Amor... ¿Prohibido?

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Las vacaciones de verano habían llegado más rápido de lo que Gulf había esperado, había terminado el primer año de su carrera en administración de empresas y se sentía realmente orgulloso de lo que había logrado a lo largo de ese tiempo. Como ya era costumbre, cada verano desde hace 2 años, ayudaba a su padre en la empresa para así poder aprender todo lo necesario para el momento en el que esta pasara a sus manos. Era un trabajo que, a pesar de ser muy agotador, disfrutaba y, aunque las cosas designadas para él eran bastante sencillas, hacía su máximo esfuerzo para demostrarle a su padre que era más que capaz de liderar de la misma forma en la que él lo había hecho a lo largo de su vida.

Gulf se dió una última mirada al espejo de su cuarto, acomodando la corbata que adornaba su cuello y colocándose el saco de su elegante traje. Sabía que la presentación era algo más que importante en el mundo de los negocios. Pasó su mano por su cabello, quitándolo de su frente y sonriendo. Estaba bastante emocionado pues el día anterior su padre le había dicho que podría asistir a una reunión con el equipo de publicidad y comunicación para poder empezar la campaña de lanzamiento de su nuevo producto. Era la primera vez que se le permitía estar en ese tipo de juntas por lo que quería hacer las cosas bien.

Salió de su habitación y bajó las escaleras, encontrándose a su padre frente a la puerta, listos para dirigirse a las oficinas. Saludó al chofer con una reverencia y subió al auto detrás del mayor. El tiempo de camino fue de aproximadamente 15 minutos, Gulf mantenía su mirada perdida en algún punto lejano de la calle mientras que su cabeza pensaba en ideas que pudiera proponer para la campaña publicitaria. En cuanto llegaron bajó del auto y caminó junto a su padre al interior del enorme edificio donde, en la parte superior, se podía leer el nombre de la compañía con brillantes letras.

Subieron hasta el último piso, siendo recibidos con un café para cada uno y un amable saludo por parte de la asistente de su padre. Le dedicó una sonrisa para finalmente, adentrarse a la oficina perteneciente a su progenitor. El tamaño de esta era impresionante, había un escritorio enorme, una mesa redonda para 4 personas donde Gulf tenía su improvisado espacio de trabajo, además de un ventanal que cubría una pared completa del lugar y que dejaba una vista preciosa de la gran ciudad de Bangkok.

La junta es en 20 minutos, será en la sala del séptimo piso. Lleva en donde anotar y no llegues tarde. Iré a checar unos pendientes con la contadora. — Gulf asintió ante las palabras de su padre, quien momentos después abandonó la oficina. Se aceró hasta el ventanal y observó la ciudad, a las personas, los autos y el cielo. Estaba nervioso, sin embargo, había otra sensación en su interior que no podía describir. Como si pudiera presentir que algo bueno iba a salir de esa junta y no precisamente sobre trabajo.

Suspiró fuertemente, tomando una libreta que se encontraba sobre su improvisado escritorio junto con una pluma para salir de la oficina. Prefería llegar antes que ser reprendido por su padre ante su falta de puntualidad. Bajó hasta el piso indicado, caminando al final del pasillo para finalmente adentrarse a la sala de juntas. El lugar se encontraba completamente vacío, así que tomó asiento del lado derecho de la silla en la cabecera, al cual podía suponer que era la de su padre. Sacó su celular y se entretuvo con uno de sus tantos videojuegos para así hacer más corta la espera.

No habían pasado más de 5 minutos cuando la puerta se abrió, haciéndole levantar la mirada y dejándole ver a quien podía describir como un dios griego. El chico frente a sus ojos aparentaba no más de 30 años, era bastante alto, tal vez unos 10 centímetros más que él, piel clara, ojos café que podían derretir a cualquiera con tan solo una mirada, una sonrisa digna de un modelo y cabello castaño perfectamente peinado. Mew vestía una camisa blanca que se ajustaba de forma perfecta a su cuerpo con los primeros botones abiertos, así como un traje color azul marino. En su muñeca izquierda se podía notar la presencia de un reloj plateado mientras que su mano derecha era decorada con un único anillo colocado en su pulgar.

Amor... ¿Prohibido? (OneShot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora