Heredera del inframundo

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En el olimpo hay una tradición desde hace eones , todo ser , todo dios que estuviera en el olimpo tenía prohibido acercarse a hades el dios de los muertos pero simplemente este mandato le fue muy difícil de cumplir a la pequeña diosa de las flores  , la cual tenía infinita curiosidad por saber cual era la razón de dicha ley , no importaba cuanto preguntara nadie le respondía simplemente no le tomaban importancia a las preguntas de la pequeña diosa , sin embargo esto no pudo detener la curiosidad que atormentaba todo su ser hasta el punto de tomar la decisión de ir hacia las puertas del inframundo cuando su madre no estaba al pendiente,
Sin dudarlo ni un segundo impulsada por su curiosidad entro en el inframundo topandose con caronte el encargado de cruzar a los muertos por el río aqueronte hacia el otro lado para ser juzgados por sus actos en el mundo de los vivos.

- supongo que debes de saber que los vivos tienen prohibido bajar a este lugar , diosa de las flores - dijo caronte al notar la presencia de la muy curiosa diosa

- quisiera ver a hades , traigo obolos con migo para pagar la cruzada - respondió dispuesta a no irce hasta cumplir su cometido.

- ah~~ esta bien sube , pero debes de saber que si comes algo de este mundo no podrás volver a la superficie - dijo con la intención de ver la determinación de la pequeña kore, esperando que se atemorizara , cosa que no sucedió ya que ella sin pensarlo ni un segundo se subió al barco , a lo que caronte algo sorprendido y extrañado no dijo ni una palabra y simplemente puso su barca en movimiento , mientras que la pequeña diosa miraba asombrada como las almas que vagaban en el río intentaban subirce a la barca , cosa que la llenó de temor pero aún con  aquel horrible sentimiento estaba dispuesta a seguir con su travesía.

- cual es la alta urgencia de ver a mi señor? , es la primera vez que veo a un ser viviente con tanto entusiasmo por ver al dios de los muertos - dijo de repente sin desviar la vista del camino.

- por nada en especial , es solo... que tenía un poco de curiosidad de saber el porque de la ley que prohíbe hacercarcele - respondió un poco tímida.

- pues al parecer esa "pequeña" curiosidad tuvo la suficiente fuerza para hacerte venir , pero bueno tu respuesta esta bajando esta barca - dijo ya habiendo llegado  a la orilla del otro lado haciéndole saber a kore que ya debía bajarce , acción que ella hizo de inmediato.

Y recuerda si llegas a comer algo del inframundo no volverás a ver la luz del horizonte - dijo caronte alejándose lentamente y perdiéndose en la neblina del río.

Con cierto temor la diosa prosiguió a caminar sin rumbo por el reino de los muertos , hasta que todo a su alrededor se tornó de misterio e inquietante silencio donde solo se podía escuchar los pasos de la pequeña diosa que con cierto temor en su ser siguió caminando hasta que una extraña vos distorsionada la hizo parar en seco.

- valla valla pero que tenemos aquí, una pequeña y jugosa diosa - dijo con un tono burlón pero lo suficientemente perturbador para poner alerta a la hora asustada diosa.

- quien eres ? Muéstrate! - dijo dejando a un lado el temor y colocándose en pocision de batalla lista para atravesar por la mitad al dueño de aquella temible vos.

- eso debería preguntartelo a ti , quien se a atrevido a venir a este mundo sin haber muerto aún y para más colmo una diosa que claramente le tienen prohibido bajar a estas tierras , es más que obvio que suplicas que te den la muerte - dijo esto mientras aparecía entre la sombras dejando a la vista su enorme cuerpo y dientes afilados que tenían la intención de querer destrozar el cuerpo de la pequeña diosa.

Al ver que no tenía escapatoria, no le quedaba de otra que darle pelea a ese demonio que parecía haber salido del mismo tártaro, así que sin esperar ni un segundo esa cosa se le abalanzó a la pequeña kore dispuesto a arrancarle miembro por miembro, al ver esta acción de inmediato hizo salir unas enredaderas llenas de púas de rosas de sus brazos lista para atravezar aquella criatura hasta que una gruesa voz resonó por todo el lugar.