Carta 80.

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Me engañé a mí misma.

Te esperé y te busqué.

Pensé que existías.

Aún en el último momento te agradecí por todo lo que pasaría si te hubiera encontrado.

Pero ¿a quién engaño?

Sólo a mi misma.

Nunca te encontraría.

Porque no existes.

Porque no hay nadie destinado para mí.

Para mí no hay amor.

BuscándoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora