¿Por qué no puedo ser yo?

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Sakura Haruno estaba harta. Había pasado los últimos veinte minutos leyendo una hoja y no entendía nada. Y la razón era Él. Se frotó la sien. El Uzumaki estaba jugando a la ley de hielo con ella. Si eso quería bien, que lo hiciera. Pero eso no le restaba que fuera un infantil. Y aun así... Dejaba que le afectara tan niñería. Negó con la cabeza. Ella no era así. Así que con enfado, tomó su taza y le dio un largo trago al café. Pero lo regresó rápidamente. Estaba helado. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? Definitivamente más de lo necesario. ¿Pero que podía hacer? No quería tener oportunidad de topárselo en las calles de la aldea. La última vez había sido un completo desastre. Por lo que era más fácil quedarse la mayor parte del tiempo en el hospital. Cubrió su rostro con sus manos y chilló.

- ¡Maldito Naruto!

- Jajaja eres muy graciosa dattebayo.

Abrió sus ojos. Encima ahora parecía que escuchaba su risa. Se quedó callada para comprobar que no era su cabeza jugándole una mala pasada. Pero entonces lo escuchó de nuevo. Caminó lentamente hacia la puerta y pegó su oreja a la madera. Trató de concentrarse. ¿Qué rayos estaba haciendo ahí y con quién estaba hablando?

- Por favor, cuando quieras Naruto-kun.

- Hasta luego chicas.

Mordió con fuerza su labio hasta hacerlo mallugar. Estaba furiosa. Se alejó de la puerta bastante irritada. Ahora no sólo se comportaba como un niño encima venía a su lugar de trabajo y coqueteaba con las enfermeras.

- ¡Al diablo! ¡Que haga lo que quiera! - se dijo a sí misma intentando tranquilizarse.

Pero entonces la puerta se abrió. Estaba aún irritada y juraba que correría a cualquiera que la molestará en ese momento pero para su sorpresa era el rubio quién estaba ahí frente a ella.

- Sakura-chan.

Tardó en reponerse. Así que no respondió de inmediato. Pero el rubio carraspeó intentando hacerla reaccionar. La pelirosa notó que se veía incómodo. Como si no quisiera estar en ese lugar. Eso la irritó aún más.

- ¿Qué necesitas Naruto?

La frialdad de la respuesta de la pelirosa lo sorprendió. Sabía que había sido un poco infantil con dejarle de hablar por esa tornería pero no esperaba esa actitud. Caminó hacia ella y entonces lo notó. Su labio estaba hinchado. Entonces estaba en lo cierto. Sakura estaba con alguien. Se detuvo y la miró fastidiado.

- Veo que estabas ocupada. No te molesto más.

Eso sólo provocó más irritación en la pelirosa. ¿Qué era lo que quería? Caminó hacia él y le hizo que la mirara. La mirada del Uzumaki era diferente. El azul de sus ojos estaban de un color intenso debido al enojo. Sakura apretó el puño. No era el único aquí con esos sentimientos.

- Tú eres el que no me habla y luego vienes hasta aquí, coqueteando ¿Y todo para decirme está estupidez? ¿Qué mierda es lo que quieres Naruto?

El rubio la miró. ¿Qué es lo que quería? La verdad, sólo eso. La noche en la que todo comenzó, si, estaban ebrios pero ella había dicho algo y después no quiso decir nada más. Ella había estado toda la noche hablando de ese sujeto. De lo valeroso y confiable que era. Que se sentía segura sabiendo que él estaba cerca. Y de las mil maravillas que ella veía en él. Pero cuando el shinobi le había preguntado sobre de quién estaba hablando ella sólo sonrió. Podía pensar en que hablaba de Sasuke, pero sabía que el Uchiha tenía una relación con la pelirroja. Y su silencio le mataba. ¿Quién era ese hombre?

