Trastornados

Prólogo

Narra Diego:

Dentro de la fiesta, en el cual fui acompañado por mi esposa Beatriz, la había perdido de vista unos instantes. Yo no era alguien que disfrutara de salir a entornos llenos de personas. Al contrario, lo aborrecía. Sin embargo era la fiesta de mi mejor amigo [ si es que se podía decir ] Carlos, él es el dueño del club por ende nunca nos cobra entrada.

— ...

Estaba junto a la barra, jugando con la copa de martini en mis manos. La música resonando en todo el salón, dificultaba el hecho de que se pudieran escuchar las conversaciones de los demás. Incluso las más cercanas. Lo cual era bueno para mí, me gustaba estar solo. Alzo la mirada divisando a mi amigo sirviendo un par de copas, aunque no era su trabajo hacerlo, se nota que ésto era su pasión.

Me ve de reojo y va hacia mi, con una amplia sonrisa. Así era él.

— ¡Heyyy! ¿Que hace mi compa de confianza tan solo en la barra? ¿Y tu chica amigo?

Pregunta buscándola con la mirada, no dejando de emanar un aura sociable y enérgico. Yo solo me dispongo a responder serio.

— Fue al baño... Pero está tardando. - Respondí, viendo hacia la entrada de los baños.

— Amigo ni te estreses, ella volverá pronto.

Apoya su mano sobre mi hombro palmeandola. Yo sonrió sin ganas, algo preocupado. Siempre fuí una persona insegura, pero yo sé que ella jamás haría una locura lejos de mi. Menos cuando hace un mes atrás fue nuestra boda, nos amabamos de verdad. Debería esperar, si. No estoy siendo lo suficientemente paciente con ella. Son mujeres ¿Verdad? Tardan lo que deben de tardar en los baños.

— ¿No te pinta jugar un póker? Oí que...

Antes de que Carlos acabe su frase, se hace audible el grito de una mujer lejos de ellos. Una bola de personas se acercan a aquel lugar. Carlos, frunce el ceño viendo hacia aquella dirección, escapando de la barra. Yo permanezco estático hasta que me entra la duda. La música se apaga, murmuros de las personas cercanas a aquel lugar se hacían aún más comprensibles a medida que me acercaba.

— ...

Veía a varias personas llamar por teléfono, todas al 911 ¿Que había ocurrido?. Negué varias veces ansioso, llegando cada vez más lento hacia la entrada de los baños. La puerta estaba entreabierta, una mujer junto a la entrada llorando desesperadamente capta mi atención. Mi amigo, se mantiene serio e impactado. Cuando siente mi presencia da media vuelta, viéndome. Mirándome como una gacela ve a los autos en medio de una carretera. Yo lo veo con dudas, y al ver el entreabierto de la puerta pude reconocer el que era el cadáver de mi esposa bañado en sangre sobre el mármol frío. Dentro, un par de guardias examinando.

Los que eran segundos se volvieron minutos para mi, en el que quedé frente a la puerta observando la escena desgarradora de mi esposa descuartizada casi al completo. De mi rostro no se podía percibir nada, simplemente una mirada inexpresiva. Que poco a poco se convertía en ansiedad y pánico, sintiendo cada vez mi respiración más pesada. Es como si estuviera por morir, solo podía recordar mis últimos momentos con ella, sus últimas palabras, nuestros mejores recuerdos que terminaban en aquella escena terrorífica frente a mi.

"Diego... Amigo... ¿Hola Diego? ... ¿Me escuchas?"

Oía muy levemente por parte de Carlos quien se veía extremadamente preocupado, pero yo, estaba impactado. No escuchaba nada más que un pitido y todo a mi alrededor se hacía oscuro. ¿Cómo podía existir un ser en la tierra que hiciera algo como eso? ¿Y por qué a mí esposa? ¿Habría cambiado en algo si yo la acompañaba?.

Mi esposa, con la cual llevaba 15 años con ella, había muerto. Sin pruebas, sin testigos, sin culpables. Aquel día el club cerró, y yo tuve que testificar su cadáver. Nadie supo que pasó, y por un tiempo fui sospechoso de su asesinato. Pero debido a los testimonios sobre dónde me vieron, me liberaron de forma temprana.

Aunque pasó un año de su muerte, hasta hoy en día me es presente aquel olor que sentí al verla tirada en el suelo frío de aquel baño. Recordando en dónde estaban posicionados cada órgano suyo los cuales estaban fuera de su cuerpo. Su rostro perdido junto a sus ojeras marcadas.

Todas mis pesadillas desde aquel incidente, rondaron a esa escena donde siempre, siempre, no logro evitarlo.

...

Una persona detrás de la multitud, comienza a alejarse, encapuchada y alta. Limpia sus manos en su campera oscura, manchando la misma con aquella sangre de dicha mujer. Oculta su cabello largo dentro de sus prendas y sale del club, volteando por leves momentos para ver lo que había ocasionado. Ni siquiera sabía quien era dicha persona, solo sabía que tenía un objetivo.

Al salir, se encamina lejos, sacando su celular para anotar a la primera persona de su lista. Estuvo durante la fiesta eligiendo a su víctima, no fue difícil sabiendo que aquella mujer fue muy dulce con él al inicio.

TRASTORNADOS

"Un simple movimiento podría alterar los acontecimientos futuros, incluso el aleteo de una mariposa".