La tormenta

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Sentado junto a un árbol, el frenético suspiro del viento de la lluvia hace bailar silenciosamente a mis cabellos y a mis sentidos. Esta se avisaba con alaridos truenos reflejados en lo alto, al mismo tiempo, la gente se apresuraba a buscar un refugio donde sus blancas ropas se conservaran pulcras.

Mi mente aterrizó completamente cuando por una hoja de aquel árbol resbaló una fría gota y se depositó en el dorso de mi mano; acto seguido acomodé mis vestiduras y me dirigí a un pasillo de aquella bonita construcción con la finalidad de mantenerme lejos del agua. Antes de entrar, me quedé observando un momento el cielo, era asombroso el contraste que lograban las luces de los rayos en la oscuridad de un lienzo atardecido y nublado, la lluvia se intensificó y bajaba desde mi cabeza hasta mi frente. ¿Por qué me siento de esta manera? En realidad me siento igual que siempre pero al mismo tiempo pienso que estoy en el lugar de alguien más.

Al entrar por la puerta, pude divisar una silueta familiar del otro lado del puente que cruzaba el jardín de arena. Me acerqué para corroborar que a quien había visto de espaldas era, en efecto, a mí mejor amigo. Él usaba el mismo estilo y modelo de ropas que yo, estaba con otros tres muchachos platicando tranquilamente, pensé por dos minutos si debía interrumpir su conversación. Mientras me disponía a rodear el jardín para evitar mojarme, un superior llegó a ellos desde el corredor continuo al patio y con el rostro apurado comenzó a hablarles. La lluvia tenía ya un buen rato que había dejado de serlo para definitivamente considerarse dignamente un chubasco.

Fui hasta ahí sin que nadie me prestara atención, cuando estuve a sus costados la conversación terminó y únicamente pude escuchar que el superior indicaba que fuéramos adentro a atender a las visitas, mi oído era bueno, pero por la bravura del cielo no pude enterarme de nada más. Dimos una reverencia y siguiendo sus indicaciones, JingYi acompañado de los demás, caminó hacía un corredor más ancho que el anterior. Yo detrás de ellos apenas estaba recobrando la noción después de mi confuso sueño bajo el árbol, realmente quería decirle a mi amigo todo lo que había visto mientras descansaba, pero sabía que no era el momento, había personas esperándonos en lo que parecía ser el salón principal, después habría tiempo para hacer enfadar a ese sujeto contándole mi extraño sueño.

Al llegar ahí pude notar que había un grupo de jóvenes empapados en lodo o sangre, sus ropas parecían finas pero la mayoría estaban rasgadas y con la característica firma del fuego en ellas. Realmente no tenía idea de que podría haberles pasado a esos desafortunados chicos, no pronuncié palabra alguna pero no hizo falta, ya que, rápidamente JingYi se dirigió a la cabecilla del grupo con completa seriedad en su voz: "Líder Jin, Zewu-Jun actualmente tiene las manos ocupadas con un asunto de extrema urgencia, por lo que no puede atenderlos inmediatamente, él le suplica su paciencia"; el muchacho se encontraba apoyándose en una espada dorada, con la voz parpadeando de cansancio y dolor se dirigió a mi amigo pidiendo auxilio una última vez, parecía que lo único que le había permitido suplicar ayuda fuera un suspiro. Después de esto su tez palideció y cayó su espada al suelo, rápidamente sus párpados durmieron y sus piernas temblaron, inevitablemente su cuerpo se desplomó pero sus brazos ni intentaron evitar el impacto contra el suelo.

La mayoría de los muchachos que traían atuendos similares a los del joven tampoco reaccionaron al ver como su líder se desvanecía, solamente unos pocos intentaron sostenerlo, pero sus esfuerzos no pasaron de ser más que ademanes;  todos ellos estaban lastimados o en un estado de shock.

Por supuesto que nosotros no nos limitamos a observar. En un abrir y cerrar de ojos, JingYi ya estaba arrodillado en el piso mientras sostenía la muñeca del tipo tomando su pulso, los otros y yo tampoco tardamos en ayudar, después de todo estábamos solo a unos pasos de ellos. Cuando nos aseguramos de que ya todos estaban más tranquilos y que no tenían mayor problema para respirar correctamente; les preguntamos sobre su situación y brevemente nos contaron que habían pedido permiso a nuestro líder para cazar dentro de nuestro territorio, algunos mayores y ancianos los acompañaron todo el camino, pero al llegar a las faldas de un monte los esperaron acampando. Nadie los estaba buscando. Resulta que intentaron enviar señales para que su gente los ayudara pero cada una de ellas era interceptada por aquello que los atacaba, o sino, estas erróneamente se atascaban en las ramas de los árboles ocasionando el fuego que también resultó hiriéndolos. La bestia con la que luchaban se mostró fiera desde el principio, pero una vez que se vio rodeada por el calor de los árboles en llamas se puso aún más inquieta y comenzó a lanzar ataques más fuertes, terminó derribando un par de árboles pequeños, la consecuencia de esto: el fuego se extendió más rápido.

Después de poner como prioridad alejarse del lugar, se dieron cuenta de que habían estado corriendo sin dirección alguna en un lugar que no conocían en lo mínimo. Estaban heridos, la persecución los había dejado agotados, no tenían forma de comunicarse con nadie y ahora la gota que rebosaría la copa de sus infortunios estaba a punto de caer; una oleada de aire húmedo les besó el rostro y vieron como el sol iba retirándose para dar paso a la pequeña y transparente luna.

Definitivamente una suerte peor les esperaba, no había mucho que un debilitado grupo de jóvenes inexpertos pudiera hacer frente a este escenario tan bochornoso. Continuaron andando lento con algunos de sus compañeros en sus espaldas, al frente los dirigía quien yacía sobre las piernas de mi amigo.

Un muchacho de dorado interrumpió la narración del otro y nos comentó a grandes rasgos como su líder había recibido la mayor parte del ataque: después de unos minutos de cautelosa caminata evitando el contacto con algún espíritu feroz y con la lluvia intensificada sobre sus hombros, se volvieron a topar a la bestia de antes; tan rápido como pudieron, se escondieron a esperar que esta se alejara por sí misma, pero al ver que contrario a marcharse sólo parecía estar olfateando su rastro de sangre, otro de ellos lanzó un par de talismanes de fuego intentando desviar su atención, estaba demasiado nervioso para pensar en las consecuencias de aquello. Todos tomaron esto como una señal para huir pero aquello dirigió su fuerza a sus extremidades y atacó nuevamente, los que aún podían moverse se quedaron a luchar, su líder exigió que se retirarán pero no recibió más que burlas por su parte.

―Quienes estábamos heridos no nos quedamos y obedecimos al líder, pero Jin Chan, bueno, él...

Miró a un lado para chocar sus ojos con la amenazadora mirada de un chico que se veía mayor que él, inmediatamente dejó de parlar y agachó su cabeza. El tipo mayor continuó con el relato, a pesar de su mal estado no dejó de lado su tono y actitud altanera.

―Al final Jin Ling creo una distracción para que nosotros pudiéramos escapar, la lluvia se tornó tormenta y después llegamos aquí, eso es todo. ―Concluyó secamente.

Sabíamos que había más cosas que contar pero era seguro que nadie estaría dispuesto a decir nada más, quizás deberíamos esperar a que su líder despertara para que fuera él mismo quien nos mantuviera al tanto de la situación que nos competía por haber transcurrido en nuestro territorio. 

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⏰ Última actualización: Sep 01, 2020 ⏰

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