"- ¿Y que la hace tan especial?"
"- Simplemente es solo ella, actúa como nadie más podría hacerlo."
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[♦️] La historia es 100% de mi creación.
[♦️] Prohibida cualquier copia o adaptación.
[♦️] Los personajes de BNHA no me pertenecen.
[♦️] Cualq...
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平日のうち | "Dia fuera de lo común"
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Antes de comenzar con el especial me gustaría aclararles que esto no afecta dentro de la trama principal, podrán darse cuenta ya que ocurre cuando la clase 1-A ya se encuentra viviendo en las residencias.
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P.O.V Universal
— ¡Ya voy! – La voz de la albina se hizo presente, era temprano, demasiado, incluso para ella que solía despertarse muy temprano. – ¿Midnight-sensei? – Ayumi pareció sorprendida de ver allí a aquella heroína. – ¿Ha ocurrido algo?
— ¡Deprisa! – Sin decir nada más la adulta la tomó de la muñeca comenzando a arrastrarla por los territorios de la U.A. Analizando el camino dedujo que se dirigían a la residencia de la clase 1-A.
Los orbes esmeraldas de la de poca altura se abrieron impactada al ver aquella escena.
Aizawa se encontraba en la sala principal rodeado de infantes de no mucho más de cuatro años, todos siendo reconocidos por la albina como sus compañeros de clase.
— ¡¿Pero que les ha pasado!? – Rápidamente entró a la sala tomando entre sus brazos a un pequeño Kaminari que acercaba sus dedos hacia un interruptor y a Tokoyami que intentaba bajarse el solo del sillón.
— Ayumi, no sabemos con exactitud qué es lo que ha pasado, pero sin duda necesitamos a Aizawa para ayudar, ¿Puedes encargarte de ellos mientras no estamos? – La albina pasó rápidamente su mirada por todos sus compañeros que parecían vivir en su propio mundo.
— Yo me encargo, ustedes asegúrense de descubrir cómo volverlos a la normalidad. – Aceptó sentando a los dos pequeños que llevaba en sus brazos en los sillones poniendo cojines como barrera para evitar que cayeran.
— Bien, te lo encargamos, si necesitas ayuda aún hay profesores merodeando por las instalaciones. – Y dicho aquellos ambos héroes se retiraron.
El sonido de unas pequeñas explosiones llamó rápidamente la atención de la que actualmente parecía ser la más mayor en aquel lugar.
— No Katsu, no puedes lanzarle explosiones a Izuku. – Le regañó acercándose a él para cargarlo en sus brazos, los más tranquilos parecían ser Momo, Shōto, Izuku, Iida y Jirou.
— Bájame. – Le ordenó el pequeño en sus brazos, los orbes de la albina chocaron con los pequeños rubíes, las mejillas del pequeño Katsuki tomaron un fuerte color carmín escondiéndose en el pecho de quien lo cargaba.
