Jack y la fuente de la juventud.

Bienvenidos a Ivermorny.

Suena el despertador que Jack había programado y se alista en un parpadear, corre con dirección a los taxis mágicos para llegar a la estación de trenes lo mas pronto posible. El chófer (quien es un chaneque) presiona el botón y taxi empieza a elevarse por las alturas llegando en un instante al estación de trenes. Jack corre lo mas rápido que puede con todo y su equipaje (y teniendo a su pequeño bebe dragón en su hombro) mientras corre con mucha presión, su bebe drgon se entretiene lanzandole pequeñas flamas a los aviones de papel encantados que van volando alrededor de la estación de trenes yéndose a pasar por los elfos domésticos que se encuentran limpiando las ventanas de la estación, otros se encuentran barriendo y otros son los encargados de subir el equipaje de los estudiantes.

Al llegar al tren, uno de los elfos domésticos sube su equipaje manteniendo a sobra en el hombro de Jack, agarra uno de los cajones para sentarse después de ver que Max esta sentado, lo acompaña, ambos se sonríen mutuamente con una inmensa felicidad y emoción por llegar a la prestigiosa escuela Ivermorny pero a pesar de que en el rostro de Jack exprese felicidad en el interior se sentía un poco quebrado por el mensaje de prevención por parte de Federico, no pude descansar toda la noche debido a ese mensaje y Max lo sabia. 

Una vez dentro del tren que nos transporta directo a la escuela, Max compra grajea de todos los sabores, ambos nos las vamos comiendo en lo que vamos llegando (por desgracia a mi me salio una que sabia a estiércol. Después de esa grajea ya no quise probar las demás, estuvimos en lo que iba del trayecto bromeando y haciendo hechizos muy tontos pero que al final son muy divertidos como ponernos narices de cerdos o pequeñas bromas como sustos pequeños a los vecinos de los otros vagones con los otros estudiantes en el tren, nosotros nos reímos en silencio para no ser descubiertos (lo malo es que es muy difícil de no reírse ya que es bastante gracioso) lo mas gracioso es que como aun falta un poco por llegar, tuvieron que quedarse con el enojo y frustración de no saber quien fue el chistoso de hacerles bromas pesadas a los estudiantes ya sea de primer año (como nosotros) o de ultimo. 

-¿Estas emocionado por llegar?-me dice Max, en su rostro se ve reflejada una inmensa emoción que es muy difícil que lo pueda ocultar.

-Si... aunque no tanto.

-Temes que no quedes en la casa que pertenecieron tus padres, ¿verdad?

-¿Tu no temes eso? Digo... nuestros padres fueron en la misma casa... la gente espera mucho de nosotros, los tuyos son grandisonamos hechiceros como mi papa, los tres trabajan en el ministerio de magia de Norteamérica, mientras que por la parte de mi madre es una de las mejores jugadoras que tenemos, esperan mucho de ambos y a eso le temo.

-Aunque si es muy cierto lo que estas diciendo Jack, también es cierto que no esta en nosotros seguir los mismos pasos que nuestros padres, podemos elegir otras opciones, lo bueno es que hay muchos oficios aquí, en el mundo mágico.

-¿Tu en que te gustaría trabajar?

-Bueno... en realidad es muy pronto para eso, puedo elegir al final otra cosa pero me gustaría ser escritor, escribir muchos libros acerca del mundo mágico y mostrárselos a los mugles, tal vez me haga muy rico.

-¿No tendrías problemas con la "MACUSA"?-le digo sin entender.

-Tal vez... pero lo dudo, ya algunos otros magos han ido al mundo mugle, vivir en ese lugar y compartir un poco de nuestro mundo con ellos, no te olvides que el gran y poderoso Merlyn lo hizo en su momento con un tal Rey Arturo de Caemlot, o algo así.

-¿Rey Arturo?-le digo sin recordar ese suceso.

-Vaya que necesitas darle otra pasada a tu libro de historia universal del mundo mágico-me dice Max en forma de burla y yo hago una mueca queriendo ignorar su burla hacia mi-vamos, no te molestes, sabes que todo esto es pura broma-me dice arrepentido de lo que dijo.