Mirar Al Cielo

Número uno: Mi Padre

-¡Merak, no te quedes afuera tan tarde! -me gritaba mi padre desde su habitación.

-¡No te preocupes, ya casi me voy a meter a la cama! –salí de nuevo al balcón y observé un poco más de tiempo al cielo. Es una noche muy agradable: no hay nubes, se puede escuchar el canto de los grillos y no hace tanto frío. <<Parece ser que hoy es la noche perfecta, quizás el día de hoy pueda ver algo que no sea nada más que estrellas>>, pensé, <<todos me creerán de una vez por todas que ellos existen>>. Después de un rato me desanimé ya que no había visto algo interesante, procedí a abrir la ventana para poder entrar de nuevo a mi habitación y pasó lo menos esperado. Un destello de luz se podía apreciar en aquel cielo tan oscuro, decidí quedarme un rato más para poder admirar ese destello tan sospechoso, después de unos minutos, éste empezó a moverse de una manera muy brusca. Sus movimientos marcaban una especie de patrón, pero no podía procesar la información ya que estaba fascinado ante este hecho tan semejante.

Mi padre, con el rostro enojado entró a mi habitación.

-¡Me dijiste que ya te ibas a meter a la cama!

-Lo siento, papá, pero encontré algo interesante.

Mi padre salió a acompañarme al balcón; en donde siempre salgo en las noches a admirar el firmamento.

-Mira, hay algo que te debo de enseñar -apunté con mi dedo aquel destello que había visto minutos antes.

Mi padre se fascinó con ese hallazgo, los dos no podíamos creer lo que estábamos viendo. El destello empezó a hacerse más luminoso, su color cambió de tonalidad: hace unos instantes era de color blanco y ahora se tornó de color rojizo, parecía que cambió su trayectoria. Antes, hacía movimientos bruscos, pero tenían un patrón; sin embargo, se podía observar que se acercaba más y más al balcón en donde estábamos mi padre y yo.

Con un nudo en la garganta no pude resistirme a decirle a mi padre que venía hacia nosotros ese destello rojizo.

-No lo sé, no creo que ese sea el caso. Quizás solamente sea una estrella fugaz.

<<No seas incrédulo, claramente se puede ver como viene hacia nosotros>>, dije en mi cabeza. En eso, los dos volteamos a ver al cielo nuevamente, pero para nuestra sorpresa, esa luz rojiza se había desvanecido. -Venga, supongo que tenía razón. Es una estrella fugaz -exclamó mi padre con un tono nervioso.

Después de eso abrió la ventana, se metió a mi cuarto y procedió a ir a su habitación. <<Estuve tan cerca...>>, me dije a mí mismo. Luego de procesar todo lo que había pasado hice lo mismo que mi padre, me metí a mi habitación, apagué las luces y me metí a la cama.

Recuerdo ese momento a la perfección, eran las tres de la mañana en punto, todo estaba muy oscuro ya que no había ni un alma despierta en la casa. En eso, medio despierto y dormido pude apreciar una extraña silueta de pie al lado de mi cama: ésta semejaba a una persona muy alta, y se podía escuchar como trataba de succionar algo. En ese instante yo no tenía sentido de la razón. Procedí a levantarme de la cama, pero para mi suerte, esa silueta había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. No lo podía creer, me quedé de pie un rato mirando hacia al suelo mientras me cuestionaba en que podría ser esa semejante silueta que me estaba observando como dormía. <<¿Qué podría estar succionando es criatura?>>, me pregunté. En eso, se me vino a la cabeza encender la luz de mi habitación, así que lo hice. Me levanté la playera que llevaba y me quedé helado por lo que observé. Se podían apreciar una especie de marcas sobre todo mi dorso, como si me hubieran estado succionando algo con pequeñas mangueras, pero era muy rápido para sacar mis propias conclusiones. De pronto empecé a sentirme un poco mareado y me desvanecí sobre el suelo de mi habitación.