1/2

491 67 46
                                    

Willy estaba muy enfermo, le habían dicho que tenía un cáncer de pulmón muy grave.

Todo esto por fumar, la gran mala costumbre que tenía el albino, que Fargan siempre detestaba.

"Willy si sigues fumando así te vas a morir antes" — Decía siempre el castaño preocupado por la salud del otro.

"Anda ya Fargan, me moriré cuando me tenga que morir" — Y tras esa respuesta, el albino siempre le daba otra calada al cigarrillo que siempre sostenía.

Claro que, dejó de fumar cuando un día empezó a toser sangre, preocupados, fueron Fargan y Willy al médico, y les dijo lo peor.

Tenía un cáncer de pulmón muy avanzado, ya no podían hacer nada, solamente esperar.

Esto para los dos fue un bajón, pero Fargan siempre pensaba que se iba a recuperar.

"Tiene que vivir muchos años más'' — Pensaba siempre el emplumado teniendo fe en ello, Willy nunca opinaba lo que pensaba.

Ya que siempre había dicho que cuando se muriera era cuando se tenía que morir y ya.

Ahora mismo nuestro querido Fargan estaba dirigiéndose al hospital, sonriente como siempre, llevaba en su mano unas amapolas que había cogido de por allí.

Todo por el amor de su vida, quería tener un detalle con él, para que se animase más.

Fargan entró en el establecimiento, este era blanco entero y era muy deprimente.

"Son tan tristes" — Pensaba siempre que pasaba por allí, pensando en la cantidad de gente que moría allí, entre esas paredes blancas.

Subió varias escaleras hasta la habitación 016, llegó allí y abrió la puerta cogiendo las amapolas y poniéndolas detrás de su espalda.

— Cariño. — Llamó el castaño canturreando, sonriente, con sus ojos brillando de esperanza.

— Fargan. — Respondió el albino sonriente, tenía una mueca de cansancio bastante grande, el castaño sacó de su espalda las flores.

— Mira, esto es para tí. — Le señalo las amapolas y la sonrisa de Willy se ensanchó mucho más.

— Gracias Fargan. — Le agradeció el albino con aún la sonrisa. — Puedes dejarlas en el jarrón. — Señaló el pálido tumbado en la cama hacia el jarrón amarillo que había allí.

Fargan se dirigió hacia el jarrón y las soltó, eran extremadamente hermosas y llamativas.

El castaño se puso al lado de su pareja, sentándose al lado, quedándose los dos frente a frente. Le cogió el cuello a su enamorado y le dio un tierno beso en los labios.

— ¿Como estás? — Pregunto el emplumado sonriente. — Saldrás pronto Willy, y volveremos a hacer maldades juntos. —  Dijo ilusionado el castaño.

— Estoy bien. — Le respondió el otro, Fargan entrelazó su mano con la de Willy, pero la mano del albino estaba bastante fría y sin fuerzas.

Ese detalle no pasó por alto en Fargan, pero no quería hacer preguntas, asique se dedicó a acariciar levemente la mano de su enamorado.

Estuvieron un rato juntos hablando de diversos temas, sobretodo eran cosas que habían pasado en la ausencia del albino.

Fargan paró de hablar para después mirar el reloj de la pared, sería al medio día y le había prometido ayudar a Alexby en algo.

— Willy, voy a irme un rato, Alexby me necesita. — Le informó el castaño dándole un corto beso y levantándose.

— Está bien. — Respondió el albino esbozando una pequeña sonrisa, desenlazo las manos, pero la suya estaba sin fuerza.

arrepentimiento - willganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora