Capítulo​ 1

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Suena el despertador y pego un salto de la cama.

¡Mierda! Las 6:30

Entro en el baño, salgo, cojo lo necesario y emprendo camino al salón de la casa de mis padres. Tengo que terminar un trabajo para la universidad, que tengo que entregar exactamente hoy. Gracias mamá por hacerme perder mi tiempo en un maravilloso vestido de graduación en vez de terminar un proyecto que ahora debo finalizar a prisas, si quiero lucir ese vestido junto con una toga y un birrete negro.

Suspiro y me pongo a ello. ¿Qué remedio me queda? Ninguno.

Una hora más tarde termino y esbozo una gran sonrisa de satisfacción.

Desayuno, me ducho, me planto mis vaqueros favoritos, una camiseta blanca y botas negras. Luego me pongo a arreglarme el pelo frente al espejo, -es largo y castaño oscuro- y con un poco de brillo de labios y rímel, -para resaltar mis ojos verdes- salgo de casa.

Cuando llego a la universidad, (Manhattan College. En Riverdale. Nueva York) me encuentro con Nora, Alex y Daniel. Mis tres mejores amigos, desde el instituto.

-Hola.

Saludo a los tres que enseguida se giran hacia mí.

-¿Cómo estás, Beth? ¿Has terminado el trabajo que tenías que hacer? -me pregunta Alex con una sonrisa enorme de chico americano.

-Sí, por fin he terminado ese maldito trabajo -refunfuño, sonriendo a la vez.

En un visto y no visto Nora me agarra del brazo.

-¿Iremos esta tarde a escoger el vestido de la graduación? -me pregunta con ojos castaños entusiasmados.

-Bueno, ayer mi madre se empeñó en que fuéramos a comprarlo. Ya sabes lo insistente que es a veces- Pongo los ojos en banco.

Alex, interrumpe nuestra conversación.

-Hey chicas, Daniel y yo nos vamos adelantando.

-Sí. No queremos escuchar las típicas cosas de chicas. Vestidos, zapatos, complementos. Buahh... vaya rollo -se burla y seguidamente hace un gesto de indiferencia con la mano.

Sacudo la cabeza y enseguida Nora le replica.

-Chicos que no entienden de nada.

-Eh... a mí no me metas, yo no he dicho nada -se defiende Alex dándose la vuelta - Anda vamos o llegaremos tarde.

La mañana se pasa lentísima, casi me duermo en Comunicación Política. El profesor me miraba con mala cara, aunque es la cara que he estado viendo durante estos cuatro años. En cambio la tarde ha sido bastante rápida. Hemos estado estudiando en la biblioteca. Y ahora he quedado con Nora, para acompañarla a comprar su vestido de graduación.

Estando en el aparcamiento del campus, nos despedimos de los chicos. Gracias a Dios, se termina la jornada universitaria.

-Hasta mañana -murmuro colocándome bien la bandolera al hombro. Es grande y vaquera. Me la regaló Tom -mi padrastro- por mi pasado cumpleaños.

-Nos vemos -dicen Alex y Dani al unísono.

Nora y yo nos dirigimos a mi coche -un Fiat 500 S en blanco perla- Me encanta, es mi pequeño.

Después de haber entrado y salido disparadas de varias tiendas, porque a la señorita Nora Swallow no le gustaba ningún vestido, -lo que es típico en ella- entramos en otra más. Espero que encontremos algo por aquí.

-Ese vestido es fantástico. Te queda estupendo -lo digo con cansancio y sueño, aunque es verdad, está fantástica.

Es un vestido nude rosado de gasa, con escote palabra de honor y largo hasta las rodillas.

Un encuentro inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora