Prólogo

14 0 0
                                    

Los días que han pasado me han hecho moverme con ellos, sin quererlo tuve que avanzar con el tedio de los lunes y acostumbrarme a las tardanzas de los viernes, los fines de semana se volvieron más coloridos, ya no solo me quedaba en cama esperando un milagro de que aquella silueta marchándose y disolviéndose en la distancia regresara algún día, te he mitigado de mis pensamientos diarios pero sé que tu recuerdo no se ha ido en cambio me inunda de vez en cuando el sol entra con el pestañeo matutino y detrás de la ventana el rocío indica que será un buen día por que así eran las mañanas junto a ti, otras veces siento tu manos cálidas sobre mi taza de café y sé que no las he olvidado, pero hoy mientras acomodaba la repisa tire por accidente una caja, la caja que había ocultado por tanto tiempo y había desatendido, ahí estaba todo lo que no pude decirte porque sabía que no importaba que tanto te escribiera ni con que fuerza deseara que las cosas hubiesen sido distintas, esto no hubiera cambiado tu decisión, las películas y libros nos han hecho creer que si "lo deseamos" lo suficiente las personas vuelven, pero nos hemos hecho egoístas a los sentimientos y terminamos por poner en segundo plano la realidad, esa en que las decisiones ya han sido tomadas y yo lo sabía, aun así, en un intento desesperado pensé en escribirte, tal vez si te daba más de mis palabras no te separarías de mí, que absurda es la mente cuando se encuentra enamorada y comienza a desvanecerse todo frente a nosotros.

Aun no puedo reprimir este sentimiento, acepte que siempre estará aquí, en cada sístole esta tu nombre y en cada diástole esta tu voz, me he permitido que viva aquí, porque uno no puede evitar sentir lo que siente y es mejor darte cabida por las buenas porque en las noches el insomnio me ha llegado a consumir hasta que en una hora de la madrugada me he mirado al espejo y encontré a una persona con mirada taciturna hundida en memorias que se repitieron tanto en mi mente que se ha olvidado de seguir en el presente.

Hoy ya no hay insomnio, ni arranques de ira volcados en un papel pidiendo explicaciones a una silueta ausente, tampoco levanto el celular para ver tu foto, ni me acurruco pensando en que la almohada es tu brazo dándome calor, pero algo sobra ocasionalmente, me sobra piel, aquella que te falto recorrer, me sobran labios para llenarte de besos y sobre todo, me sobra cariño y no sé qué hacer con él.

Tal vez las cartas no fueron mala idea, ojala algún día las leas y entiendas o al menos te compadezcas de lo que fuimos.

Abri la caja, tome la primera carta, una hoja de libreta arrugada por el tiempo:

03-07-xx

V:
El tedio y la monotonía nos alcanzaron y desde la ventana del tren pienso en mí partida, a mí se me ha roto el corazón y a ti solo se te ha ido una costumbre.

Me pregunto si después de este tiempo seguirás sintiendo el amor que juraste en forma de canciones y que no cesaría en mucho tiempo, pero comienzo a extrañarte y sé que está noche será difícil, como lo serán las consecuentes.

Hubiera jurado que tus besos jamás me faltarían junto con las noches de desvelos para amanecer entrelazados cansados de la faena en la cama después de no poder dormir y que pronto todo sería como lo fue antes, pero una es tonta y se niega a ver la realidad oculta de las buenas intenciones. Ojala hubiera podido predecir nuestro futuro, así hubiera sabido cuando irme, y es curioso porque eso tú ya lo habías decidido.

¿Sera muy egoísta pensar en quererte solo para mí cuando lo que quieres es tiempo para ti?

Cualquiera diría que sí, y es que no termino de entender ¿Por qué si querías tiempo para ti decidiste alejarte de mí para acercarte a alguien más?

Quiero odiarte, quiero olvidarte, quiero huir de todo, tal vez es por eso que decidí tomar mis cosas e irme en el primer tren que encontré, soy impulsiva pero no conozco a alguien que soporte escuchar cómo le rompen el corazón sin remordimientos.

Pienso y te pienso, no sé a dónde ir cuando mi lugar era contigo.

¿Habría servido de algo rogarte para que te quedaras?

Aquí estoy, tuya.

K

CARTAS SIN FECHA DE ENTREGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora