La noche oscura y la ligera sacudía los árboles del jardín. La enorme mansión rodeada de otras iguales a ella, con personas todas iguales, en un día como cualquier otro, sin ninguna importancia.                                                                     
- … entonces Yena se acercó a unos chicos y los invito a la fiesta, así que ahora tenemos a un grupo de extraños merodeando la casa.

- Pero cómo es que tienen tanto tiempo para hacer tantas tonterías.

- Es algo muy natural, uno no puede evitar ser imprudente algunas veces.

- No puedo decir si esto fue una buena o una mala idea, solo espero que a Taemin no le moleste.

La chica que estaba hablando dio unos golpecillos a su cigarrillo dejando caer la ceniza en la alfombra de la sala y miro con tribulación a Taemin.

Éste se encontraba sentado en el sofá, se puso de pie, enderezo su traje negro, acomodo su corbata y frunció los labios. Era muy joven de unos veinte años, elegante y perfecto. Un lustroso cabello negro, rasgos finos, piel pálida y el color de sus labios era una pizca demasiado rojos. Pasaban del cuarto para las tres, afuera estaba oscuro no había luna ni estrellas, él estaba cansado y quería que se largasen todos, pero no sería sencillo deshacerse de cincuenta personas, sobre todo porque la mayoría estaba disfrutando de la fiesta. Algunos vecinos habían ido a quejarse del ruido, pero eran seducidos por quienes estaban en la fiesta y se quedaban.

Desde que su padre enfermo gravemente no tuvo más opción que hacerse cargo de la empresa de su padre, en realidad no le agradaban las fiestas, no sabía exactamente cómo comportarse en ellas, se limitaba a ser cortés y sostener conversaciones breves con sus invitados. Esta fiesta se había salido algo de control, era su fiesta de cumpleaños y dejo que uno de sus amigos la organizarán, invito a algunos empleados y socios, esperaba que fuese una reunión sencilla, pero no pudo imaginarse que su casa terminaría de esa manera. Y ahora los soldados… al diablo con todo y con todos. Yena una de sus amigas más cercanas invito a un grupo de desconocidos que recién habían terminado su servicio militar.

- Está bien, Sooyoung, en verdad no me importa. ¿Qué son unos soldados de más o de menos? Dios, solo espero que no rompan nada. Es una linda fiesta- hizo una seña a uno de sus sirvientes-. ¿Podrías tú y algún otro asegurarse de que todo esté en orden?

- Enseguida joven amo- el sirviente hizo una reverencia y salió de la habitación
- Veré lo que puedo hacer con sus nuevos amigos.

- Taeminnie, la verdad no creo que sea necesario, parece que ellos se pueden aclimatar fácilmente a la fiesta.

Taemin se encamino hacia sus invitados inesperados.
Todos juntos, amontonados en un rincón de la casa, no hacían más que mirar, parecían asombrados por el lujo, pero también tenían aspecto de no estar disfrutando la fiesta. Eran diez jóvenes bastante apuestos, también estaban en sus veintes seguro muchos aun eran estudiantes, todos vestían elegantes trajes blancos de la marina.

El más joven y guapo de ellos se acercó a él y se quitó la gorra, aun tanto nervioso y dijo:

- En realidad, no me esperaba esto cuando mencionaron una fantástica y divertida fiesta, no digo que no lo sea, es sólo que parece que sobramos aquí.

- ¿Usted lo cree? - dijo Taemin mirando fijamente a aquel joven- a mí no me lo parece, son bien recibidos, ya no estarían aquí si yo deseara que se fueran.

El joven marino estaba aturdido por la respuesta.

- Sabes, mis amigos y yo estábamos en un bar celebrando que concluimos con nuestro servicio militar cuando esa chica, Yena y su amiga, nos ligaron y convencieron de venir a esta fiesta. No sabíamos que vendríamos a una casa tan elegante como esta.

SCARED TO LOVE || 2minDonde viven las historias. Descúbrelo ahora