Al día siguiente intentó averiguarlo pero la única respuesta que había obtenido era "es un chico maravilloso" mientras le sacaba la lengua y lo dejaba ahí, con los pedazos rotos. Al principio creía que ignorándola podía sacarse los sentimientos que tenía por ella. Pero era peor. No podía dejar de pensar en el sujeto que tenía así a la pelirosa. Y le hacía hervir la sangre. Y la última vez realmente había sido un desastre. Harto de eso, quería hablar con ella. Decirle sus sentimientos y dejar que pasará lo que tenía que pasar. Pero llega y lo primero que ve es su boca hinchada. Ino le había advertido que si no se daba prisa alguien llegaría y ahí estaba... Toda la razón. Así que no lo pensó. Sólo soltó todo. Harto de sus sentimientos ahogándole.

- ¡A ti Sakura-chan! ¡Te quiero a ti! Pero ya veo que tú estás con alguien. - dijo gritando. Podía verse como el azul de sus ojos se volvía más intenso. Y la tomó de la barbilla haciendo que ella lo mirara directo a los ojos, acarició lo inflamado de sus labios. - Alguien valiente y que te hace sentir segura. ¿Y yo? ¿Por qué no puedo ser yo? - bajó sus labios a los suyos y la besó.

Era un beso que reflejaba la angustia de haberla perdido. Era rudo y no permitía que ella se opusiera. Aunque en realidad ella no lo hacía. Sus labios se movían a su ritmo. Y estaba tan hambrienta como él. Cuando se separaron, Sakura tuvo que respirar agitada recuperando el aliento. Su corazón latía desesperado. El rubio sabía que ahora recibiría un golpe pero poco le importaba. Lo había hecho.

- Idiota.

Él cerró los ojos esperando el dolor pero en su lugar la pelirosa sólo empezó a reír. Ella se llevó una mano a la frente riendo. ¿Acaso Naruto Uzumaki estaba celoso de sí mismo? No pudo evitar reír por ese descubrimiento. El chico frunció el ceño.

- Ya... Sé que soy un idiota. Déjalo ya Sakura-chan. - murmuraba el ninja avergonzado.

Ella limpió las lágrimas de sus mejillas mientras seguía riendo. Y tomó el rostro del chico acariciando las marcas de bigotes. Tuvo que ponerse de puntas pero lo besó. Suave, está vez con un toque amoroso que sorprendió al rubio. Pero que lentamente se volvió intenso, mostrando los sentimientos de ambos. Ninguno de los dos escuchó la puerta abrirse hasta que una rubia carraspeó. Tsunade estaba sonriendo. Le daba gusto que al fin su orgullosa alumna había dejado ver sus sentimientos correspondiendo al tonto de su chico.

- ¿Interrumpo algo muchachos?

- Tsunade-sama, lo siento nosotros...

- Oba-chan, ¿nadie le dijo que debía tocar?

- Idiota... - la rubia le propinó un buen golpe con los expedientes que llevaba en la mano. No tan fuerte pero si lo suficiente para que el chico tuviese que sobarse bien. Luego miro a la chica y le sonrió. - Venía a decirte que llevas más de 16 horas aquí. Vete antes de que te ponga un castigo ejemplar. Y tú... Ya hablaremos de modales Naruto.

- Hai.

Ella se fue sonriendo. Deseaba que el tiempo hubiera sido grato con ella pero la vida era así. No siempre tenías una segunda oportunidad. Lo sabía ella mejor que nadie. Sin dejar de sonreír se dirigió al consultorio de la Yamanaka. Ella si tenía tiempo para estos pendientes. Una vez solos de nuevo, Sakura tomó sus cosas. Su rutina de escondite ya no tenía razón.

- ¿Qué te parece si me invitas a Ichiraku?

- ¿Como una cita?

- Es una cita.

Y mientras los dos shinobis comían, ella no dejaba de reír a carcajadas. Naruto estaba molesto. No podía creer lo idiota que había sido.

- ¿Sigues molesto?

- ¿Cómo podía saber que hablabas de mí?

- Eres un tonto Naruto Uzumaki.

One-shot: ¿Por qué no puedo ser yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora