con balones- y cuando me veía pasar, me pedía practicar algunos remates. Y yo siempre le decía que sí. 

Bokuto es el tipo de persona que te inspira a esforzarte porque sabes que está dándolo todo.

—Akaashi, ¿qué quieres almorzar hoy? —me pregunta mientras caminamos por el patio de la preparatoria.

—No lo sé. Lo que tú quieras.

Y él me regala su gran sonrisa, como siempre, y choca su hombro con el mío, amigablemente.

Siempre hace cosas así. Pequeños contactos conmigo. Claro, para él es algo normal entre amigos. Y para mí también lo sería si no fuera porque estoy irremediablemente enamorado de él.

Por supuesto que lo estoy.

So nice, so smartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora