The End

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Susurros nocturnos, mentes quebradas, corazones rotos, almas marchitadas.

Cuerpos con cicatrices, ojos nublados, voz silenciosa, gritos internos.

Bocas selladas, alas cortadas, corazones negros, pensamientos alternos, cuerpos negros rondando en el alba. Esperan, esperan para atacar, para matar.

Contradicciones de amor, ojos abiertos, pero no ven, oídos sordos a todo alrededor. Están arriba, están abajo, salen del pozo y van a tu lado. No saben que los ven, pero sienten el oscurecer.

Calla, calla, no llores más. Por fuera luces, por dentro putrefacción, vacíos por dentro, vacíos por fuera.

El agua llega y se hunden, no respiran, no responden. Tapan al muerto con manta de seda, salen a cazar, van y vienen. No te tocan, entran en ti. Angustia y congoja, lágrimas que queman, rostros empapados de realidad.

Andan en oscuridad, esperan para atacar. Pensamientos negros y retorcidos, todo está mal. Dolor, llanto, lamentos. Almas en pena, con cadenas de hierro.

Rostros felices, risas escandalosas. Queman el oído y muestran la máscara. No quieren escuchar, no dejan hablar, golpes y llantos, gritos y vidrios rotos.

Pieles que sangran, ojos cerrados. Corazón que llora, corazón que ríe, mentes bailando el vals de la perdición.

Se cae, se rompe, despiertan y caminan. Escuchan y ignoran. Rodillas dobladas, mares alrededor, oscuridad y soledad son tu oración. Rompen en gritos y estan callados, bailan y bailan hasta el amanecer, creyendo que todo estará bien.

Mentes cerradas, miradas consternadas. Serpientes andantes, perros hablando. Espadas de doble filo, cortan, cortan y sangran. Cuartos oscuros, luces apagadas, mentes bloqueadas.

Miradas con juicio, dedos con condena, apuntan, apuntan y llaman al juez. Almas enjuiciadas, mentes condenadas. No te dejan volar, no te quieren salvar.

Ellos no vuelan y no dejan volar, platos llenos, casas vacías. Manjares servidos, oro enmarcados, joyas exibidas, rostros pintados, vidas escritas, destinos cruzados, sueños alcanzados.

Pesadillas de día y noche. Cuerpos esterilizados, cuerpos enbotellados. El vaso esta lleno, pero el mendigo no está.

Día y noche llueve, ahogan al animal. El agua sube y sube, te enterrara. Entregan el alma y sellan sus destinos, cuando sus ojos se cierran, llegan al hades.

Calles con huesos secos, miradas vacías. La muerte se viste de perlas, bailan y bailan hasta el amanecer, creyendo que estaran bien.

Ojos inexpertos, bocas con colmillos, voces clamando piedad, latidos sin flujo. Cadenas pesadas que arrastran, vicios sin lugar para descansar. Se hunden, se hunden y no quieren parar, el humo se desvanece, las llamas arransan.

Abrazos vacíos, llenos de maldad. Abrazos llenos de bondad, miradas cómplices, marcas sin trazar. Almas en soledad, se toman de las manos y en el panteón empiezan a caminar.

Susurros nocturnos, mentes quebradas, corazones rotos, almas marchitadas. Llegan al alba y se van, salen a deslumbrar.
Susurros nocturnos, mentes quebradas, corazones rotos, almas marchitadas.




Sonata de Gritos.

Luciana Fernández.
L. F



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