Diluvio

Parte I/ El diluvio

La lluvia siempre me había reconfortado, me encantaba el sonido que produce al replicar  contra los cristales de las ventanas, me gusta porque sabía que los cultivos pueden crecer sanos. Pero ahora la lluvia significaba algo muy distinto, significaba que la muerte y la perdición estaban cerca, unas nubes que descargaban una cortina de un líquido negro y espeso que se encarga de eliminar la vida las tierras que tocase.

Justo cuando me estaba empezando a quedar dormido debido al monótono traqueteo que producía la lluvia al chocar contra el tejado de mi hogar, me sobresalté al escuchar como un trozo del techo del comedor se desplomaba a causa del desgaste producido por la lluvia venenosa.
Por lo que podía ver por la ventana, el resto del pueblo estaba igual, incluso alguna de las casas había perdido el tejado en su totalidad.

Todo esto empezó de repente, empezó de la manera más inesperada, y q partir de ahí, todo fue de mal en peor.

Hace tiempo, un campesino apareció corriendo, al parecer escapando de alguien. Había muerto poco después de llegar a Campalia, mi pueblo, a causa de unos profundos arañazos en el torso. Oí que aquéllas heridas rezumaban un pus negro y espeso que brotaba de las venas del pobre hombre. Lo habían llevado rápidamente a la hacienda del curandero, pero murió antes de que pudiese hacer nada. El curandero exigió que quemasen el cuerpo, según él para asegurarse de que lo que quiera que trajese el pobre desgraciado desapareciese con él. Según pasaron los días, las noticias sobre el resto de pueblos se acabaron volviéndose más escasas, y los viajeros que antes pasaban por nuestra aldea no volvieron a aparecer. Un día, las aguas del río que atravesaba Campalia, bajaron negras, cargadas con el olor de la podredumbre y los cultivos que dependían del agua del río murieron. La comida y el agua, de un momento para otro, se había vuelto un bien preciado. Poco después, los animales que se alimentaban del pasto de los campos, acabaron enfermando. Muchos murieron al poco tiempo, y los pocos que quedaron vivos, tuvieron que ser sacrificados por orden del gobernador, ya que empezaron a desarrollar unas pústulas de un negro intenso. Tres días después de que el último de los animales murió, apareció el diluvio oscuro. El gobernador ordenó que todos recogiesemos los pocos alimentos que nos quedaban de reserva y que nos metiesemos en nuestros hogares, sin dar ninguna explicación más. Me pregunto, que habrá pasado con el resto de mis vecinos, la última vez que los vi fue al escapar del diluvio, cuando todo empezó y nos refugiamos en nuestros hogares.

Hace dos dias, pude ver que en una de las casas, había una familia dentro, aunque no nos pudimos acercar para hablar a causa de la lluvia. Esa misma noche, escuché que alguien, estaba intentando entrar en dicha casa, tratando de tumbar la puerta a golpes, aunque estaba demasiado oscuro como para que pudiese ver quién estaba intentando tumbar la puerta. A la mañana siguiente, vi que la puerta de la casa de la familia, estaba rota, al igual que alguna de las ventanas. No los volví a ver desde aquel un incidente.

Ya ha pasado una semana y cuatro días  desde que me encerré en casa y la comida se está agotando. Tengo miedo, y no sé lo que va a ocurrir.

Esperé unas cuantas horas sin escuchar nada más que el crugir de los pinos del bosque y de las vigas del techo, nervioso por si en algún momento este pudiese colapsar para dejarme enterrado bajo una montaña de troncos y tejas.

Hasta que el diluvio cesó tan rápido como empezó, y todo quedó en silencio.
Al principio no hice nada, temí que aquella calma fuese momentánea. Pasaban los minutos...
El silencio me incomodaba, ya me había acostumbrado al rugido constante de la lluvia y del viento, y aquella tranquilidad tan repentina me ponía de los nervios. Miré por la ventana, y vi que a fuera reinaba una calma desoladora, una calma que no era normal ni siquiera antes de que el diluvio llegase a nuestras tierras, una calma que denotaba que a fuera apenas quedaba nadie con vida.