《𝕰𝖑 𝖕𝖊𝖗𝖉𝖔́𝖓》

151 27 11
                                    

Naykook

Aquí estaré siempre

Era una tarde de agosto, el día estaba muy nublado incluso siendo las seis y media de la tarde. La escuela había terminado hacía poco, pero aún así me seguía atormentando.

Casi nunca me quedaba todas las horas en la escuela puesto que prefería saltarme clases y quedarme en el parque mirando todo a mi alrededor.

En la escuela no hablaba con nadie, todo era muy difícil para mí, más que nada la adaptación. Siempre fue un problema, pero aprendí a lidiar con eso.

Mis padres nunca estaban en casa, los veía cada quien sabe y mi hermano solo estaba sentado frente a su televisión jugando con su play hasta muy tarde.

La rutina de siempre.

Pero dejó de ser así hasta que unas semanas después lo conocí, llegó de intercambio a mi escuela y cada que lo veía siempre estaba callado, aislado y en su pequeña burbuja.

Jamás lo quise molestar.

Yo empecé a juntarme con personas y más amistades, siempre veía como murmuraban cosas sobre él, como se reían o hacían comentarios hirientes en forma de indirecta... Lo peor es que yo llegué a reírme de él.

Traté de convencerme de que me reía de las palabras pero sabía en el fondo que nunca fue así.

Pero dejé de hacerlo en cuanto sus ojos vieron los míos. Pidieron ayuda de forma silenciosa y entendí finalmente que esta no era yo.

Una tarde fui hasta detrás de las bancas en el receso cuando todo el mundo estaba afuera, tenía un nudo en mi garganta.

Lo recuerdo bien.

Tenía un abrigo azul puesto con la capucha puesta y su mirada puesta en sus manos las cuales jugaban con un lápiz en su mesa.

En cuanto me senté frente a él lo sentí nervioso, tal vez tenso.

Sentí curiosidad... Por saber de él.

Con voz temblorosa le pregunté —¿Puedo hablar contigo?

Y casi de forma imperceptible me asintió, más no me miró. Ni siquiera conocía su cara o sus facciones pero me cohibía su comportamiento.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunté en un susurro como si alguien estuviera allí para escucharme, sin embargo él respondió tomándome por sorpresa porque incluso llegué a pensar que él era mudo, pero estaba equivocada

—Jungkook... —respondió en el mismo tono que yo. Una sonrisa se asomó ese día en mi rostro y finalmente miré su rostro el cual miraba detenidamente cada facción que hacía

—Jungkook, soy Nayeon

Después de ese día hablé con él en cada receso, después en cada clase libre y así nos fuimos hasta hablar prácticamente todo el tiempo.

Descubrí lo cariñoso que podía ser, lo amigable y bromista que era. Siempre fue una gran persona y los demás siempre tuvieron una mala idea de él.

I didn't hear youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora