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La tía Maddy estaba sentada en su silla en una postura extrañamente rígida, con la mirada perdida en el vacío. Sus manos se aferraban con fuerza al reposabrazos y su rostro había perdido el color.

—¿Tía Maddy? Mamá, ¿le ha dado un ataque? ¡Tía Maddy! ¿Me oyes? ¡Tía Maddy! —Quise cogerle la mano, pero mamá me retuvo.

—¡No la toques! No hay que tocarla.

Jisoo empezó a llorar.

—¿Qué le pasa? —gritó Jin—. ¿Se ha atragantado con algo?

—Tenemos que avisar al médico de urgencias —dije—. ¡Mamá, haz algo, por favor!

—No ha tenido ningún ataque. Y tampoco se ha atragantado. Tiene una visión —explicó mamá—. Enseguida se le pasará.

—¿Seguro? La mirada fija de la tía Maddy daba miedo. Se le veían unas pupilas enormes y los párpados totalmente inmóviles.

—De repente ha empezado a hacer mucho frío — susurró Jin—. ¿No lo notáis?

Jisoo sollozaba en voz baja.

—Haced que pare —suplicó.

—¡Lucy! —gritó alguien.

Todos pegamos un brinco, sobresaltados, y entonces nos dimos cuenta de que había sido la tía Maddy la que había gritado. Realmente hacía mucho frío. Miré a mi alrededor, pero no había ningún fantasma en la habitación. —Lucy, mi niña. Me lleva hasta un árbol. Un árbol con bayas rojas. Oh, ¿dónde está ahora? Ya no puedo verla. Hay algo entre las raíces. Una piedra preciosa enorme, un zafiro tallado. Un huevo. Un huevo de zafiro. Qué hermoso es. Qué valioso. Pero ahora se está agrietando; oh, se rompe, y hay algo dentro... Un pajarito sale del huevo. Un cuervo. Ahora salta al árbol. Pese a que la tía abuela Maddy rió, no desapareció la mirada fija de su rostro, y sus manos seguían aferradas a los brazos de la silla. —Empieza a soplar viento. —La risa de la tía Maddy se desvaneció—. Es una tormenta. Todo gira. Vuelo. Vuelo con el cuervo hacia las estrellas. Una torre. En lo alto de la torre, un enorme reloj. Hay alguien sentado ahí arriba, sobre el reloj, balanceando las piernas. ¡Baja enseguida, niño atolondrado! —De pronto su voz traslucía miedo y empezó a gritar—. La tormenta te derribará. Es demasiado alto. ¿Qué está haciendo allí? ¡Una sombra! ¡Un gran pájaro traza círculos en el cielo! ¡Allí! Se precipita hacia él. ¡Jimin! ¡Jimin!

Aquello era insoportable. Aparté a mamá y cogí a la tía abuela Maddy por los hombros.

—¡Estoy aquí, tía Maddy! ¡Por favor! ¡Mírame! — exclamé sacudiéndola suavemente. La tía Maddy volvió la cabeza y me miró. Poco a poco, su rostro fue recuperando el color.

—Angelito —susurró—, ¡ha sido una locura trepar tan alto!

—¿Te encuentras bien, tía? —Miré a mamá—. ¿Estás segura de que no le pasa nada malo?

—Era una visión —repuso mamá—. Está bien.

—No, no estoy bien. Era una mala visión —masculló la tía Maddy—, a pesar de que el principio era muy agradable.
Jisoo había dejado de llorar. Mis dos hermanos miraban fijamente a la tía Maddy con cara de extrañeza.

—Ha sido espeluznante —confesó Jin—. ¿Os habéis fijado en cómo de repente ha empezado a hacer frío?

—Imaginaciones —repuse.

—¡No es verdad!

—Yo también lo he notado —convino Jisoo—. Se me ha puesto la carne de gallina.

La tía abuela Maddy cogió a mamá de la mano.

—He visto a tu sobrina Lucy, Grace. Tenía el mismo aspecto de entonces. Esa sonrisa tan dulce... Me dio la sensación de que mamá iba a ponerse a llorar de un momento a otro. —Creo que el resto no lo he entendido bien, como de costumbre —continuó la tía Maddy—. Un huevo de zafiro, un cuervo, Jimin en el reloj de la torre y luego ese pájaro maligno. ¿Tú entiendes algo?

R͎U͎B͎Í͎~ Kookmin [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora