En un día de lluvia.

No recuerdo cuando fue exactamente aquel día en que el me salvó de mi misma. Estaba perfectamente convencida que la oscuridad ya era la que dominaba mi vida hasta que el apareció levantando las persianas de mi corazón.

Solo lo miré, él se mostraba con la misma sonrisa de siempre y a pesar de que no lo conocía en lo absoluto. Me hubiera gustado tener una respuesta en ese momento del porque mi corazón latía con tanta fuerza.

Ambos subimos al tren sin decirnos nada, estábamos muy lejos pero a la vez tan cerca. Tenía mil cosas por preguntarle pero me aterraba la idea de poder hablarle. Solía imaginarme su voz, en mi cabeza era la voz de un príncipe y a juzgar por su apariencia así lo parecía.

Al bajar miré al cielo y sentí un tacto ajeno en mis manos. Miré con sorpresa para ver de quien era dicha mano y de las pocas probabilidades que había en mi cabeza de que fuera él se hizo presente al instante.

En ese instante me dio igual lo que pensaba mí alrededor. Es difícil de explicar la manera que mi corazón y mi mente se hacía revoluciones.

Comenzamos a platicar ese día, sinceramente era algo como de cuento de hadas, toda la soledad se iba conforme escuchaba cada palabra y me perdía en esos ojos azules llenos de alegría.

Así nos volvimos amigos en tan poco tiempo, una sensación maravillosa. Me recostaba en sus hombros con la esperanza de que el algún día hiciera lo mismo conmigo.

Pero un día, uno donde nos quedamos bajo un techo de una casa por la lluvia que nos tomó de sorpresa noté que el volteo con su mirada hipnotizada, era una chica de cabellos azules y se veía que lo tenía loco por ella.

Lo más oscuro de mi deseaba que no existiera pero la mayor parte me decía ¿Cómo puedes odiarla? Si ella es un ángel.

Mientras me estaba muriendo en silencio a él le ocurrió lo mismo pues aquella niña parecía tener pareja. Lo único que pude hacer fue abrazarle y decir la mentira más grande "todo estará bien".

Pero al hacerlo, sentí unos labios rosando los míos.

¿Qué es esto?

¿Me besó?

Así fue, no me importó y le correspondí. Aquel día 16 comenzó una nueva historia.

No tardamos mucho en salir, nuestra relación cambio mucho a tal grado que la necesidad de estar rodeada por sus brazos era más fuerte.

Así estuvimos unos meses hasta que él tuvo que salir de viaje. Estaba escribiendo en mi computadora y me quede dormida.

Sentí a alguien besarme en la mejilla para finalmente decirme "lo siento". Me pregunté a mi misma ¿Por qué se disculpa conmigo?

Dentro de dos horas, la chica que parecía un ángel vino a decirme la noticia de que Len me había dejado.

Yo no lo podía creer hasta que así lo comprobé y creo que él fue quien me pidió perdón. Justo al enterarme comenzó a llorar el cielo junto a mí. Me vestí de azul porque me había dicho que era su color favorito.

Al asistir al entierro, me fui al fondo de la gente que estaba presente pues no soportaba la idea de que te perdí.

Ese día sentí que tú sostuviste mi mano y al llegar a dormir en mi casa me dijiste que yo jamás estaría sola porque siempre estarías conmigo y que lo más importante era verme sonreír.

Desde ese día aprendí lo que era la verdadera felicidad y sentí también como se puede ir al instante.