Kappa se despierta a mitad de la noche agitado por un mal sueño, despertando a Siren con sus sollozos, el cual, decide calmarlo con un beso y un abrazo.
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La noche había llegado siendo iluminada por las estrellas en el cielo y la luna había tomado aposento de esta, en un pequeño apartamento descansaba una joven pareja luego de un largo día de trabajo. Uno de ellos era un peliazul quien dormía plácidamente con una pequeña sonrisa en su rostro, se notaba que estaba teniendo un buen sueño. En cambio, el que estaba a su lado, un chico de cabellos cafés y piel morena quien respiraba agitado, sudaba frío y susurraba cosas mientras se movía de lado a lado. No estaba teniendo un buen sueño.
—No... No, por favor no...— susurraba mientras unas pequeñas lágrimas se comenzaban hacer presentes en las orillas de sus ojos, abrió los párpados de golpe dejando ver sus brillantes ojos ámbar, se sentó de golpe en la cama con el sudor recorriendo su frente, observo de reojo a su pareja el cual dormía tranquilamente, se mordió el labio inferior sintiendo como un nudo se formaba en su garganta. Toda había sido un mal sueño, nada había sido real.
Trataba de no hacer mucho ruido con tal de no despertar a su novio, se abrazó a sí mismo sollozando por lo bajo, intentaba no romper en llanto, pero fue inevitable, a los pocos segundos el cuarto se lleno de los sollozos y lamentos del pelicafe, despertando así al peliazul el cual se sentó en la cama algo somnoliento y con un pequeño hilo de baba.
—¿Que ocurre, Kappa?— El moreno, quien estaba identificado ahora como Kappa, observó nervioso a su pareja, hizo un puchero apretando sus puños, lo abrazó sin pensarlo, cosa que sorprendió al de cabellos azules —¡Kappa! ¿Qué pasa, qué ocurre?.
Seguía sin recibir respuesta, correspondió el abrazo aun confundido, Kappa seguía aferrado a el sin dejar de sollozar.
—Siren...
—¿Si?.
Levantó su cabeza con las lágrimas cayendo de sus bellos ojos ámbar, Siren tomó su rostro con delicadeza limpiando las lágrimas del contrario con su dedo pulgar.
—Siren, tú... ¿Serias capaz de abandonarme algún día?.
Se sorprendió ante tal pregunta, ¿Porque Kappa le preguntaba eso? ¡Obvio no, el no seria capaz de abandonarlo!, suspiro acariciando los cabellos de su pareja con una pequeña sonrisa, en ese momento dedujo que el moreno solo había tenido un mal sueño, acercó con lentitud sus labios hacia los de su novio hasta unirlos, estuvieron así un rato hasta que se separaron, Siren se volvió a acostar en la cama junto el de cabellos cafés sin borrar su sonrisa.
—¿Qué...?— Pregunto confundido por el repentino acto de su pareja.
—Cuando era pequeño y tenía un mal sueño, mi mamá siempre me daba un beso en la cabeza y me abrazaba— Explicó rodeando al moreno con sus brazos sin borrar su sonrisa.
Observó de reojo a Siren el cual no borraba su sonrisa, dejó escapar un risita acurrucandose junto el con una pequeña sonrisa.
—Gracias— Murmuró antes de volver a quedarse dormido junto Siren.
Luego de esa noche, los dos siempre tenían esa costumbre cuando el otro tenía un mal sueño, y cuando tuvieron sus hijos, hicieron lo mismo.
[...]
aHhHhHhH debía escribir algo de ellos si o si
Me salio un poco Oc pero bueno, espero les hubiera gustado, amé escribirlo sisis
Se les quiere, Zharina fuera
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