Recuperando Lo Perdido

Solitario •Prólogo •

Estaba asustado.

Pero no podía mostrarlo, así que su expresión se miraba confundida, quizá un poco desamparada. Ahora sí se sentía solo y abandonado.

Subió la colina sin tantos tapujos, se cubrió lo mejor que podía con la sudadera que traía puesta y trato de darse fuerzas para lo que haría. Esta era su última oportunidad.

Hace casi un año que habían secuestrado a su papá. Nagisa había luchado con uñas y dientes para que él no tuviera el mismo destino, y ahora a él le tocaba salvar a su único familiar. ¿Pero cómo?. Llego a preguntarse si acaso ellos eran lo suficientemente buenos para ayudarlo.

No había tiempo para dudas, así que espero a que cada uno de ellos terminará de subir la colina y entrarán a la que una vez fue la aula de la Clase E. La clase del asesinato que su padre tanto le contaba. Debía decir que no le sorprendían para nada.
La clase del End estaba conformada por un montón de tipos y mujeres ordinarias. Ningún hombre tenía un rostro macabro o feo en sí, y las mujeres no parecían brujas como su profesora de Historia. Todos parecían igual de ordinarios que su tía Nakamura o Kayano, incluso que su padre.

Pero se dió ánimos y espero y espero, y casi se durmió en esperar a que el salón se llenará y ellos conversaran de lo que tenían que ponerse al corriente. Alcanzo a escuchar un "Tiene dos semanas de gestación", otro "va a cumplir once la semana que viene", otros "Son buenos niños".
Se preguntó si Nagisa hablaba así de él cuando iba, pero inmediatamente lo negó. Su padre no podía hablar de él así añorara presumirlo.
Quedo más que sorprendido cuando a mitad de todas las conversaciones, alguien más se apareció. No había querido esperar a que ese hombre apareciera porque nunca lo había hecho. Akabane Karma estaba presenciandose en la Clase E como si esperara encontrar a alguien, y eso, eso lo hizo enfadar.

Ya casi era momento de hacer acto de presencia.

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