Prólogo

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CHEER.

- ¿Es enserio necesario que lleves tantas cosas? - miro mal a mi hermano por lo idiota de su comentario - Digo, solo vamos estar allí solo siete días.

- Nate.- lo veo como si me estuviera diciendo la cosa con menos sentido en la vida- Es una semana en los Hamptons, tengo que estar preparada.

Si... soy un poco dramática. Solo un poco.

- ¡Natee!- se queja mi mama mientras sale de la casa esquivando las maletas de mi mellizo dejo, por un motivo que no entra en mi conocimiento, en el pasillo de entrada y alzando su bolso Gucci en el aire como si esa acción le diera el equilibrio que perdió. - ¿Cuantas veces tengo que decirte que no dejes las cosas en el camino? casi me caigo a la mierda.

Mi relación con Zara no es la mejor pero debo admitir que su amargura me divierte.

Es una bella mujer de treinta y siete años con esa aura empresarial exitosa, con su pelo rubio platinado y ojos verdes como los de mi mellizo y míos. Es delgada, alta y unas piernas de muerte.

- Me muero por ver eso. - exprese en un susurro de forma soñadora mirando al horizonte como si lo imaginara.

- Estaba llevando mis cosas hacia el auto pero la diva de tu hija me arrastró, sin darme tiempo a objetar, a guardas sus maletas ya que dice que ella se podría romper una uña y acá me tenes. - se defiende. -Aparte, ¿para que tantas cosas? No deja espacio para lo mio.

Ah, si, ese era el motivo.

- Ayyy por dios. Ni que vos llevaras pocas cosas.

- Bueno, dejen de que quejarse y suban al auto que se nos hace tarde. - dice Zara con su tono demandante.

-Zara, ¿que hay con tía Paige?- la llame por su nombre solo para molestarla, como siempre lo he hecho.

Zara ignorando magistralmente la forma en la que la llame me responde: - La llamaron temprano en la mañana de la agencia solicitándola para resolver un asunto pero asegura que va a llegar a la casa para la noche de la renovación de votos. Así que andando.- termino mientras sube al haciendo del conductor.

 ***

- ¿No dijo que nos estaría esperando para cuando llegáramos?- dice de forma relajada Nate mientras busca con la mirada al abuelo Luca por toda el área de entrada y salida del aeropuerto al igual que nosotras.

Es notable como las chicas que van pasando a nuestro alrededor se quedan embobadas viendo a Nate como si fuera una super estrella, esta podría decirse que sus cuellos se doblan como la de "El exorcismo". Nos las culpo, es algo innegable el atractivo de mi hermano.

Como para no serlo, es mi mellizo. Ya con eso se entiende todo.

- ¡¡¡FAMILIA!!! 

- Oh, ahí esta. - decimos los tres a la vez con una gran sonrisa en la cara por el grito de ese viejo loco que hizo que mayoría de las personas lo vea extrañado.

- Pero mira que grandes que están mi princesa y mi renacuajo. - exclama el abuelo mientras nos abraza a los dos a la vez. - Como se nota que llevan mis genes en la sangre- nos pellizca las mejillas como si no pudiera resistirse a hacerlo.

- Veo que seguís con tu particular forma de demostrar tu cariño papá. - le recuerda Zara su presencia.

- Ohhhh mi preciosa perla delicada. No se de que estas hablando, no soy nada de eso - la abraza de una forma exagera, sacudiéndola de un lado a otro.

¿Preciosa perla delicada? ¿Que clase de apodo raro es ese?

- Papá, ¿que haces?- hace una pausa debido a la risa que se le escapa. - Quédate quieto porque nos vas a hacer caer y yo no te voy a levantar. - le dice ya exasperada por tanto tanto sacudirse y porque ese hombre es capaz de seguir así todo el día.

- Ay que amargada. ¿Niños como la soportan?

-No lo hago.

- Me consiente.- dice como no el nene de mamá.

- Yo seré una amargada pero tu eres un payaso. Debes ser la única persona que usa una camisa como esa.

Y es entonces cuando caigo en cuenta de la vestimenta de mi abuelo. Lleva unos lentes de sol sobre la cabeza, una cadena plateada en el cuello. Una camisa negra con caritas feliz en toda esta. Un pantalos azul con manchan amarillas que hacen juego con las caritas.

Este hombre es todo un extravagante.

- Andando que Margarita esta que se hace encima de la emoción por verlos.

- Cada vez mas refinado tu vocabulario. - suspira mamá.

- Para hablar correctamente esta el estúpido trabajo. - dice sacudiendo la mano hacia atrás junto con una mueca para demostrar que su comentario le pareció de lo mas ridículo.

El abuelo es un importante abogado, muy respetado por todos, al igual que a la abuela. Pero nadie creería que detrás de esa presencia de hombre responsable, trabajador y cerio, vive un cincuentón que parece modelo de ropa para gente de circo. Es todo quejoso, gracioso y un familiero a flor de piel.

- ¿Zara te conté que invite a algunos de tus amigos de tu juventud y sus familias?

- ¿QUE?- dice mamá una vez termina de procesar esa importación. - Desde que me fui a vivir con Paige no se nada de ellos. Me deben odiar. ¿Papá por que hiciste eso?

- Porque es mi renovación de votos y hago lo que quiero con ella. - dice de forma autoritaria. - Los considero como parte de mi familia así que los quiero acá. - sentencia. -Aparte ya es hora de que enfrentes el pasado y sigas adelante. Comenzar por ellos es lo mejor. - Abre la boca como si recordara algo emocionante. - Tienen unos hijos divinos de la de edad de Nate y Cheer. - se da vuelta y nos mira a los tres. - Sera divertido... - lo dice de forma risueña pero tratando de que eso relaje a Zara.

Algo me dice que cosas muy interesantes van a pasar en esta semana.

ReinicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora