Número dos: Mi Novio

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Eran aproximadamente las ocho de la noche. Mi novio me había invitado a comer a un restaurante, todo iba de maravilla, pero toda la noche; él llevaba unos lentes oscuros y no dejaba de frotarse los ojos, <<Puede que tenga alguna infección en los ojos>>, pensé.

Cariño, ¿qué tienes? -le pregunté mientras veía el menú de bebidas.

-¿A qué te refieres?

-No lo sé, veo que te llevas frotando los ojos toda la noche.

-Creo que tengo una infección en los ojos, nada grave. No te preocupes -respondió mi novio con un tono nervioso.

Durante toda la cita estuvo tratando de evitar el contacto visual con cualquier persona, y cada que yo me le quedaba viendo fijamente. Él tapaba su rostro con la servilleta de la mesa. <<Estoy muy segura de que él está evitándome o está ocultándome algo>>, dije en mi mente.

-Ahora que lo pienso, no te has quitado esas gafas para nada. ¿Estás ocultándome algo? -le cuestioné al mismo tiempo que lo veía fijamente.

-Para nada, es que me molesta la luz: ya sabes, ayer estuve viendo mi ordenador con las luces de mi habitación apagadas, y supongo que eso me dañó la vista.

-Pobre de ti, ¿quieres qué vayamos al médico?

-No te preocupes, mejor disfrutemos a cena. 

<<Si descubro que algo malo está pasando no se la acabará>>, dije furiosamente en mi cabeza

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<<Si descubro que algo malo está pasando no se la acabará>>, dije furiosamente en mi cabeza. Se podía ver en su rostro que me estaba ocultando algo. Yo estaba muy enfurecida, pero por otro lado también estaba muy preocupada por él. Terminamos de comer, nos quedamos a platicar un rato más y procedimos a salir de aquel restaurante. Metí mi mano al bolsillo de mi pantalón, saqué mi celular, lo encendí y me percaté de que ya era muy tarde.

-Hace mucho frío y está muy oscuro aquí afuera.

-Es cierto -se quitó su chaqueta y me la dio.

-Gracias, no tenías que hacerlo -me puse la chaqueta y caminamos hacia su automóvil.

Él se ofreció para llevarme a mi casa en el automóvil y no pude decirle que no puesto que ya era puy tarde, así que subimos al automóvil.

-¿En serio vas a manejar con las gafas oscuras puestas? Está muy oscuro el camino, no vaya a ser que tengamos un accidente o algo así. Sería mejor que te las quites en este preciso momento -le puse la mano en el rostro y sujeté las gafas. De pronto él retiró mi mano de las gafas y se enfureció.

-¡Te dije que todo está bien!

-¡Pues solo estoy viendo por nuestra seguridad! -me baje del automóvil, azoté la puerta y caminé sola por mi cuenta. Él me seguía con el carro, pero yo no le hacía caso hasta que se disculpó por haberme gritado. Accedí a entrar de nuevo y regresar juntos a casa. <<Este idiota aún lleva las gafas puestas>>, <<Nada más me subí porque no quería caminar hacia mi casa>>, eran las únicas frases en las que pensaba en todo el camino hacia mi casa.

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2020 ⏰

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