Él la miraba como buscando respuestas, mientras ella pensaba cuales serían sus preguntas. El silencio era agobiante en la habitación, ya que llevaba consigo millones de cuestionamientos. Es verdad, el tiempo había pasado, las cosas habían ocurrido y para bien o para mal, habían terminado sin decir adiós. Ella pensó que era un acuerdo tácito, que no necesitaba largas despedidas o mayores lágrimas, ya que para ella siempre fue algo fugaz, una historia aparte en la que solo sus cuerpos estaban comprometidos. Pero al verle en la sala de su nuevo hogar, Camila se daba cuenta que solo ella pensó de esta manera. Estaba nerviosa, sentía como con cada segundo sus manos se volvían más acuosas al tacto, su garganta estaba sellada no solo por motivación propia sino también por el miedo a equivocarse, no quería cometer ningún error con sus palabras y que por desgracia la conversación se hiciera más extensa. Tenía miedo de los reproches, pero más que ello, tenía miedo del reloj, su esposo posiblemente vendría en camino. Debía dejar la historia saldada, sellada, clausurada, y olvidada para ambas partes.
- Y como averiguaste mi dirección? Pregunto Camila después de pasa un poco de agua por su garganta.
- No fue para nada difícil, espere por medio año noticias de ti. Me dijiste que debía ser paciente, que pronto terminarías las cosas con tu novio, perdón, tu marido; pero no fue así, veo que tienen un lindo hogar y que estas muy feliz presumiendo esa nueva joya. Ricardo quien miraba fijamente la mano de Camila, menciono estas palabras de una manera pausada, tan pausada que fueron difícil de escuchar.
- . . . No recuerdo haberte mencionado que las cosas estuvieran tan mal entre Carlos y yo, tu siempre me dijiste que debía luchar por mi relación, que entendías que lo nuestro solo era una relación pasional en la que solo nuestros cuerpos estaban involucrados.
- Creo que olvide esa parte después de pasar contigo 8 largos años. Menciono sarcásticamente Ricardo quien seguía mirando las muñecas de Camila, las cuales no paraban de jugar con su argolla de matrimonio.
- No creo que haya necesidad de mencionar el tiempo. Ya han pasado 6 meses desde que deje las cosas claras. Y ya ves, estoy bien. Carlos y yo lo estamos haciendo bien. Camila trato de sonar serena, pero a leguas se notaba que su voz se entrecortaba y se le mezclaban las ideas. Todo era tan claro para Ricardo en ese momento, hasta el punto de saber que Camila estaba preocupada por el reloj. Le conocía, le conocía muy bien,
- No creo que hayas sido clara Camila, lo último que recuerdo es que me buscaste esa noche, hicimos el amor como locos y te fuiste al día siguiente dejando una nota en el espejo "no me busques". Cuan cliché puede ser eso? Pensé que me estabas jugando una jodida broma Camila. Pero luego no contestabas mis llamadas, no estabas en tu apartamento y hasta cambiaste de trabajo. Pase 6 malditos meses buscándote, y ahora tienes el cinismo de decirme a la cara que todo fue claro? Su mirada pedia a gritos una respuesta.
- Lo fue para mí. En ese momento Camila se levanta de su silla, deja el vaso en el mueble más cercano y se dirige a la puerta de salida mientras Ricardo la sigue con la mirada. Camia agrega: algo más? Te he dejado todo claro Ricardo, no estaba jugando hace 6 meses con mi nota y no lo hago ahora. Esto se terminó. Podrías marcharte?
Ricardo quien siempre ha sido un poco egocéntrico, toma su chaqueta y sale por la puerta que Camila amablemente había abierto para él. Sin embargo a la hora de dar el paso de salida se devuelve, cierra la puerta con fiereza y toma a Camila de sus brazos. Esta al sentir las manos de Ricardo sobre su cuerpo reacciona de inmediato y trata de quitarlo de encima de él pero este hábilmente presiona sus labios contra su boca y pide la entrada a su boca con ayuda de su lengua. Como bien conoce el cuerpo de Camila, al compás de sus besos, recorre con sus manos el cuerpo de Camila hasta terminar hábilmente en los interiores de ella, aprieta sus glúteos y luego pasa a su vagina, y allí esta, la respuesta que Ricardo esperaba, la bienvenida que solo él conoce, Camila se encuentra mojada, palpitante, ansiosa y solo con tocar su punto bueno, Camila se derrite. Camila se abre, Camila se excita. Camila se ha olvidado del reloj.
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Una historia con muchos encuentros
RomanceCuando Ricardo estaba con sus "amiguitas" se sentía poderoso. Cuando Ricardo estaba con Camila, se sentía completo. Cuando Camila estaba con Ricardo se sentía temerosa. Cuando Camila estaba con Carlos, se sentía segura. Cuando Camila y Ricardo se...