Rosa

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Era el primer día de primavera en la Aldea Ishigami y Senku observó curioso como todos los aldeanos adolescentes y preadolescentes dejaban de lado su trabajo y se marchaban de la aldea hacia el bosque.

-¿A dónde demonios se supone que van?- preguntó molesto al ver a Kohaku, Chrome y Ruri unirse a los demás adolescentes también.

-A ver los arbustos, por supuesto.- informó Chrome con una de sus sonrisas estúpidas.

Curioso y muy confundido, y tal vez hasta algo preocupado por la cordura de estas personas, Senku los siguió.

Llegaron a los campos de flores, cerca de donde crecían los girasoles, y el científico pudo notar muy pegados a los grandes árboles a varios arbustos de hortensias sin florecer.

-¿Viene a ver arbustos simples y sin gracia?... ¿En serio?- los miró con una mueca.

-¡Claro que no es solo para contemplar los estúpidos arbustos!- Kohaku se acercó a él para gritarle en la cara, mirándolo indignada. –Es una tradición de la aldea. Ahora es cuando se debe elegir una rama cada dos personas.- dejando un poco de lado su malhumor, miró a todos los jóvenes que ya estaban acercándose a los arbustos y señalándolos con emoción. –Es una tradición muy bella. ¡Ni se te ocurra burlarte de nosotros!- advirtió con el puño en alto.

Senku alzó una ceja, decidiendo permanecer en silencio para no despertar la ira de la leona, pero miró interrogante a Chrome y Ruri, esperando un poco más de contexto.

-Es algo muy simple.- afirmó Ruri. –Una pareja de amigos o de enamorados debe elegir una rama de uno de los arbustos, que florecerán al final de la primavera o el principio del verano. El color con el que crezcan las flores es una predicción de cómo será su relación de ahora en adelante.-

La ceja del científico tembló incontrolablemente. ¡Eso era… tan absurdamente ilógico! ¡¿Cómo es que su preciado reino de la ciencia creía en este tipo de mierdas?! Sonaba a algo que el mentalista inventaría, aunque como dijeron que era una tradición debían llevar años practicando este ritual absolutamente ridículo sin ninguna clase de fundamento.

-Se supone que solo se hace una vez, pero sí estás insatisfecho con el resultado puedes seguirlo intentando año tras año.- agregó Chrome. –Aunque la mayoría solo viene a mirar.- señaló a la gente de la aldea, que no paraba de cuchichear entre sí.

-¡Y este año Chrome y Ruri-nee volverán a elegir una rama!- Kohaku miró muy emocionada a los dos aludidos, que se removieron incómodos, con las caras rojas. –La última vez que lo hicieron les tocó violeta, ¡pero estoy segura de que esta vez les tocara rosa!-

-¡E-eso no es lo que buscamos, solo queremos el azul!- Chrome se cruzó de brazos, volteando su rostro rojo brillante a un lado, mientras que Ruri asintió fervientemente, tan roja como él.

-Ajá, claro.- la guerrera sonrió pícaramente, sin creerles en lo absoluto.

-¿De qué demonios están hablando ahora?- Senku de verdad que no los entendía para nada, y no estaba seguro de querer entender.

-Los colores definirán el futuro de su relación.- repitió Kohaku. –El violeta es para las relaciones frágiles, sí son novios significa que pronto terminaran y sí son amigos significa que su amistad es frágil y superficial. El azul quiere decir que serán amigos por siempre, con una amistad fuerte y leal. Y el rosa quiere decir que su amor es puro y verdadero y llegaran a casarse y ser muy felices. Y aunque es muy raro que crezcan rosas, a mis padres les pasó. ¡Y estoy segura de que le pasara a alguien más!- observó con ojos brillantes a Chrome y Ruri, que estaban haciendo su mejor esfuerzo por ignorarla, con sus rostros humeando.

HortensiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora