CAPÍTULO 17

11 1 0
                                    


Observo detalladamente lo que tengo en las manos, le doy vueltas buscando la forma del feto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Observo detalladamente lo que tengo en las manos, le doy vueltas buscando la forma del feto.

—¿qué es esto? —pregunto mirando hacia Santiago que está en el armario buscando algo.

Me acerco a él mostrándole.

Una sonrisa melancólica se asoma.

—era nuestro, nuestro bebé.

A mi corazón viene un profundo y agudo dolor.

Mi mano va a mi vientre involuntariamente. Tenía una nueva vida aquí, de mí y de él, y ya no está.

—¿fue mi culpa? —mi voz sale apenas. Me falta el aire.

Imágenes de mi accidente vienen rápidamente a mi cabeza. Lo miro esperando desesperada mi respuesta.

—no, no, no ... amor inhala y exhala... tranquila.

Hago lo que me dice y sigo sus respiraciones.

—¿mejor? —pegunta acariciando mi rostro y limpiando mis lágrimas que sin darme cuenta derrame —fue un mes antes de tu accidente, fue un aborto espontáneo. No me fue tu culpa.

Asiento, pero no puedo evitar sentir tristeza por la vida que perdí.

—¿Qué sexo hubieras querido que sea? —pregunto ya acostados porque ambos estamos sin poder dormir.

—niña—responde de inmediato.

Sonrío al imaginarme a él con un bebé, una hermosa vista definitivamente.

—por algo suceden las cosas—susurro antes de cerrar los ojos y tatar de dormir.

.

.

.

—¿ya te vas? —pregunto observándola guardar sus cosas desde la puerta.

—sí, mis visitas son cortas porque mi jefa me llamar en cualquier momento.

No creí que, pasando un par de días con ella, se volvería mi amiga, Santiago tenía razón.

—Estaremos en contacto, ya Santiago me dijo que tienes otro número, le pediré más tarde.

La observo confundida

—mi número sigue siendo el mismo. —susurro.

—ah, ese tonto, de seguro solo me molestó.

La observo guardar minuciosamente sus cosas.

En la sala, entre risas y conversaciones su padre saca el tema de lo que me olvide preguntarle.

—¿y cómo va el problema de tu empresa? —pregunta su papá, interesada lo observo esperando su respuesta.

—muy bien, aún no sabemos quién es, pero bloqueamos todas las posibles entradas para que el infiltrado no se lleve la información y si lo hace dejará huella y finalmente lo sabré.

POR TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora